La Primera, el castillo que se le derrumba a Massa

Perdió el 60% de los distritos que comandaba. Las fugas de Katopodis y Othacehé, entre las más significativas. Con su relanzamiento, el tigrense intenta levantar. El FpV ahora tiene 16 de los 24 partidos de la Sección.

El castillo que había logrado construir en la Primera Sección electoral comenzó a derrumbársele a Sergio Massa, y lo que meses atrás era presentado como su fortaleza volvió a ser bastión del kirchnerismo. La fuga masiva de intendentes obliga al Frente Renovador a barajar y dar de nuevo, y revisar estrategias en el marco del relanzamiento de su postulación presidencial. En el desbande, también ligó el PRO.

Los números comparados son elocuentes. Seis meses atrás, cuando el tigrense aún contaba como propios los porotos cosechados en la excelente elección que hizo en 2013, dominaba 11 de los 24 distritos de la Sección. Y, entre ellos, los dos más importantes por cantidad de electores: Merlo y San Martín.

Sobre los números de aquella fortaleza los armadores del Frente Renovador proyectaban la elección en la principal provincia del país. El entusiasmo se edificaba sobre el impacto que la Primera Sección tiene en la Provincia: es la segunda en cantidad de electores, con 4.052.885 de personas habilitadas para votar, según el padrón electoral de 2013.

 

Pero Massa no supo tejer nuevas alianzas ni cuidar las alcanzadas. Y empezó un goteo que se transformó en fuga masiva. Perdió San Isidro cuando Posse dio el salto a la alianza PRO/UCR/CC, y Malvinas Argentinas, cuyo jefe comunal, Jesús Cariglino, desembarcó en el PRO convirtiendo en el armador de la pata peronista de los amarillos.

Sandro Guzmán (Escobar) y Humberto Zúccaro (Pilar) volvieron al Frente para la Victoria, adelgazando aún más la estructura partidaria con sede en Tigre. Atento al derrame y presto a salvar la ropa, también pegó el salto Raúl Othacehe, intendente de Merlo, el distrito más grande de la Sección con más de 360.000 electores. Y uno que está tomando carrera es Luis Acuña, pero aún no encuentra pista de aterrizaje: en el FpV le bajan la persiana ante la prometedora candidatura de Juan Zabaleta, al que algunos llaman el “intendente paralelo” que tiene “todas las chances” de quedarse con el distrito.

Pero sin dudas que el golpe más duro que recibió Massa fue la salida de Gabriel Katopodis. No sólo porque comanda el segundo distrito en tamaño (329.000 electores) sino porque fue uno de los fundadores y con butaca preferencial en la mesa chica del Frente Renovador. El griego vio demasiada neblina en el horizonte y prefirió regresar enfrentarse al kirchnerismo local que cierra filas para voltear al “traidor”.

Si esa fuga de intendentes se tradujeran en las próximas elecciones, los más de 3 millones 200 mil votos que obtuvo allí para cargos legislativos dos años atrás serán sólo una foto amarillenta para Massa. En aquellos comicios, el FR arrasó en las urnas y cosechó más del 50 por ciento de los votos, obteniendo cinco de los ocho senadores en juego por esa Sección.

Le quedan en sus manos San Fernando (Luis Andreotti), San Miguel (Joaquín de la Torre), Tigre (Julio Zamora) y Mercedes (Carlos Selva). Todos ganaron espacio por lealtad, sobre todo De la Torre, principal apuntalador de la postulación de su jefe político a la presidencia. Fue anfitrión de aquella reunión extendida hasta la madrugada en la que Massa escuchó la opinión de sus dirigentes.

El FpV festeja, ahora comanda 16 de los 24 distritos: Navarro, Suipacha, General Las Heras, Marcos Paz, General Rodríguez, Luján, Moreno, Merlo, Pilar, Morón, Ituzaingó, Tres de Febrero, San Martín, José C. Paz, Escobar y Campana. Excepto uno, Lucas Ghi, quien descartó ir por la reelección en Morón, todos los demás buscarán revalidar.

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