Por Javier Fuego Simondet

Hace nueve días, la noticia sacudió un poco más la agitada interna del Frente de Todos. El Frente Renovador reclamaba cambios en el Gobierno y advertía que podría abandonar la coalición oficialista si no había un golpe de timón. En ese marco, se preveía la realización de un congreso partidario con Sergio Massa a la cabeza, el 15 y 16 de julio, posiblemente en Mar del Plata. Ese encuentro partidario, que sería la caja de resonancia del disconformismo de la tropa massista, se postergó a la espera de novedades en el frente oficialista. Se realizará entre el 6 y el 7 de agosto, según pudo saber LA NACION de fuentes del Frente Renovador.

El cambio de fecha implica un freno en la ofensiva que el massismo había hecho trascender. “Creo que va a haber cambios [en el Gobierno]”, aventuró un dirigente massista al justificar la postergación de la reunión que iba a congregar al espacio. Este dirigente confirmó el traslado del acto a los primeros días del mes que viene, punto que también reafirmó otro integrante del partido de Massa. La sede será el estadio del Club Atlético Once Unidos, de Mar del Plata.

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El congreso del Frente Renovador, además de ser una obligación para mantener el funcionamiento partidario dentro de la legalidad, iba a ser el momento en el que se expresarían las diferencias que el massismo tiene con el presidente Alberto Fernández.

LA CRISIS INCUBA UN NUEVO DISPOSITIVO DE PODER

La reunión partidaria viene postergada desde el año pasado, con la pandemia del coronavirus como primer argumento. Pero luego, distintas fechas que se barajaron se descartaron para no agitar más la interna del oficialismo, en movimientos preventivos ante la posibilidad de que algún discurso sumara más tensión a la pelea en el Frente de Todos. Una de las fechas anteriores que se habían manejado era la del 23 de abril, pero otra postergación para evitar discursos altisonantes dejó trunco el congreso del partido de Massa.

Las críticas internas

Los motivos del descontento del massismo trascendieron el 21 de junio, cuando se conoció la noticia de que en las filas del Frente Renovador anidaba un descontento por la interna y la falta de correcciones de rumbo en el Gobierno. El pedido de una mesa nacional del Frente de Todos para ordenar a la tropa es uno de los reclamos que el massismo considera desoídos por el Presidente.

“Muchos dirigentes estamos cansados de ver a Sergio sometido al desgaste de buscar la unidad resignando posicionamiento personal”, reprochaban días atrás en el massismo, cuando fuentes del espacio señalaban la chance de que Massa dejara la coalición y renunciara a la presidencia de la Cámara de Diputados. “Por políticas inadecuadas del Gobierno, venimos perdiendo la confianza de la gente y, si no hay un golpe de timón, se verá más afectada la calidad de vida de nuestros ciudadanos”, indicaban fuentes del massismo antes de la postergación del congreso partidario del Frente Renovador.

Sergio Massa formó parte de la delegación presidencial que viajó al G7 de AlemaniaPresidencia

En medio de ese clima enrarecido, Massa fue uno de los invitados del Presidente al último viaje oficial, con motivo de la cumbre del G-7 en Alemania. Acompañó a Fernández en distintas actividades. Entre ellas, la reunión bilateral con el primer ministro británico, Boris Johnson, en la que el Presidente reclamó por la soberanía argentina sobre las islas Malvinas y el premier le respondió que era un tema saldado hace 40 años, con la victoria británica en la guerra de 1982. Luego del encuentro, Massa reprochó la actitud y las palabras de Johnson con un mensaje en la red social Twitter.

El descontento del massismo ya tenía otro elemento reciente que lo alimentaba. Era el nombramiento de Daniel Scioli como ministro de Desarrollo Productivo, en reemplazo de Matías Kulfas, eyectado del cargo tras cuestionamientos de Cristina Kirchner.

Massa no estuvo de acuerdo con la llegada del exembajador en Brasil a la cartera de Desarrollo Productivo. El enfrentamiento entre ambos es de larga data y tiene foco en el territorio de la provincia de Buenos Aires. En distintas oportunidades, Massa calificó públicamente a Scioli como “el peor gobernador de la historia de la provincia”.