Guzmán busca tranquilizar la economía, pero el ala dura complica el acuerdo con FMI

Guzmán busca tranquilizar la economía, pero el ala dura complica el acuerdo con FMI

Los cortocircuitos en el oficialismo son cada vez más evidentes. Mientras el ministro negociaba con el Fondo, CFK decía que no había plata para pagar. La influencia de Kicillof.

 

Las negociaciones económicas internacionales del Gobierno comenzaron a desnudar los cortocircuitos cada vez más evidentes dentro del oficilismo, lo que hace que se alarguen los plazos de un acuerdo con el FMI, golpeando muy fuerte a los activos argentinos, mientras el ministro de Economía, Martín Guzmán, prepara para los próximos días su viaje a Europa para renegociar el convenio con el Club de París.

El clima de negociación de la última semana se tensó notablemente, a partir de la presión de la vicepresidente Cristina Fernández sobre las gestiones que estuvo realizando Guzmán en Washington, con el FMI y el Banco Mundial.

En Casa de Gobierno aseguran que el objetivo de Guzmán en el reciente viaje a Washington fue sondear alguna posibilidad de un acuerdo “distinto” para la Argentina, pero en el entorno del gabinete económico aseguran que el clima de presión interna no fue el más adecuado para encarar esas difíciles conversaciones.

Esas mismas fuentes consideran que hubo una rotunda influencia del gobernador bonerense Axel Kicillof sobre la vicepresidenta para que mientras Guzmán estaba en “árduas conversaciones” con los técnicos del FMI, expresara la necesidad de un acuerdo de largo plazo y que “la Argentina no puede pagar porque no tiene plata”.

“No es casualidad que se haya emitido ese mensaje mientras la provincia de Buenos Aires entró en la semana en un severo tira y afloje con sus acreedores externos”, comentó otra de las fuentes consultadas.

Precisamente, el gobernador Kicillof instruyó a su ministro de Hacienda y Finanzas, Pablo López, para que endureciera la postura de la Provincia frente a los acreedores, después de más de un año de prórroga en la definición de un acuerdo.

Son varios los integrantes del Ejecutivo que ven con preocupación la influencia cada vez más marcada de Kicillof sobre las posturas económicas que asume la vicepresidenta, lo cual complica notablemente el panorama para el presidente Alberto Fernández y el ministro Guzmán.

Dentro del Gobierno más de uno dijo “no entender la estrategia” cuando vieron que además de las polémicas declaraciones de la vicepresidenta, la Argentina le dio un cierto respaldo a la gestión de Nicolás Maduro en Venezuela, al retirarse del Grupo de Lima.

“Resulta incomprensible pedirle una ayudita a Estados Unidos y después mostrar un respaldo a Maduro”, se quejaron algunos integrantes del gabinete económico.

En el medio, el FMI tuvo que aclarar que los acuerdos de Facilidades Extendidas es un plazo máximo de 10 años, mientras que la titular del organismo “hizo un gran esfuerzo por mostrarse comprensible con Guzmán y particularmente con Argentina”, y para ello, expresó que las conversaciones entre las partes habían sido fructíferas.

Riesgo país. Sin embargo, eso no es lo que opinan los mercados y los analistas en general, ya que la tasa de riesgo país trepó en la semana a un nivel de 1.600 puntos básicos y la cotización de empresas argentinas en Wall Street desbarrancaron.

En su entorno admiten que Guzmán se sintió “incómodo” con la situación que vivió en los últimos días, al tiempo que su postura de generar equilibrio fiscal y monetario y continuar buscando los caminos “logicos” para ordenar la macroeconomía argentina le ha generado cortocircuitos con Kicillof.

Es más, dentro del oficialismo se admite que el diálogo entre el ministro y el gobernador “está muy acotado”.

Con todo este frente de tormenta, Guzmán deberá encarar en los próximos días otra dura negociación con el Club de París, para reformular el polémica acuerdo que precisamente se firmó con ese grupo acreedor en mayo de 2014, durante la gestión de Kicillof como ministro de Economía.

“En el Gobierno saben que hasta mayo o principios de junio va haber ingreso importante de dólares provenientes de la exportación de granos. Después se termina y se necesita dar nuevas señales si no quieren tener sobresaltos con el dólar que compliquen el panorama de las elecciones”, concluyó un funcionario del Ejecutivo.

 

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