Hay que llegar a octubre

Hay que llegar a octubre

Una vez más, Miguel Nanni sofocó un intento de rebelión dentro del “Frente Cambiemos” que en Salta comparten la UCR, el PRO y otros partidos menores. En esta oportunidad los revoltosos no fueron sus correligionarios radicales sino Bettinita Romero y unos pocos dirigentes macristas. 

En medio de las operaciones, el cafayateño consiguió el decidido respaldo de Emilio Monzó, el principal armador político de Mauricio Macri, que estuvo por Salta la semana pasada para organizar la etapa final de la campaña electoral. Fiel a sus orígenes peronistas, el ministro de Gobierno de Buenos Aires encabezó una reunión y comunicó que la campaña salteña se estructurará de manera vertical “detrás de las figuras de Mauricio y de Miguel” y que eso “no está en discusión”.

Inexperta y caprichosa, Bettinita intentó cuestionar esas directivas pero fue cortada en seco y el repetido mensaje quedó claro para todos los presentes: detrás de Macri, el candidato es Nanni y la campaña debe darle el impulso definitivo para llegar al Congreso de la Nación.

Está cerca pero no puede confiarse: en las primarias sumó más de 82 mil votos y terminó segundo de Javier David que juntó 170 mil y por delante de Alfredo Olmedo que reunió 78 mil pero, como advirtió Cuarto Poder entonces, “si se computan los frentes electorales, con más de 132 mil votos Cambiemos quedó tercera por detrás de los casi 140 mil de UNA y de los 250 mil del Frente para la Victoria”. El trabajo del titular de la UCR, avalado por Monzó y por las autoridades nacionales del radicalismo, está dirigido a contener los 50 mil votos que estuvieron con Bettinita y lograr que la candidatura de Macri le arrastre votos.

Pero que nadie se engañe, la visita del operador macrista estuvo motivada no por las desavenencias locales sino por el interés en los votos que le faltaron a su fórmula presidencial en agosto. Casi en todo el país Daniel Scioli fue primero, Mauricio Macri segundo y Sergio Massa tercero pero en Salta las cosas fueron diferentes y el jefe de Gobierno de Buenos Aires quedó por detrás del ex intendente de Tigre.

Monzó y el operador radical Walter Ceballos creen que pueden modificar ese orden para ayudar a que Mauricio Macri y Gabriela Michetti lleguen al ballotage contra Daniel Scioli y Carlos Zannini y para ello quieren una campaña bien estructurada y sin fisuras por donde se puedan escapar votos. “Vamos a trabajar todos juntos para que Mauricio sea el próximo presidente de los argentinos” admitió a la prensa Bettina Romero luego de entender que la imagen de la campaña salteña será el radical.

Por separado ambos comenzaron a levantar el perfil y ya recorren los medios de difusión con su mensaje proselitista. La figura provinciana de Nanni, además, fue elegida para renovar y “federalizar” la campaña de la porteña fórmula presidencial del PRO y por eso el salteño estuvo esta semana en Buenos Aires participando de algunos programas de televisión en los que orientó su mensaje a la crisis de las economías regionales, a la necesidad de entregar competitividad y rentabilidad a los productores e industriales del norte, y al objetivo político de devolver institucionalidad al país.

De acuerdo a su análisis electoral, “con Zannini el kirchnerismo le puso un techo muy bajo a Scioli, que no podrá eludir la segunda vuelta”. La figura del “techo bajo” es justamente la que lo esperanza para llegar al Congreso porque sin Sicoli traccionando voluntades, Juan Manuel Urtubey no podrá conseguir los votos que el Frente para la Victoria necesita para quedarse con 3 de las 4 bancas que la provincia renueva. Así las cosas, en las próximas semanas el candidato a diputado repartirá su tiempo entre Buenos Aires donde mantendrá reuniones partidarias y buscará ocupar cierta visibilidad en los medios de difusión nacionales y el interior de la provincia donde encabezará distintos actos de campaña.

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