Llaryora se instala en Buenos Aires en una semana clave para el Gobierno

Llaryora se instala en Buenos Aires en una semana clave para el Gobierno

Con el foco puesto en retenciones, jubilaciones y biocombustibles dentro de la ley ómnibus, el gobernador tiene agenda hasta mañana al mediodía en territorio porteño. “Se instala en la Casa de Córdoba con llamados y reuniones”, dicen en el llaryorismo. Cómo ve el ala Pichetto-Monzó este desembarco y la dura crítica de Gutiérrez en Río Cuarto a Milei.

Por: Gabriel Silva.

En una nueva combinación de la suerte que se juega en los dos frentes abiertos –el local con los estatales y el nacional como garante del campo-, el gobernador Martín Llaryora comenzará la semana instalado en Buenos Aires en el epílogo de la discusión por la ley ómnibus. Después de las duras críticas hace unos días al proyecto por incluir una suba en las retenciones, el primer mandatario cordobés tendrá agenda en territorio porteño hasta mañana al mediodía. Cuando, probablemente, el pretencioso paquete de leyes que envió el presidente Javier Milei al Congreso obtenga dictamen y sea tratado entre miércoles y jueves. Como contó Alfil en la primera parte de la semana pasada.

El gobernador se instalará en la Casa de Córdoba y desde allí tratará de incidir en la discusión para sostener su objetivo de los últimos días: que los cinco diputados del PJ cordobés que integran el bloque Hacemos Coalición Federal no acompañen el artículo de aumento de las retenciones. Además de elaborar un proyecto propio en torno a la movilidad jubilatoria, ratificar la defensa a los biocombustibles y no garantizar la delegación de facultades al Ejecutivo por dos años con la opción de prorrogar por otros dos. Por ahí, en el trazo grueso, pasa el GPS del cordobesismo que intenta liderar Llaryora.

“La base será la Casa de Córdoba para reuniones y teléfono”, respondió de manera escueta a Alfil una persona del entorno de Llaryora. Sin ampliar, ni confirmar que en esa serie de reuniones y encuentros esté previsto un contacto con el bloque de diputados, una versión que otra fuente ayer a este diario respaldó, pero que integrantes del mismo heterogéneo bloque, desestimaron.

“La ansiedad de él (por Llaryora) va a contramano del movimiento quirúrgico que se vive en un bloque variopinto como el nuestro. Se instalará y querrá mover fichas en Buenos Aires para tratar de mostrar federalismo, pero a nosotros no nos dijeron nada de una reunión con él”, sostuvo un hombre con despacho en el Congreso e integrante de la bancada que preside Miguel Pichetto.

Como también lo contó Alfil la semana pasada, desde El Panal hubo un fuerte enojo con algunos referentes del bloque como es el caso de Pichetto y Monzó por no encontrar en Córdoba un rechazo contundente de éstos a la suba de retenciones. Por ello, la discusión dentro de la bancada sigue siendo tensa, al igual que la cuestión jubilatoria. Sobre lo que otro integrante del bloque aseguró: “no sé si ellos quieren seguir tirando de la cuerda con los socialistas y (Margarita) Stolbizer”, en una clara muestra de las desventajas que hoy evidencia la pluralidad del mega bloque.

El legado del cordobesismo

La carrera de postas que hizo el PJ en Córdoba en el último cuarto de siglo tiene entre sus activos los buenos dividendos –electorales y económicos- que le trajo al binomio De la Sota-Schiaretti construir una exitosa relación con el voto soja. Legado que el propio Llaryora pretende incorporar de arranque en el comienzo de la gestión, aunque con un agregado: el desembarco porteño en busca de una proyección nacional. Estrategia en la que se diferencia de lo tardía que fue esta maniobra para sus dos antecesores.

Esto, sumado a la creación de un vínculo propio y no heredado que él mismo pretende con el Círculo Rojo cordobés, son las bases para entender la construcción de ese relato en el ADN del llaryorismo.

En tanto, el híbrido que significa el oficialismo provincial observado con perspectiva nacional, le impiden a Llaryora ser parte del Zoom de los gobernadores de Juntos por el Cambio y también estar lejos del encuentro de mandatarios del PJ que lidera el bonaerense Axel Kicillof. Sin embargo, lo que entienden como una debilidad incluso sus nuevos socios parlamentarios; cerca del gobernador lo observan como una fortaleza a la hora de apurar el diálogo con la Nación por cuestiones pendientes.

Horas decisivas en el Congreso

Mientras, en el Parlamento los bloques dialoguistas aguardan para la mañana de hoy la respuesta del Gobierno a la serie de propuestas que elevaron sobre el final de la semana pasada. Después del zoom de los mandatarios provinciales de Juntos ayer, el entorno de Monzó envió un resumen de lo conversado en la reunión de legisladores nacionales donde, además del expresidente de la Cámara de Diputados, estuvieron también Nicolás Massot, compañero de bloque de los cordobesistas, el jefe del bloque del PRO, Cristian Ritondo, y el de la bancada UCR, Rodrigo de Loredo.

Hoy habrá reunión en cada una de esas bancadas para resumir lo conversado y en horas de la tarde se aguarda la conferencia de prensa de los gobernadores de la coalición. Antes, ninguno, ya sea de la alianza; o incluso el propio Llaryora, participarían de una reunión con los 23 diputados del bloque.  

Por lo que en el medio de toda esa agenda, Llaryora buscará tener voz y agenda propia. Por fuera de los grandes armados y al tanto del enojo de Milei con la reacción de varios. “El Presidente quiere poner el país en marcha y hoy se lo impiden el Congreso y los sindicalistas”, dijo un libertario cordobés a este medio ayer y, además, agregó la versión de un posible canal de diálogo directo entre la Nación y la Mesa de Enlace, sin interlocutores. Como lo cuenta hoy esta edición de Alfil.

El enojo de Gutiérrez

En tanto, uno de los que salió con todo a cruzar al Gobierno nacional por el tema retenciones fue el vicepresidente del mega bloque Hacemos, el schiarettista Carlos Gutiérrez. “No le vamos a dar las retenciones, siguen ordeñando la misma vaca y no dicen nada de Tierra del Fuego. No hay un plan productivo de este Gobierno, aumentan también las retenciones industriales y están tirando abajo todo lo construido en mucho tiempo”, dijo en el programa riocuartense Póster Central.

A lo que agregó: “no me gusta Milei, ni su gestualidad ni sus ideas. Pero no puedo desconocer que hubo 15 millones de argentinos que lo votaron buscando un cambio”. Y cerró siendo crítico de las privatizaciones al decir “me hace acordar a los ’90, ¿no aprendimos nada de los ’90?”. 

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