Retenciones como bandera cordobesista y fondos para la Caja, el gran agujero negro de la provincia, son prioridad. ¿Coparticipación del impuesto Pais, game over? El gobernador se reúne con mandatarios en el CFI y busca puntos en común entre necesidades muy distintas. Se vienen quince días clave.
Por: Bettina Marengo.
Martín Llaryora tiene en claro que el 25 de mayo es un puente que queda demasiado lejos y que lo importante es lo que suceda en los próximos quince días, cuan[1]do el presidente Javier Milei se reúna con los gobernadores y todos pongan sobre la mesa lo que consideran innegociable para sus arcas y sus construcciones políticas.
La reunión del jefe de Estado con los mandatarios aún no tiene fecha, algunos hablan de esta semana y en el Panal manejan extraoficialmente el lunes 11 de marzo como día probable. Lo que reina es la incertidumbre y una seguridad: no hay “Consenso de Córdoba” sin acuerdo en el Congreso.
“Imposible tener una posición si no tenemos los motivos concretos de la convocatoria”, dijeron, pero reiterando el credo cordobesista: para Llaryora la base de negociación es el reclamo por los fondos para la Caja de Jubilaciones de Córdoba, la restitución del Fondo Compensador para el transporte, el Fonid y el principio de “no retenciones” a las exportaciones.
A eso se suma un pedido para que la apertura de las importaciones y de la economía-uno de los puntos del decálogo del 25 de mayo- no afecte la industria cordobesa, posición proteccionista que descuidó la propia Unión Industrial de Córdoba, que salió a apoyar la propuesta de Milei a las pocas horas del discurso del 1M.
En el paquete fiscal que fue el origen del plantón de Llaryora ante Luis Caputo y Milei cuando se discutió la ley ómnibus en extraordinarias, ahora el cordobesista asume que la coparticipación del impuesto Pais es un tema en el cual el liberal no cederá y que la discusión no puede ir por ahí. Habrá que ver si, a cambio, el mandatario provincial acepta la vuelta atrás sobre Ganancias, algo que no había querido hacer para cuidar su relación con los gremios.
“Nuestra posición es la misma de siempre, garantizarle la gobernabilidad en todos los temas que no pongan en riesgo el tejido social y productivo de Córdoba y el reclamo de los recursos que nos corresponden por leyes y acuerdos recientes”, dijeron desde el Panal, donde admiten que si el esquema Córdoba queda a salvo, Llaryora acompaña la ley Bases en el Congreso, el verdadero objetivo de Milei en todo este juego. Aunque lo más probable es que el presidente haya elegido a Córdoba para su foto federal porque acá lo votó el 75% del electorado y la presión social en contra de los opositores es alta, en el entorno llaryorista hay cierto optimismo con el futuro trato a Llaryora. “No va a elegir Cordoba para matarlo a Martín”, se entusiasman.
Esta semana, el sanfrancisqueño participará de un encuentro con sus pares en el Consejo Federal de Inversiones (CFI) de Caba, y con su titular, Ignacio Lamothe. Córdoba buscará que reingrese al espacio la provincia de San Luis, desvinculada del organismo federal por el exgobernador Alberto Rodríguez Saa en tiempos del kirchnerismo. Llaryora tiene una buena relación con el actual mandatario, Claudio Poggi de Juntos por el Cambio y nacido en Córdoba, y el enlace le sirve para sumar adhesiones en la heterogeneidad de intereses que mueven a los mandatarios de la Región Centro, patagónicos o del NOA, por ejemplo. “Unos pelean el petróleo, otro el litio y la minería, nosotros las retenciones, no es fácil pero quiere que se encuentre un punto en común” para jugar ante el jefe de la Rosada, comentan voceros del gobernador.
En lo político, la cuestión de las retenciones es una bandera que el cordobesismo aferrará aún a costa de la relación con el libertario, porque es la base del pacto del exgobernador Juan Schiaretti y del propio Llaryora con el electorado de Córdoba y de la Región Centro. Las elecciones municipales de Río Cuarto se celebrarán en el corto plazo y Hacemos Unidos por Córdoba no regalará a radicales, pro y juecistas ese estandarte convocante en la zona. Pero además, Schiaretti no ha archivado para nada su sueño presidencial para 2027, y si bien preferirá mirar desde el banco los comicios de medio término del 2025, es lógico que el acuerdo con su sucesor sea mantener ese reclamo pro producción.
Desde su ostracismo, el ex mandatario tiene previsto dar unas charlas en los EE.UU. en las próximas semanas. En lo económico, la Caja de Jubilaciones y el “agujero negro” -palabras del oficialismo- que representa para el tesoro provincial su déficit mensual es prioridad para el Panal. Algunos voceros muy informados aseguran que es casi la única que desvela realmente al gobierno. “El Fonid es un reclamo más político”, admiten.
El fin de semana, el extitutular de Anses y exministro de Finanzas de Schiaretti, Osvaldo Giordano, ratificó en una nota con el diario La Voz que la Nación debería enviar a Córdoba diez mil millones de pesos mensuales y no lo está haciendo. El desfase lo cubre la Provincia, que se aseguró un aumento importante de los impuestos provinciales, indexables por inflación, y el incremento del aporte de los propios estatales a la Caja. Además, amplió la base de los pasivos alcanzados por el diferimiento de los aumentos a los activos, que a partir de marzo alcanza a haberes a partir de 235.000 pesos, contra 500 mil de antes.
El llaryorismo luce dispuesto a negociar la forma en que la Nación pague lo que Anses le debe a Córdoba, del anterior gobierno y del actual, pero reafirma que las transferencias están fijadas por ley y que la Provincia “no puede renunciar a una ley”
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