Matías Tombolini: “En la ciudad de Buenos Aires hay que bajar los impuestos y que el ajuste lo haga la política”

Matías Tombolini: “En la ciudad de Buenos Aires hay que bajar los impuestos y que el ajuste lo haga la política”

El candidato a jefe de Gobierno de Consenso Federal aseguró que el próximo año será “muy complicado” y que la inflación podría superar el 100%. Su pelea por romper la polarización entre Rodríguez Larreta y Lammens y el futuro de su fuerza política en la ciudad de Buenos Aires

El economista y candidato a jefe de Gobierno de Consenso Federal, Matías Tombolini, propone reducir los impuesto para que la gente tenga “más billetera”. Al igual que su referente a nivel nacional, Roberto Lavagna, busca romper con la polarización y plantea que no hay que votar por miedo, sino “por convicción”.

Asegura que el gobierno porteño no tiene muchas herramientas para controlar la inflación o bajar la pobreza pero sí considera que pude atenuar las diferencias entre el Norte y el Sur de la ciudad de Buenos Aires. Sus critica las prioridades del gobierno de Horacio Rodríguez Larreta y al kirchnerismo por el manejo que hizo de la economía nacional.

-Mauricio Macri repitió muchas veces durante las últimas semanas que el “sacrificio” económico que hizo la sociedad sentó “bases sólidas” para que haya crecimiento durante los próximos cuatro años. ¿Cuál es tu opinión como economista?

-Creo que es una mentira más. Macri básicamente lo que hizo fue incumplir un contrato con la sociedad. Porque básicamente él le dijo a los argentinos: “Esforcémonos, en el 2016, ajustemos las tarifas, dejemos de ver el fútbol gratis porque es muy caro -que equivale más o menos a 80 segundos de tasa de interés de Leliq-, etc.”. A cambio de eso prometió desarrollo, habló de 40 años de crecimiento sostenido. Nada de eso cumplió. Y ahora ni siquiera tiene propuestas concretas, porque no habla siquiera de qué va a hacer en materia previsional, laboral, impositiva. No habla de cómo va a renegociar la deuda o qué va a hacer con el déficit. No dice nada. Es básicamente un compendio de buenas intenciones.

-Por el otro lado, Alberto Fernández promete un aumento inmediato de sueldos y salarios para “prender la economía”. ¿En un prolongado contexto inflacionario se puede terminar de disparar la inflación?

-Yo no creo que la inflación tenga un origen ni en salarios ni en jubilaciones, creo que es un fenómeno netamente monetario, pero por la carencia de demanda de dinero, no solamente por la política monetaria atada a la emisión de moneda. Pero Fernández tampoco profundiza mucho...

Matías Tombolini

-Es probable que para financiar estos aumentos que prometió tenga que emitir moneda.

-Recaudás con impuestos, la pedís prestada o imprimís billetes. No hay mucho más que eso. Argentina claramente no puede aumentar más los impuestos, no puede pedir más prestado. Bueno, imprimirá billetes. O dejará de gastar en algún punto para gastar aquí. Yo creo que lo de Fernández tal vez tiene más desarrollo que lo de Macri porque propone una política de ingresos. Entonces eso de alguna manera podría atender cierto freno en la caída de la economía que va a tener un 2020 muy, pero muy, pero muy complicado.

-Vos pronosticás que la inflación podría llegar a 100% en 2020. ¿Qué puede hacer el gobierno porteño ante un escenario tan complicado?

-No, a los gobernadores de las provincias, o en el caso de la ciudad de Buenos Aires, no se les puede encargar la responsabilidad de controlar la inflación ni de reducir la pobreza. Yo, que tengo muchas críticas respecto de Larreta, creo que no es responsabilidad suya la pobreza en la ciudad. Sí me parece que la ciudad puede tener una política que promueva el desarrollo económico, que cree empleo, que cree valor, y que permita que la situación sea más homogénea en términos de Norte y Sur. Pero en materia de inflación y de pobreza, el jefe de Gobierno puede hacer poco.

