Massa y Zamora se enfrentan en Tigre, y Cambiemos busca aprovechar la grieta

Massa y Zamora se enfrentan en Tigre, y Cambiemos busca aprovechar la grieta

Tras acordar con el Frente Renovador, el PJ ahora le niega la boleta al intendente, al que había cobijado durante dos años; en el oficialismo esperan sacar ventaja de la división

 

Con visos de tragedia griega, pero encarnadura peronista del conurbano, en Tigrese cocina el primer hervor de una pelea fraternal. Puede sonar exagerado, pero no lo es: quienes entraron en guerra, el líder del Frente Renovador, Sergio Massa , y el intendente Julio Zamora, funcionaron como un binomio desde fines de los 90, alternándose en derrotas y victorias hasta controlar el municipio, en 2007.

En la medianoche de ayer, cuando el PJ, Unidad Ciudadana y el Frente Renovador presentaron la alianza Frente de Todos ante la Justicia Electoral, Zamora recibió el primer golpe: el kirchnerismo accedió a colocar a Eduardo Cergnul como apoderado de la coalición en los municipios massistas, incluido Tigre.

Cergnul también trabajó con Zamora durante años, pero responde a Massa. Para el intendente, esa designación significa una sola cosa: que no le darán la boleta del Frente de Todos para buscar la reelección y que la única candidata será Malena Galmarini, la esposa de Massa. Desde La Cámpora ya le avisaron que solo le pueden ofrecer una boleta "corta", despegada de la que encabezará Alberto Fernández.

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"Era el Messi de la unidad y me tiraron como un perro por la ventana", les dijo Zamora ayer a los suyos. Hablaba del PJ y el kirchnerismo, con los que volvió a convivir a partir de 2017, cuando empezó a tomar distancia de Massa. Zamora, de hecho, preside el PJ tigrense y apoyó a Fernández antes de que Massa confirmara su regreso.

"La decisión del partido hizo lugar a los caprichos de Massa. Los vecinos de Tigre no se merecen esto: yo voy a ser candidato a intendente", le dijo Zamora a LA NACION, que hace días empezó a buscar apoyos entre los peronistas y kirchneristas que lo cobijaron en estos años. Lo llamaron varios, solo unos pocos lo apoyaron en público.

Cerca de Massa le bajaron el precio a la interna del pago chico. Indicaron que están ocupados en la negociación nacional con el PJ, no en la trama local. Quienes conocen a Massa y Zamora de cerca, de hecho, creen que todo se resolverá con una charla entre ambos. Galmarini, mientras tanto, suma reuniones con dirigentes peronistas.

Zamora dice que peleará hasta el final para competir con la boleta de Fernández y que quiere el derecho a ir a internas con Galmarini. Pero, como cada vez que un intendente peronista queda acorralado, el conurbano se agita y todas las versiones se disparan.

Cambiemos ya tomó nota. Le agradaría ver a Zamora competir con boleta corta, dividir votos con Galmarini y soñar con que el actor Segundo Cernadas gane la intendencia. Pero más le serviría sumar votos directamente de Zamora. Los sondeos ya se iniciaron.

Aunque fue la primera en estallar, la interna de Tigre está lejos de ser la única. El PJ tiene frentes abiertos en Morón, Moreno, Quilmes, Mar del Plata, La Plata y 25 de Mayo, entre otros. La puja más repetida es entre peronistas y cristinistas. Cambiemos, a su vez, busca evitar enfrentamientos en Merlo, Moreno, Ituzaingó y otros municipios del PJ. Pero también le aparecieron desafíos internos, como el que Ramón Lanús, de Pro, le hizo al intendente de San Isidro, Gustavo Posse.

Las fricciones que no se resuelvan estallarán el 22, cuando se cierren las listas de candidatos. Como en Tigre.

 

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