"No da para reírse": en modo campaña, Alberto contiene interna en el FdT

Alberto Fernández cuestionó duramente a la Corte Suprema, destacó el rol de Sergio Massa, recordó el intento de asesinato contra la vicepresidenta y defendió su inocencia.

Por Ezequiel Rudman

Alberto Fernández aprovechó la Asamblea Legislativa para blindar la unidad del Frente de Todos a través de una defensa pública a Cristina Fernández de Kirchner luego de la condena en la causa Vialidad, además de destacar el trabajo de Sergio Massa como Ministro de Economía por encima del resto del gabinete. En el último discurso de apertura de sesiones de su actual mandato, el Presidente salió a cauterizar la interna del oficialismo luego del armado de una mesa política para definir las candidaturas.

Ante la Asamblea Legislativa y junto la vicepresidenta, el jefe de Estado reclamó a la Justicia que esclarezca su intento de asesinato: "Vuelvo a exigir a la Justicia que profundice la investigación. Les pido que actúen con la misma premura con la que se archivan causas contra jueces y empresarios poderosos".

Además, resaltó que la Justicia "coronó su actuación con una condena en primera instancia a la Vicepresidenta de la Nación, tras simular un juicio en el que no se cuidaron las formas mínimas del debido proceso y se formularon imputaciones que rayan con el absurdo jurídico buscando su inhabilitación política", en referencia a la sentencia de la causa Vialidad. A escasos metros lo escucharon estoicos y con rostros adustos los jueces de la Corte Suprema Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz.

El capítulo económico fue uno de los más extensos y transversales, en el que destacó logros como el crecimiento conseguido en años consecutivos -un hito que no registra antecedentes desde 2008-, las dificultades que se enfrentan, y las oportunidades futuras. "Somos uno de los países que más creció en estos dos últimos años. Todas las proyecciones propias y de los organismos internacionales señalan que en 2023 volveremos a crecer. Seremos uno de los países que más crezca del mundo y de los primeros de la región", explicó, al tiempo que apuntó contra "los cataclismos tantas veces anunciados" y agradeció "el compromiso de Sergio Massa" por conducir el ministro de Economía, lo que fue acompañado con aplausos desde el recinto. Respecto de la "alta inflación", dijo que "constituye un problema estructural de la Argentina que se remonta a décadas" y explicó que el gobierno está abocado a "reducirla sin generar incrementos en los niveles de pobreza o frenos en el proceso de crecimiento que venimos experimentando", pero aclaró que "no resulta una tarea sencilla".

Sentado junto a Cristina Kirchner por primera vez en nueve meses en una presentación en público, Alberto Fernández buscó reforzar la alianza con el núcleo duro kirchnerista, que resiste su eventual intento de de reelección, con un discurso ante la 141ª Asamblea Legislativa caracterizado por los guiños hacia la ex presidenta. Si bien se abstuvo de hablar de la presunta "proscripción" de Cristina Fernández de Kirchner, después del fallo en su contra en la llamada causa Obra Pública por actos de corrupción, el jefe de Estado sí consideró que Cristina está siendo "perseguida injustamente" en la Argentina y que la Justicia busca su "inhabilitación política" con la sentencia en ese juicio: "simulado", según su opinión.

Casi en modo campaña también el Presidente responsabilizó a la ciudad de Buenos Aires por las desigualdades sociales que se registran en el país, aunque sin llegar a hablar de "opulencia", como en alguna otra ocasión. Fue entonces cuando legisladores de la oposición, de Juntos por el Cambio (JxC) en particular y en tono de burla, comenzaron a cantar: "Para Alberto, la reelección". El jefe de Estado intentó defenderse de quienes desde el núcleo duro K lo critican por ser "moderado" y terminó su discurso levantando la voz, casi desencajado, y zambulléndose de lleno en la agenda judicial que tanto preocupa a Cristina, lo que generó el rechazo de la oposición y los cánticos ya mencionados.

Fernández sí habló en esta ocasión de la necesidad de bajar el costo de vida y avanzar hacia un equilibrio fiscal en la Argentina, en momentos en los que la inflación merodea el 100 por ciento anual: "No da para reírse", aclaró de todos modos el Presidente al término de tanto alboroto en el recinto. Fue cuando puso como ejemplo el sacrificio de una vecina de La Plata para progresar como madre soltera de tres hijos. "Por lo que hicimos y por lo que falta hacer"... Así el jefe de Estado redondeó su cuarta presentación frente a la Asamblea Legislativa, con una escasa movilización de militantes en las afueras del Congreso -fiel reflejo de su estado de debilidad actual-, y sin perder de vista su necesidad de mostrarse aún en plenitud y conocedor de "lo que está sucediendo". También, como aseguró, de lo que queda pendiente: por más que el kichnerismo ya no quiera saber nada más de él.

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