No es la primera vez que la colonización española de América es puesta en el banquillo de los acusados. Es una postura recurrente en diversas tradiciones políticas, y en los últimos tiempos ha revivido de la mano de una relectura bolivariana alentada en particular por el fallecido presidente venezolano Hugo Chávez.

La decisión del Gobierno nacional de remover el monumento a Cristóbal Colón de su emplazamiento original en la plazoleta ubicada detrás de la Casa Rosada -con el fin de colocar en su lugar una estatua de la heroína de la Independencia Juana Azurduy- generó un conflicto con las autoridades porteñas. Tanto la Legislatura de la Ciudad como la Justicia se opusieron a la decisión. Pero eso no fue obstáculo para que la estatua fuese retirada de su pedestal y colocada en posición horizontal, en principio, con fines de restauración. En los planes oficiales, su destino final sería Mar del Plata.

Aunque legalmente el traslado se encuentra frenado, todavía es incierta la resolución del conflicto.

A continuación, políticos y analistas responden a la pregunta de qué sugiere la imagen de la estatua postrada de Colón:

Diego Santilli, ministro de Ambiente y Espacio Público de la Ciudad de Buenos Aires:

En primer lugar, me parece mal que Colón esté "acostado". Hay una restauración en curso. Están trabajando con un monumento desarmado; son criterios de restauración y los técnicos mandan. Pero otros técnicos aseguran que se podía haber hecho en su posición original.

Lamento que estemos discutiendo esto, porque si el objetivo era dar una señal hacia los pueblos originarios podría haberse enviado un proyecto a la Legislatura para que Juana Azurduy también tuviera un lugar. Juana Azurduy y Colón. Eso hubiera sido mucho más positivo que la situación actual. Colón debe volver a su emplazamiento original y esto está sostenido por la Justicia y la Legislatura.

Si uno quisiera rever un acontecimiento de muchos años atrás puede hacerse por la positiva. Introducir la figura de Juana Azurduy podía ser interesante, pero de esta manera se busca levantar una visión por sobre otra y así se hace mucho daño, porque los argentinos necesitamos tener tolerancia y aceptar la diversidad y las diferencias.

Luis D'Elía, líder de la Federación de Tierra, Vivienda y Hábitat

Me parece muy bueno [lo sucedido con el monumento a Colón], además de acostado debería estar fuera de la ciudad. En un lugar emblemático como la Casa Rosada, que es como la entrada al país, no debería estar Cristóbal Colón, signo de la colonización, ahí tendría que estar Juana Azurduy, alguno de los nuestros. No le estamos negando lugar a Colón, que Colón esté en alguna comunidad italiana, o en Oberá, donde se hace la Fiesta del Inmigrante.

No estamos negando la historia, porque no estamos diciendo que desaparezca Colón, lo que no queremos es que sea la puerta de entrada de la Argentina.

Fernando Iglesias, político y escritor, ex diputado nacional

Los grandes países se hacen con todos, con las empresas chicas y con las grandes, con los trabajadores, la clase media y los empresarios. Y se hacen también con las grandes tradiciones.

La Argentina es fruto de dos tradiciones, la de los pueblos originarios y la de la colonización europea, cada una de ellas con su dignidad y sus barbaries, y me parece que estamos pasando de la locura de pensar que la civilización estaba solamente de un lado y del otro lado había sólo barbarie y por lo tanto todo estaba justificado, a desconocer los enormes aportes de todo tipo que ha hecho la civilización europea de la que también somos hijos gran parte de los argentinos si no la mayoría.

La idea de sacar la estatua de Cristóbal Colón forma parte del espíritu de división y fragmentación que ha sido parte del kirchnerismo durante estos diez años.

Ricardo Gil Lavedra, presidente del Bloque de Diputados de la UCR

Que el pobre Colón sea otra víctima propiciatoria de esta contienda sin fin entre el Gobierno de la Ciudad y la Nación me produce tristeza porque gobierno nacional y administraciones locales deben tener un imprescindible espíritu de cooperación; poder trabajar juntos en los temas que son comunes. Esta disputa que hay en torno a la seguridad, el transporte, ahora le tocó a Colón, con el resultado de la estatua tumbada sin que se sepa dónde va a quedar.

