El ministro de Economía y su equipo pasaron gran parte de las últimas dos semanas en Washington gestionando la ayuda para intentar calmar a los mercados; el rol del secretario del Tesoro y del FMI
Guillermo Idiart
El equipo económico liderado por el ministro Luis Caputo cerró este viernes uno de los raids por Washington más intensos de los que se tenga memoria. Fueron casi dos semanas -con un breve paréntesis en Buenos Aires- subidos a una montaña rusa en la capital norteamericana a la que no le faltó nada: jornadas maratónicas en el Departamento del Tesoro; sorprendentes anuncios de su todopoderoso secretario, Scott Bessent; encuentro oficial con Donald Trump en la Casa Blanca con una sorpresiva respuesta que alarmó a los mercados; reuniones en el Fondo Monetario Internacional (FMI) y con banqueros, y exposiciones ante agentes del mundo financiero que siguen con máxima expectativa el devenir económico y político de la Argentina de cara a las elecciones legislativas del 26 de octubre.
La economía y los mercados argentinos se movieron en las últimas dos semanas al ritmo de los tuits del secretario del Tesoro, el artífice del auxilio financiero al que el Gobierno de Javier Milei le jugó un pleno para estabilizar la volatilidad preelectoral en un momento determinante para la gestión libertaria. Sin embargo, pese a la serie de anuncios de alto impacto y la fuerte intervención cambiaria, el mercado desafió el “efecto Bessent” y le puso más presión al dólar en el último día de Caputo en Washington.
El secretario del Tesoro, Scott Bessent, en el encuentro en la Casa Rosada con la comitiva argentina encabezada por Javier Milei.Alex Brandon - AP
Como suele pasar en las dos asambleas que el FMI coorganiza cada año con el Banco Mundial (BM) en esta capital, el caso de la Argentina -el mayor deudor del organismo que lidera Kristalina Georgieva- fue protagonista en los pasillos de sus headquarters. Pero esta vez hubo un convidado estelar que acaparó todos los flashes e incluso dejó en segundo plano al Fondo: Bessent.
La mecánica se repitió calcada desde que Caputo y su equipo -el secretario de Política Económica, José Luis Daza; el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, y el presidente del Banco Central (BCRA), Santiago Bausili- pisaron Washington el sábado 4 de octubre por la mañana. Cada una de las notificaciones oficiales de la ayuda norteamericana corrió por cuenta de Bessent y estuvo acompañada minutos después por el agradecimiento de Caputo en redes sociales. Sin excepción.
La última fue este viernes, cuando Bessent confirmó que Estados Unidos había intervenido el jueves en el mercado local -incluso en dólares financieros- y lanzó otra fuerte señal al afirmar que el Tesoro tiene la “capacidad de actuar con flexibilidad y contundencia para estabilizar a la Argentina”.
Caputo retuiteó el mensaje con tres banderas argentinas. “Si tengo que dar una camiseta de Messi, se la doy a Bessent”, lo había ensalzado días atrás el propio Milei. Sin embargo, el mercado pareció no tener el mismo entusiasmo este viernes: la caída del peso se aceleró pese al respaldo reloaded del secretario del Tesoro.
La intervención del Tesoro en el mercado cambiario con la inédita compra de pesos; el swap por US$20.000 millones que se está terminando de cocinar -podría activarse antes de las elecciones, dijo Bausili-; la estrategia a través de bancos norteamericanos para duplicar a US$40.000 millones el auxilio financiero, y la interacción con el FMI para dilucidar cómo se coordinarán ambos programas de ayuda acapararon cada charla sobre la Argentina esta semana en el Fondo y en los eventos de los que participaron los funcionaros del equipo económico.
Tal fue el protagonismo del Tesoro en estos días que en el FMI -anfitrión de la reunión anual- eligieron mantener la cautela en todo lo relacionado con la Argentina. En la conferencia de prensa con Georgieva no hubo periodistas argentinos designados, pese a su insistencia. La directora gerente solo habló del país y del Gobierno en una entrevista con Bloomberg, sin grandes definiciones.
Luis Caputo y Santiago Bausili recibieron el premio de LatinFinance al Ministro de Economía y al Presidente del Banco Central del año, y fueron acompañados por el resto del equipo económico.
Y en su presentación, el viernes, Nigel Chalk -designado como director del Departamento del Hemisferio Occidental en reemplazo de Rodrigo Valdés a partir del 27 de octubre- respondió en menos de un minuto una secuencia de preguntas que duró tres minutos y medio.
“Me sorprenden tantas preguntas sobre la Argentina”, reconoció Chalk (un conocedor el caso argentino), lo que generó risas del auditorio. “Bienvenido”, le dijo un periodista. Solo contó, escueto, que estuvo “muy involucrado tanto con la Argentina como con el Tesoro norteamericano a lo largo de este proceso” y que este plan “complementará el programa respaldado por el Fondo”.
