El Gobierno, entre la expectativa por el futuro de la ley ómnibus y la tensión con la oposición dialoguista

El Gobierno, entre la expectativa por el futuro de la ley ómnibus y la tensión con la oposición dialoguista

En la Casa Rosada confían en que el proyecto saldrá, a la par que monitorean la relación con la oposición a raíz de los últimos cortocircuitos; Milei sigue el tema desde Olivos

 

Cecilia Devanna

En la antesala de las definiciones en la Cámara de Diputados por el tratamiento de la ley ómnibus, el Gobierno confiaba en lograr la aprobación de la norma, pese a la persistente tensión con la oposición dialoguista, que confirmó que dará quorum, mientras siguen las negociaciones por puntos específicos, entre ellos uno particularmente espinoso: el de las privatizaciones, central para los objetivos de la administración del presidente Javier Milei, quien se instaló en la residencia de Olivos luego de haber encabezado la reunión de Gabinete y tras haber recibido a Daniel Scioli, su flamante funcionario.

La tensión en las horas previas a la sesión dominaba una relación marcada por las diferencias y desconfianzas entre el Gobierno y la oposición dialoguista, que se hicieron aún más visibles las últimas horas. El anteúltimo capítulo de esa relación se inscribió este lunes por la noche luego de la reunión de gobernadores aliados de Pro, la UCR y el PJ no kirchnerista, junto a vicegobernadores y legisladores, con el ministro del Interior, Guillermo Francos, y el vicejefe de Gabinete, José Rolandi, como interlocutores del Poder Ejecutivo. Fue en Consejo Federal de Inversión (CFI), en un encuentro que en lo formal no se extendió más allá de una hora, pero en la práctica con sus idas y vueltas lo hizo por mucho más.

Guillermo Francos, anoche en el CFI

De allí salieron las versiones de una posible coparticipación del impuesto PAIS, sobre las que desde el sector de los gobernadores se dejó trascender que había un principio de acuerdo y desde el Gobierno salieron a negar con vehemencia. El capítulo fiscal, insistieron, quedará para más adelante. Fue lo que se sostuvo desde el viernes por la noche, luego de que en Balcarce 50 se anunciara el retiro de la ley de Bases del capítulo fiscal, que generaba las mayores diferencias entre ambos sectores. Ese día el Ejecutivo entendió que había hecho un gran esfuerzo para lograr “avanzar con las reformas estructurales”, corriendo para más adelante esa discusión coyuntural.

Sin embargo, la percepción generalizada en Casa Rosada, según explicaban allí fue que frente a ese esfuerzo, el ala dialoguista seguía haciendo más exigencias. “Viven corriendo el arco. Se sacó el capítulo que significaba el mayor obstáculo y fueron por más”, graficó un funcionario del Ejecutivo. “No tiene lógica coparticipar un impuesto (por el PAIS) que se va a caer en un par de meses cuando salgamos del Cepo”, aportaban otros funcionarios en Balcarce 50.

Quien transmitió con mayor claridad el pensamiento del espacio sobre la oposición dialoguista fue el propio mandatario, quien este lunes por la noche, tras el encuentro de los gobernadores, amplificó un mensaje del legislador bonaerense Joaquín de la Torre. El exintendente de San Miguel y exfuncionario de María Eugenia Vidal consignó: “Lo que en realidad quieren los diputados del “bloque extorsión” es seguir viviendo del negocio de la política. No tuvieron problema en darle facultades extraordinarias a CFK, Alberto y Kicillof. Siempre estuvieron cómodos con el modelo progre y estatista”. El mandatario lo reposteó poco después. Blanqueó así lo que la mayoría de las filas libertarias aportaba en privado.

En el centro de las miradas quedó Francos, quien ayer por la mañana fue fuertemente respaldado en la reunión de Gabinete por el propio mandatario. Poco después de eso anunció el desembarco de Scioli, quien se sumará como secretario de Turismo, Deporte y Ambiente. El puesto estaba vacante y con la llegada del exembajador en Brasil, de quien el propio Francos fue funcionario en tiempos de la gobernación bonaerense, el ministro suma un hombre de confianza en una secretaría clave de su cartera. Al atardecer, en una Casa Rosada casi desierta, la mirada estaba puesta de lleno en el devenir casi frenético del Parlamento.

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