No cabe duda de que la colonización española significó el genocidio indígena, fue una conquista de manera absolutamente inhumana, comparto lo que se dice al respecto, así como sobre la Conquista del Desierto, y sobre toda guerra de conquista, hasta los hunos en Europa. De todas maneras, el hecho de que Colón haya descubierto América y la civilización española son elementos originales de nuestra propia nacionalidad; existimos también por ellos.

No hay contradicción entre recordar al hombre que descubrió el continente e incluso dio origen a lo que hoy somos, y la condena a los métodos a los que apeló muchas veces la conquista.

Gerónimo "Momo" Venegas, secretario general de UATRE (Unión Arg. de Trabajadores Rurales y Estibadores), candidato a diputado por Buenos Aires

Me parece lamentable que el Gobierno haya hecho esto y más contra una figura tan importante de nuestra historia. Pero este tipo de maltratos y arbitrariedades es característico de la gestión de Cristina Fernández de Kirchner.

No sé cómo se resolverá esta cuestión porque con los kirchneristas nunca se sabe. Pero sí sé que presenté hace tiempo un proyecto para que se haga un monumento a Juan Domingo Perón. La Ciudad donó el espacio pero no hubo apoyo del Gobierno nacional para hacerlo.

Rosendo Fraga, analista político

Mi sensación al ver la estatua de Colón tumbada es muy negativa. Implica casi un intento de negar las raíces históricas y culturales de la Argentina que es un país de síntesis.

Si bien es perfectamente legítimo un monumento a los pueblos originarios, no por eso hay que sacar el de Colón. La Argentina tiene que reconstruir una historia de síntesis no una historia de antagonismo.

La estatua de Colón tumbada es una expresión extrema de la política de ver la historia como antagonismo y no como síntesis. Es sectorizar y querer hacer de la historia el instrumento de una batalla política y la historia tiene que ser un elemento de la cultura, de la construcción de un país y de la construcción de consensos y realidades.

Fernando "Chino" Navarro, diputado provincial bonaerense (Frente para la Victoria)

Es bueno que asumamos la historia como realmente fue. Nos hemos criado con la idea de que la conquista vino a liberarnos cuando en realidad vino a expoliarnos y esclavizarnos.

Más allá del inmenso afecto que uno tiene por España, me parece que es bueno que demos su justo valor a lo que pasó. Eran potencias imperialistas, que buscaban nuevos territorios para ampliar su poder, se llevaban los recursos naturales y mataron a millones de personas de los pueblos originarios. Todo eso luego incidió en el desarrollo de una América Latina que era rica pero estaba empobrecida.

Pero esta revisión hay que hacerla sin odio ni apasionamientos que nos lleven a enfrentarnos sino para comprender lo que nos pasó, rescatando también lo bueno de esa conquista que a pesar de ser tal nos dejó una serie de herencias que van desde el derecho municipal hasta quienes han abrazado la fe católica o las inmigraciones posteriores, que forman parte del crisol de razas que es la Argentina.

Es una historia que no hay que olvidar pero que no nos puede dividir sino que debe servir para dar un salto de calidad y unirnos. Yo no quiero cuestionar ni descalificar, quiero conocer. Crecimos en una cultura en la que los buenos eran los soldados y los malos los indios.

También España es una nación que sufrió innumerable cantidad de invasiones. Y somos lo que somos porque allá estuvieron los godos, los romanos, los moros. Y cuando en España estudian esa historia no creo que lo hagan para descalificar.

Debemos conocernos y sentirnos orgullosos de lo que realmente somos. Cuando yo era chico y en mi pueblo me decían indio -mi madre tiene sangre mapuche- yo me sentía avergonzado. En cambio hoy les puedo transmitir a mis hijos el orgullo de tener sangre mapuche. Y eso es consecuencia de conocer la historia.