En un momento delicado dada la cercanía de las elecciones legislativas, todos esperan que Bessent -como siempre- revele más detalles del plan. “Para la Argentina hubo buenas noticias en estos días en Washington, pero todos quieren saber cómo seguirá todo después del 26. Será bisagra”, dijo a LA NACION uno de los oyentes de Caputo y Bausili en el salón del hotel Mayflower.
La primera semana del equipo económico en Washington -entre el 4 y el 10 de octubre- estuvo dedicaba casi full time al Tesoro. “De lunes a jueves trabajamos entre 9 y 12 horas por día con funcionarios de alta jerarquía del Tesoro”, contó Bausili. La primera foto de Bessent y Caputo -en medio de la expectativa por un anuncio del auxilio- llegó el lunes 6.
Luis Caputo y Santiago Bausili, en el evento organizado por el JP Morgan.LA NACION
Los funcionarios argentinos remarcaban que no ganaban nada en hacer comentarios sobre los alcances de las negociaciones y que las cosas se comunicarían cuando estuvieran “hechas”.
Tres días más tarde se produciría el tuit del secretario del Tesoro que descomprimió -en parte- los altos niveles de ansiedad en Buenos Aires para conocer el alcance del acuerdo. Intervención en el mercado de cambios, swap por US$20.000 millones y un mensaje directo al corazón financiero: “Estamos preparados, de inmediato, para tomar las medidas excepcionales que sean necesarias para estabilizar los mercados”.
Fue el "whatever it takes" que tanto repitió Caputo en sus múltiples presentaciones en los últimos días en esta capital. En el Atlantic Council, en un evento ante banqueros e inversores organizado por JP Morgan y al recibir el premio al mejor ministro de Economía del año de parte de la revista Latin Finance. Omnipresente, también apareció en el 61° Coloquio de IDEA a través de un video pregrabado de 10 minutos.
“Obtuvimos nuestro ‘lo que fuera necesario’ del país más poderoso del mundo. Para mí, esto es un 'game changer’ total”, les dijo a los banqueros en un hotel de Washington. Las preguntas al ministro y a Bausili se centraron en la situación política y cómo el Gobierno puede asegurar que el país deje atrás “el péndulo de izquierda a derecha”.
Caputo tuvo otro momento de protagonismo -indeseado- ante las cámaras de televisión en la puerta de Blair House, la casa de huéspedes presidenciales frente a la Casa Blanca, luego de la reunión del martes pasado entre Donald Trump, Milei y sus comitivas en la Sala de Gabinete.
Javier Milei, Donald Trump y sus comitivas, en un almuerzo en la Casa Blanca.Bloomberg via Getty Images
Ese día, el ministro de Economía se vio en la necesidad de hablar con la prensa para aplacar el revuelo y el impacto en los mercados que había generado la frase de Trump que condicionaba su apoyo a Milei al resultado de las elecciones legislativas. “Obviamente fue una mala interpretación del mercado o del periodismo. Entendible, no cuestiono eso, pero no es lo que dijo el presidente. El apoyo es a las políticas” del Gobierno, deslizó. Fue parte de una estrategia más amplia de la Casa Rosada para hacer control de daños.
En la Casa Blanca Caputo tenía sentado a su izquierda a Bausili, que mantuvo un perfil un poco más alto que el habitual en esta gira en dos tandas por Washington. También compartió paneles con el ministro en el Atlantic Council y en el evento del JP Morgan. Incluso fue premiado por Latin Finance en la misma ceremonia que Caputo.
“Con el mejor banquero central del año, mi amigo @Kicker0024″, lo elogió el ministro, con una imagen de ambos en pleno atardecer en la terraza de la sede del Citi en el icónico Evening Star Building. Fue un momento de distensión para el equipo económico, con el doble premio y discursos elogiosos a los resultados del programa.
Los bancos también tuvieron su protagonismo en los días washingtonianos del equipo económico, y se asoman como un actor central en la siguiente etapa del auxilio diseñado por Bessent. Caputo se reunió con la presidenta ejecutiva del Banco Santander, Ana Botín. “Una amiga de nuestro país”, la definió. Y el sitio Semafor reveló el jueves que JP Morgan, Bank of America, Goldman Sachs y Citigroup están en conversaciones con el Tesoro para ampliar la ayuda al país.
Fue la continuación de la saga tuitera de Bessent, que el día previo -cuando la frase de Trump aún generaba ruido- había señalado que su Departamento estaba trabajando con bancos y fondos de inversión para crear una facilidad de US$20.000 millones para invertir en la deuda soberana de la Argentina.
Los bancos estarían discutiendo un préstamo de emergencia respaldado por activos argentinos, señaló Semafor, que agregó que las conversaciones están en curso y que aún se están resolviendo garantías específicas.
Ese podría ser el nuevo as en la manga de Bessent, el funcionario norteamericano que desoye las críticas en Estados Unidos por rescatar al aliado de Trump y que ha concentrado como pocas veces la atención argentina en un secretario del Tesoro.
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