-¿Vos cómo te viste en el debate porteño?

-Yo me sentí cómodo. Traté de ir con una estrategia que era plantear problemas y soluciones. Hablamos de salud, al problema en las guardias: telemedicina. Problemas con los adultos mayores que tienen necesidad de tener un mayor monitoreo de médico: regalar pulseras de monitoreo médico que valen menos que una tablet. Problemas nutricionales: una política muy agresiva con las bebidas sobre azucaradas y etiquetado frontal de alimentos. En educación también educación para la alimentación responsable o saludable. Seguridad: más pistolas taser, más reconocimiento facial y obviamente coordinar con las fuerzas federales.

-Todos los candidatos de la oposición coinciden en criticar la política educativa del oficialismo. ¿Es un problema que se resuelve con un aumento de presupuesto?

-Yo creo que no. No se trata de discutir el cuánto sino el cómo. El cuánto es importante, pero si no tenemos claro dónde estamos parados y si creemos que educar mejor es entregar notebooks o enseñar robótica, nos estamos equivocando de estrategia educativa. Yo soy titular de cátedra en el CBC de la UBA y veo cómo llegan los chicos, no comprenden un texto. Hay un enorme problema en la capacidad para comunicar y de estudiar. Hay que incorporar el desarrollo de habilidades blandas, que tienen que ver con educación financiera, educación vial, educación para la alimentación saludable, Educación Sexual Integral. Yo me imagino una revolución educativa.

-En la campaña hablaste mucho de bajar impuestos. ¿Esa reducción no afectaría los planes de obra pública o la capacidad de aumentar salarios?

-En una sociedad moderna cuando pagás impuestos cedés libertad, porque dejás de decidir vos qué hacer con tu plata. Pero a la vez ganás en igualdad, para que todos tengan oportunidades más o menos parecidas. El problema en la Argentina es que desde el kirchnerismo en adelante se rompió esa ecuación, porque te cobran mucho más por un Estado que no te da mucho más. Entonces yo digo que lo que hay que hacer es bajar los impuestos. Te tienen que cobrar una boleta más barata sin que eso quite servicios del Estado. Y ese ajuste lo tiene que hacer la política. Y claro, vos si empezás a recortar tenés que hacerlo, por ejemplo, con las baldosas, que hoy son más de $2.000 millones. Entonces hay que decirle a la política: “Te trazo la raya 20% más abajo, arréglate”. Para que los ciudadanos tengamos más, la política tiene que tener menos. Menos, arréglense, punto. Quiero una billetera más chica para la política, no más grande. Una billetera más grande es lo que proponen Larreta y Lammens.

-¿Cómo gestionó el tema de la deuda el Gobierno porteño? ¿Creés que puede llegar a ser un condicionante para la próxima gestión?

— Yo creo que el nivel de endeudamiento de la ciudad es elevado respecto a lo que había. Era 2% y ahora es 10% del Presupuesto. Pero para mí no está mal tomar deuda para hacer obras de infraestructura, por el concepto de la intertemporalidad. Si vos construís un puente que vas a usar por tres generaciones es razonable que te endeudes a largo plazo para que no lo pague todo esta generación. Sí me parece que hay que discutir bien por dónde se empieza. Obviamente, de vuelta, entre Norte y Sur me parece que queda claro que el beneficiado fue más bien el Norte.

-¿Qué obras habría que encarar en los próximos cuatro años?

-Hay que continuar con la eliminación de los pasos a nivel. También me gustaría que en la parte de abajo de los trenes elevados pudiéramos ver más metros verdes. Porque la Ciudad de Buenos Aires tiene 6 m2 de espacios verdes por habitante, lo recomendable es 10. Las grandes ciudades del mundo van a 20. Este es un gobierno que no tiene eso en sus prioridades y podría hacerlo. Para mí es algo que sería excelente de impulsar si yo fuera jefe de Gobierno.

