Aún quienes ven en él al futuro del radicalismo cordobés suelen calificarlo de "altanero", "soberbio", "un chico complicado". Aún sus enemigos internos reconocen en él a un "cuadro formado", "hábil como ningún otro para comunicar", "con una inteligencia superior al promedio en el partido".

Adjetivos afuera, las urnas proclamaron a Rodrigo de Loredo como el nuevo líder del centenario partido que hasta hace 25 años atrás gobernó a diestra y siniestra Córdoba, la actual capital del antikirchnerismo; y él ha decidido aferrarse a ese rol y proyectarse hacia el 2023 como candidato, con la pretensión de encolumnar a su partido en la gesta: liderar una coalición capaz de vencer al peronismo.

Durante una hora, responderá todo, pero será ambiguo ante dos preguntas: ¿Buscará la presidencia del bloque radical que hoy tiene Mario Negri, a quien derrotó en las Paso? ¿Será candidato a gobernador o a intendente?

¿Cómo asume el liderazgo interno que las urnas te dieron en las Paso?

Me toca poner la cara en un proceso que involucra a una gran cantidad de dirigentes, de caras nuevas, de nombres nuevos y de ideas nuevas que por diversas razones no salían a escena. Como consecuencia de quienes nos conducían antes, sabemos que hay que ser abiertos y equilibrados. En ese sentido, hemos dejado en claro que no queremos tirar a nadie del barco y queremos demostrar que la instancia de la interna pasó y nos proponemos unir al radicalismo.

¿Qué le preocupa de Luis Juez, su nuevo socio?

(Medita algunos segundos) Nada en particular... en todo caso, si me preguntás qué me preocuparía de Cambiemos, yo creo que hemos aprendido que tenemos que estar indefectiblemente juntos; ofrecer la ética de la responsabilidad y construir un espacio juntos en Córdoba que dé alternativa, tranquilidad y previsibilidad. También hay una razón de naturaleza electoral: nuestro adversario es una máquina de matar electoralmente. Si no queremos ser una expresión testimonial, debemos ser responsables en la unidad. De Juez, de mí, de todos quienes estamos en este proceso me preocupa que no comprendamos la responsabilidad que tenemos.

¿Considera que después de este proceso electoral, y con el 2023 a la vista, el peronismo cordobés se unirá?

Al peronismo lo une la plata y el poder. Nosotros somos distintos, por eso nuestra política es más compleja. Con el manual del peronismo clásico sobre la mesa, se juntan en 3,2,1. Pero ocurre que el peronismo nos ofrece dos opciones: una organización rayana con la ilegalidad y aceitada para la mantención del poder y la clientela; y otra versión que tiene una impronta fundamentalista, dogmática, fanática y violenta. Esta segunda, que representa el kirchnerismo, se aleja del manual pejotista. Pero el peronismo de Córdoba (representado en esa primera versión) va a trabajar para unirse, como una demostración clara que no tiene diferencias ontológicas con el kirchnerismo. Martín Llaryora trabaja en la unificación con el kirchnerismo, ese es un dato de la realidad y hay gestos en ese sentido. Habrá que ver qué hace esa expresión fanática del peronismo que es el kirchnerismo.

¿La incidencia de figuras nacionales de Juntos por el Cambio no está metiendo demasiado ruido y provincializando la interna nacional?

Nos honra que dirigentes competitivos nos visiten. Es una realidad que ahora se viaja más de Buenos Aires a Córdoba que de Córdoba a Buenos Aires. Las PASO dieron luz a un Cambiemos más federal; hasta las PASO hubo un Cambiemos porteñocentrista...

Me refiero a las polémicas nacionales que tallan en Córdoba. Como ejemplo Le pongo que Bullrich suspendió un acto porque coincidía con la visita de Macri a la Bolsa de Comercio.

Son temas menores. Acá lo que está en juego es la utilidad del voto ante dos visiones de país. Entonces, esas presencias de figuras nacionales nos permiten trabajar sobre el tópico de que la única fuerza que puede frenar el kirchnerismo es Juntos por el Cambio. Con Luis somos más cordobeses que el ferné con coca, pero no dejamos de responder a una estrategia nacional porque al final del día sigue siendo determinante en un mundo globalizado cómo se para un país. Y en ese sentido, no sobreactuamos el federalismo como Hacemos por Córdoba.

"Tenemos que estar indefectiblemente juntos; construir un espacio juntos en Córdoba que dé alternativa, tranquilidad y previsibilidad. También hay una razón de naturaleza electoral: nuestro adversario es una máquina de matar electoralmente. Si no queremos ser una expresión testimonial, debemos ser responsables en la unidad".

El eje discurso del gobernador es que usted y Juez van a responder a sus referentes nacionales. ¿Por qué no sería así?

El ejemplo más claro de que eso no va a pasar es que en las PASO los referentes nacionales no pudieron imponer los nombres que se quisieron imponer. Por eso digo que hay una sobreactuación de Schiaretti al querer ser, como dice Juez, "bonsai de caudillo". Pero claro que llama la atención que 23 años después el gobernador concluya que los subsidios que diseñó junto a Julio de Vido su ministro Fabián López son discriminatorios para Córdoba; subsidios que distribuían Walter Saieg y Gabriel Bermúdez, sus exfuncionarios provinciales.

En 2017 Llaryora fue derrotado en las legislativas y dos años después, electo intendente. ¿Por qué para ustedes sería distinta la proyección de esta elección respecto del escenario de 2023?

A diferencia de otros procesos, cuando Cambiemos llevó improntas legislativas, quienes participamos de éste entendemos que se trata de un recorrido hacia desafíos ejecutivos. Así como planteamos un liderazgo colectivo, con idéntico énfasis decimos que somos una expresión de poder. No hay duda que el 15 de noviembre nos ponemos a trabajar en proyectos de gobierno para el país, la provincia y la ciudad.

Tiene una mirada descarnada del peronismo. ¿Cómo podrías participar de un proceso de diálogo parlamentario si el Gobierno lo convoca después del 14?

-Siempre van a contar con mi partido para la construcción de consensos. Pero es imposible creerle a Massa por su trayectoria de ventajas de la que deriva su mote "ventajita". Acá hay un problema que es la expresión política peronista: los populismos tienen como estrategia la división, la búsqueda de enemigos, y una grieta como diferencial electoral; por lo que se torna complicado cuando hay una obsesión por fabricar la diferencia.

De confirmarse el resultado de las PASO será uno de los grandes ganadores del radicalismo, ¿aspira a suceder a Negri como presidente de bloque?

La voy a evadir. Falta.

No evada ésta: ¿candidato a intendente o gobernador en 2023?

Vengo estudiando la ciudad hace mucho tiempo. No deja de ser cierto que mi primer tema de estudio fue la Provincia. Sonará a casette, pero este es un espacio colectivo. Lo que va a mandar es la decisión colectiva.

Peor que evadirla, fue ambiguo. ¿Qué dice ante quienes proyectan que Juez y usted podrían construir para Juntos por el Cambio una sociedad exitosa como la que hicieron De la Sota y Schiaretti?

No nos gusta esa comparación porque aspiramos a ser mejores que un modelo que instaló que el diferencial de Córdoba fue por sus gestiones, y eso es mentira: Córdoba es Córdoba. Somos el 8 por ciento de la población y entregamos al país el 20 por ciento de los egresados universitarios y el 30 por ciento de la cosecha de granos. Nuestro balance de ellos es profundamente crítico porque empobrecieron a Córdoba.