Llaryora, atrapado en la agenda municipal

El intendente anunció ayer la construcción de aliviadores cloacales, prometió sanciones para la empresa de transporte Ersa si no cumple con el contrato de servicios y el sorteo de dos mil chapas de taxis. Inauguró una planta de tratamiento de residuos en Piedras Blancas.

El intendente Martín Llaryora fue interpelado por problemas históricos de la ciudad de Córdoba, justo en el momento clave de la campaña electoral que lo tenía como protagonista, después del propio gobernador Juan Schiaretti.

Los campañistas de Hacemos por Córdoba consideraron –con razón- que la buena imagen del responsable del Palacio 6 de Julio y los avances en obras y servicios experimentados durante estos dos años justificaban el ingreso del sanfrancisqueño a los refuerzos de primera línea para la boleta liderada por Alejandra Vigo y Natalia de la Sota.

Lo cierto es que las décadas de atrasos, de malas gestiones y la ausencia de un plan de prioridades ajustadas a las necesidades de los vecinos y no de la política, hicieron que la realidad capitalina estallara en el desenlace de la carrera legislativa nacional.

La crisis sanitaria que desató la ruptura de un caño de cloacas en barrio Villa Páez y la imposibilidad de dar soluciones rápidas pusieron de relieve la importancia de acompañar con planificación el crecimiento de la ciudad. Llaryora se puso en la primera línea del conflicto: fustigó contra sus antecesores, para finalmente reconocer que no habrá soluciones mágicas en el corto plazo. Ayer, anunció por radio Mitre que avanzarán en la ampliación de aliviadores cloacales, mientras esperan la concreción de la obra de la ampliación de la depuradora de Bajo Grande. De todas formas insistió con la herencia: “Venimos a resolver problemas que no entiendo por qué no se solucionaron antes”.

En materia de servicio de transporte –quizá el conflicto más previsible después del azote de la pandemia a una prestación ya deficitaria- la reacción rápida de la gestión fue fortalecer a la Tamse con la incorporación de una centena colectivos cero kilómetro y la quita de corredores a la empresa Ersa por incumplimientos en el contrato de concesión. Sin embargo, las quejas de los usuarios no cesan. Sobre este tema se refirió también Llaryora, pero en Cadena 3.

“No voy a tener problema de seguir sancionando si no cumplen. Fui el único intendente que les quitó recorridos e incorporé 110 unidades nuevas”, aseguró Llaryora y agregó: “Si cualquier empresa, no cumple, voy a ir hasta las últimas consecuencias”.

Siempre que responde a la queja por frecuencias, reitera el que ha sido el eje de la campaña de Hacemos por Córdoba: pedir un trato equitativo a la Nación con respecto a la distribución de subsidios al transporte.

Los problemas del servicio presentaron otra necesidad para la administración como lo es el fortalecimiento del sistema de taxis de la ciudad. Ayer anunciaron el sorteo de dos mil chapas, acción que puede leerse como una respuesta rápida a un servicio atrasado y caro, pero también una medida de contención al conflicto inminente que significa el funcionamiento pleno (aunque ilegal) de Uber en la ciudad.

Hasta ahora, un frente que le viene dado cierto respiro a Llaryora es el de higiene urbana. El fortalecimiento del COYS y la buena relación con las prestadoras privadas hacen que se escuche poco la queja vecinal sobre el rubro. La deposición final es, en este caso, el problema urgente y Llaryora quiso anticiparse.

En la mañana de ayer, Llaryora encabezó la presentación de la Planta de Procesamiento y Separación de Residuos Sólidos Urbanos más moderna del país. Única en su tipo, esta estación de separación de residuos es la más importante y moderna del país, con capacidad para procesar 50 mil toneladas anuales – unos 70 mil metros cúbicos – que equivalen al 14 por ciento de la recolección domiciliaria de la ciudad.

El 50 por ciento de todo el material procesado es apto para Combustible Derivado de Residuos (CDRs) y es tratado por la firma Geocycle. El resto se utiliza para la producción de compost con el agregado del chipeado que ya se está generando en el predio con el procesamiento de la poda que ingresa.

“Esta planta es otro motivo de orgullo para todos los cordobeses, es un claro ejemplo de articulación entre lo público y lo privado, y es parte de un proceso de fortalecimiento de la economía circular que estamos impulsado desde la gestión”, definió el intendente.

Proyectado a largo plazo, la Planta de Procesamiento y Separación de Residuos Sólidos Urbanos de Piedras Blancas evitará el enterramiento de residuos equivalentes a cuatro meses de recolección en los próximos cuatro años.

Esto fue posible a partir del acuerdo alcanzado por la Corporación Intercomunal para la Gestión Sustentable de los Residuos Sólidos Urbanos del Área Metropolitana de Córdoba (CORMECOR), que administra el relleno sanitario, y la empresa Geocycle, perteneciente al grupo Holcim y líder en la gestión sustentable y aprovechamiento energético de residuos, que realizó una inversión de más de 1 millón de dólares para montar la planta.

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