Las PASO y el futuro Senado: ¿por qué será central para la gobernabilidad de la próxima gestión?

Las PASO y el futuro Senado: ¿por qué será central para la gobernabilidad de la próxima gestión?

Ocho provincias elegirán candidatos a senadores y abrirán pronósticos. La Cámara alta influye en temas clave que los últimos gobiernos no pudieron resolver

 

Además de las candidaturas presidenciales, las elecciones PASO definirán también las listas para el Senado de cada espacio político y el resultado general brindará un panorama sobre cómo podría modificarse la Cámara alta, un dato central frente al eventual cambio de Gobierno porque por allí pasa la relación entre el Ejecutivo y el Poder Judicial y, en cierta medida, la influencia sobre el Banco Central.

Son ocho las provincias que elegirán senadores en octubre: Buenos Aires, Jujuy, Formosa, La Rioja, Misiones, San Juan, San Luis y Santa Cruz renovarán 3 bancas cada una, un tercio de la Cámara. En las PASO del domingo, Juntos por el Cambio tiene internas en todos esos distritos para definir quiénes serán sus candidatos, mientras que el oficialista Unión por la Patria va con lista única en casi todos.

Con la excepción de Buenos Aires y Santa Cruz, todas esas provincias ya fueron este año a las urnas para elegir gobernador. Juntos por el Cambio se impuso sobre el peronismo en San Juan y en San Luis. Este domingo entran a jugar allí los candidatos presidenciales y con ellos los aspirantes al Senado, y la incógnita central es si la coalición opositora podrá repetir esos dos resultados provinciales.

Actualmente, nadie tiene la mayoría de 37 sobre las 72 bancas que conforman el Senado. Unión por la Patria tiene 31 y Juntos por el Cambio 33. El resultado de las PASO será tomado como pronóstico para octubre. Entonces las urnas definirán cómo cambian esos números y quién tendrá más votos a partir de diciembre, cuando empezará una nueva gestión Gobierno, gane quien gane.

Las PASO y el Senado: ¿por qué la Cámara alta será clave para el próximo Gobierno?

Por el Senado pasan varios temas importantes para la gobernabilidad y también para la institucionalidad y la relación entre poderes. Uno de ellos es la aprobación de jueces, fiscales y defensores públicos que debe proponer el Poder Ejecutivo. Esto incluye a los jueces de la Corte Suprema, donde está vacante desde 2021 el lugar que ocupaba Elena Highton de Nolasco.

También debe aprobar al procurador General de la Nación, jefe de los fiscales, otro nombre que debe ser propuesto por el Gobierno y que desde 2017 está bajo el mandato interino de Eduardo Casal. El presidente Alberto Fernández envió ni bien asumió el pliego de Daniel Rafecas para el cargo, pero el kirchnerismo lo pisó y así lo dejó incluso cuando la oposición abrió la negociación para aprobarlo.

Ocho provincias eligen candidatos a senadores y fijarán un panorama para la renovación de la Cámara en octubre

El Senado es el que aprueba también al presidente y directores del Banco Central para un ejercicio de 6 años. Pueden asumir igual, pero quedan nombrados "en comisión" por el Poder Ejecutivo y sin el visto bueno de la Cámara alta no están firmes quedan "a tiro de decreto". El último titular del organismo que tuvo aprobación del Senado fue Federico Sturzenegger en 2015, pero se fue en 2018 y sus sucesores (Luis Caputo y Guido Sandleris) no tuvieron acuerdo.

Es decir que desde hace ya bastante tiempo en la Argentina hay vacantes o situaciones frágiles en los órganos principales del Poder Judicial (a los que se suma el Defensor del Pueblo, también vacante) y en la máxima autoridad monetaria. Lo que está en debate es si el próximo Gobierno podrá resolver esas falencias institucionales que atraviesan a las últimas dos gestiones y que inciden en la dinámica política.

Ciertamente, muchos de esos puestos necesitan de una mayoría de dos tercios en la Cámara alta que a todos los sectores se les hace muy difícil alcanzar. Sin embargo, a la luz de lo ocurrido durante la gestión de Macri y la actual de Fernández se ve que la debilidad numérica de un oficialismo influye mucho en la capacidad del Gobierno de turno para negociar y buscar acuerdos que permitan cubrir puestos sensibles y a la vez asegurarse una mayor estabilidad política.

La gestión de Fernández padeció la lucha interna con Cristina Kirchner, a la que le siguió una derrota electoral que le costó la mayoría propia que hasta entonces tenía y, finalmente, la ruptura de cuatro senadores. En tanto, la de Macri atravesó todo el mandato en minoría y para el final contaba apenas 24 senadores. Apenas pudo apoyarse en las gestiones de Miguel Pichetto y su bloque no K con aporte de algunos gobernadores peronistas.

Rumbo a las PASO: ¿qué escenarios pueden abrirse el domingo para el Senado?

Las PASO nacionales develarán si Juntos por el Cambio sostiene sus recientes victorias en San Juan y San Luis en la categoría de senadores nacionales o si el oficialismo revierte ese cuadro de situación.

Si se diera la primera opción y no mediaran sorpresas en los otros 6 distritos, la alianza opositora quedaría a un paso (las elecciones de octubre) de alcanzar la mayoría de 37. Si se diera la segunda, el peronismo -en su configuración actual- podría esperanzarse con mantener sus números y tal vez hasta recuperar eventualmente alguna banca.

El juego de mayorías y minorías entre oficialismo y oposición influye en cuestiones estratégicas para el Gobierno

Uno u otro desenlace le marcará la cancha a la gestión de quien sea elegido o elegida Presidente entre octubre y noviembre. Claramente, el primer escenario sería favorable para el próximo Gobierno si esa tarea le toca a Juntos por el Cambio y desfavorable si Unión por la Patria lograra la continuidad.

La histórica "mayoría peronista" del Senado -siempre condicionada por las divisiones de ese variopinto movimiento político- ya está herida. La bancada que lidera la vicepresidenta Cristina Kirchner se redujo tras las elecciones legislativas de 2021 y este año sufrió la ruptura de cuatro senadores que armaron el bloque Unidad Federal.

Esa pérdida de control se hace sentir en la parálisis que vive la Cámara alta. El oficialismo necesita de apoyos extrapartidarios que ya le son esquivos y la oposición juega con su poder de bloqueo sobre las iniciativas que no le agradan, sin poder avanzar con las suyas.

En la elección de senadores nacionales de este año se ponen en juego las chances del próximo Gobierno de destrabar esa situación y abrir el juego para la construcción de una mayoría que le permita cubrir los múltiples cargos vacantes en lugares sensibles para el funcionamiento normal del Estado.

 

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