A la estatua de Colón no se la tiró, se la cambió de lugar, y se va a poner la de una mujer que luchó por la independencia de la Patria Grande y Colón tendrá otro lugar porque también es un ser querible. Yo no lo juzgo a Cristóbal Colón, era consecuencia de un momento histórico, y había que tener mucho valor para subirse a una carabela y buscar las Indias.

Ricardo López Murphy, político y economista

La estatua de Colón estuvo en esa plaza muchísimos años, reflejando una actitud del Estado argentino, de la Ciudad de Buenos Aires y de la ciudadanía sobre la historia del descubrimiento de América y del importante rol que cumplieron las comunidades españolas e italianas en nuestro propio desarrollo como Nación.

Me ha parecido incomprensible que se trate de cambiar arbitrariamente esos episodios de 500 años atrás. No creo que eso nos haga bien, no creo que le haga bien a la interpretación de la historia. Si había voluntad de hacer un homenaje a Juana Azurduy hay una gran disponibilidad de lugares como para hacerlo de una manera inteligente, vigorosa, llamativa si se quiere, sin necesidad de armar este conflicto con la interpretación de la Historia, con las comunidades italiana y española, a partir de una visión equivocada de lo ocurrido en América Latina.

Es negar la presencia civilizadora de estas olas de inmigración enorme. Me siento muy reflejado en este esfuerzo de construcción durante siglos para que este sea también nuestro lugar de realización. Cuestionar a los que somos descendientes de europeos me parece poco feliz.

Marcelo Longobardi, periodista

Pasé el otro día por detrás de la Casa Rosada y vi la estatua de Colón acostada sobre unos pallets. Y lo veía ahí al pobre, indefenso, acusado de genocidio. Genocidio, si lo hubo, no fue él el responsable; era un comerciante y navegante que llegó acá como consecuencia de una casualidad.

Yendo al tema de fondo, juzgar la historia, de hecho una historia muy antigua, desde una perspectiva actual es siempre una equivocación, más aun en este caso, en el que sobre la base de no sé qué idea, han colocado a Colón en un papel que me parece que no le corresponde.

Lo grotesco del caso es que ha habido un movimiento contra Colón para bajar su estatua como se bajó el cuadro de Videla, pero en este caso fracasó porque el pobre quedó a mitad de camino, en un purgatorio, tirado en la calle sin que quede claro si lo van a sacar o dejar.

No entiendo además por qué razón no se pueden poner las dos estatuas.

Diego Valenzuela, periodista e historiador

Colón "acostado" es una metáfora de este tiempo y de la impronta que le pone el kirchnerismo al relato de la historia. Es el símbolo de un intento de reescribir la historia con una mirada de buenos y malos. Estoy de acuerdo con que haya un monumento a Juana Azurduy, me parece una mujer espectacular, y dado el avance de los debates de género me parece bien que haya más espacio para mujeres como ella, pero no en detrimento de otro y por qué justo ahí.

Hay una intención de reescribir la historia, como si uno pudiera negar aquello que no nos gusta. Borremos de nuestra historia la etapa de la colonia porque queremos ser republicanos, borremos que acá hubo virreyes. O, como se hacía en otra época al revés, cuando los que no estaban de acuerdo con Rosas, directamente no lo enseñaban. Veo esta intención en el relato del kirchnerismo que aparenta buscar una identidad nacional recurriendo a los pueblos originarios, diciendo los españoles fueron malos, la conquista fue algo muy negativo, saquemos a Colon. No lo verbalizan así pero...

La Argentina actual es el resultado de un proceso histórico social muy complejo, como en todos los países, donde hay diferentes factores y protagonistas y todos constituyen, nos guste más o menos, la identidad y la cultura nacionales.

Negar la conquista, la etapa de nuestra patria española, porque éramos leales vasallos del rey, los que vivían acá eran españoles americanos, negar esto es negar la cultura nacional. Un país se constituye con todo esto; a eso me refería con lo de reescribir la historia con lo que me gusta.

El kirchnerismo histórico es anacronista: lee la historia desde los valores del presente. Colón es una víctima y un objetivo de este intento de reescribir la historia.