-¿Cómo resolverías el problema de los piquetes y de los trapitos?

-No hay soluciones mágicas para resolver ni el problema de los trapitos ni el problema de los piquetes. Son dos problemas de carácter distinto. Si hay un trapito que está en la misma cuadra a lo largo del tiempo. Entonces la regulación de la actividad es una potestad exclusiva y excluyente del Estado. Pero la verdad es que no siempre está en una misma situación, no es lo mismo un trapito con 5% de desempleo que un trapito con 15%. Esto no es justificar a los trapitos, pero es entender el contexto, no es lo mismo un país que crecer que un país con 40% de pobres, los problemas son distintos, y por lo tanto las soluciones tienen necesariamente que ser diferentes. Y obliga a tener una mirada desde una sensibilidad distinta. Con el tema de los piquetes también pasa algo parecido. Yo creo que la protesta social es una protesta válida. Por supuesto los derechos de todos terminan cuando empiezan los derechos de los otros. Y eso supone cómo convivir en la vía pública liberando parte de la calzada, cómo dialogar antes de que se ocupe la calzada con quienes están marchando. ¿Podés enojarte con los piqueteros? Sí, también. Pero también podés ver lo que pasa en otras partes del mundo en donde los movimientos sociales no están tan organizados como en la Argentina. Mirá Chile. Mirá Ecuador.

-Chile explotó en parte por la falta de canales de diálogo…

-Los movimientos sociales han tenido un rol en la Argentina que lejos de ser de agitación, por más que compliquen el tránsito y molesten, tienen un enorme valor en términos de la contención. En Chile aumenta 30 pesos el boleto de subte, de 800 a 830, le prendieron fuego Santiago de Chile al presidente. El año pasado en París, Macron movió 4% la nafta y le prendieron fuego París.

Matías Tombolini en Infobae

-¿Por qué Larreta no paga el costo político de la situación social que describís?

-No sé si no paga costo político. Hay que ver qué pasa el domingo que viene. No hay ningún motivo nuevo para votar a Macri. Está claro que forma parte del dispositivo político que gobierna en la Argentina y que acumula un poder inaudito. Con Ciudad, Nación y Provincia del mismo color político no resolvieron nada. Hay buenas obras, Larreta tiene una cultura de gestión que es muy valorable, pero una idea de diseño de la política pública y de gestión de la política en sí misma que yo no comparto.

-Si en la ciudad hay balotaje, ¿van a manifestar su apoyo por alguna de las opciones o no se pronunciarán?

-De ningún modo me creo dueño de los votos. De modo que yo podré expresar cuál es la agenda de ambos candidatos que me resulta menos mala. La mejor me parece que es la que impulsamos junto a Daniela Gasparini, a los legisladores y a los comuneros. Creo que tengo el mejor equipo legislativo lejos. Por otro lado, entendemos que Macri no le puede ganar a los Fernández, no tiene chances de ganarle al kirchnerismo. Por eso invitamos para el próximo domingo a votar con convicción, votar propuestas, y no a votar por miedo, que ha sido sistemáticamente lo que propuso Cambiemos en esta campaña.

-¿Qué expectativas tienen para el domingo y para los próximos cuatro años?

-Excelentes. La verdad que yo estoy muy contento de la campaña que transitamos. Aprendí mucho de Roberto y de Marco Lavagna. También esperamos la elección con ansiedad propia desde APPS (Avancemos por el Progreso Social), nuestro partido. Afiliamos 5.000 personas, tenemos nuestra personería acá en Capital, y el lunes 28 ya vamos a estar empezando a tramitar la personería en provincia de Buenos Aires, porque tenemos un proyecto de poder concreto, porque tenemos propuestas para todo el país, y entendemos que ésta es una experiencia que nos permite dar un paso más.

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