Fortalecido por el 40% de los votos, Macri negocia compartir con Larreta el control de Pro

Fortalecido por el 40% de los votos, Macri negocia compartir con Larreta el control de Pro

Con un almuerzo la semana pasada, el Presidente y el jefe de gobierno acordaron una conducción "bicéfala" del partido

 

Ya había planes, e incluso circulaban los nombres de los eventuales y nuevos responsables. Pero el resultado de las elecciones presidenciales cambió casi todo en el escenario político. Incluso en Pro, el partido del presidente Mauricio Macri, quien en los últimos días dio señales de querer protagonizar la toma de decisiones de ese conglomerado.

"Es muy prematuro para saberlo, pero el Presidente está muy activo. El que maneje va a ser él o alguien que defina él", afirmó a LA NACION una alta fuente del partido que hoy conducen el misionero Humberto Schiavoni y el porteño Francisco Quintana, cuyos mandatos vencen en abril próximo y que responden al jefe de Gabinete, Marcos Peña.

El 40 por ciento obtenido por Macri en las presidenciales obligó a recalcular a los dirigentes más cercanos a Horacio Rodríguez Larreta, que ya imaginaban una conducción "más equilibrada y plural" y hasta barajaban algunos nombres rutilantes para la presidencia del partido.

Diego Santilli, María Eugenia Vidal (que ya avisó que quiere hacer política en la provincia) y Rogelio Frigerio eran algunas de las variantes que se manejaban, aunque el propio jefe de gobierno porteño -que el miércoles pasado almorzó a solas con el Presidente en Olivos- prefiere abrir un compás de espera antes de realizar su próxima movida y avanzar en la vida interna partidaria.

Según funcionarios cercanos a ambos, Macri y Larreta conversaron largo y tendido. El partido fue uno de los temas tratados, además de la necesidad de resolver los nombres de los referentes que conducirán los bloques en el Congreso.

"En el partido va a haber una conducción bicéfala: un referente que designe el presidente y otro que pongamos nosotros. La idea es que todos nos sintamos cómodos", afirmaron cerca del jefe de gobierno porteño. Las mismas fuentes agregaron que la charla entre el Presidente y su exjefe de Gabinete en la ciudad fue "muy buena".

 

 

Algunos creen que las ambiciones del Presidente son propias de un fenómeno coyuntural. "Lo de Macri es la reacción de alguien que quiere retener todo el poder que pueda, pero eso se va a ir matizando", evaluó un dirigente porteño que hace equilibrio entre peñistas y larretistas.

"A Marcos esto le da una sobrevida, más allá de que las segundas líneas estén pensando en qué van a comer después del 10 de diciembre y que muchos van a volver a la actividad privada", afirmó un larretista ortodoxo.

Incluso Jorge Macri, actual presidente de Pro de la provincia de Buenos Aires, recibió esta semana el aliento de su primo para "meterse" en la futura conducción nacional del partido.

Más allá de las tensiones apenas disimuladas, que en el almuerzo de Macri y Larreta intentaron frenar, en lo que coinciden ambos sectores es en que habrá cambios en el estilo y los objetivos.

"El Presidente va a exceder la formalidad partidaria, pero él está por encima de todos. Se integrarán otros sectores en el esquema partidario, pero con el liderazgo de Macri", desafía uno de los alfiles de Peña en la estructura del partido.

Los vientos de cambio son cada vez más fuertes, mucho más después de la derrota electoral. "No sabemos en dónde se va a focalizar finalmente Macri, pero algún cambio hay que hacer, porque en 15 años de partido se hizo muy poco", ironizó un larretista que contabiliza también los años previos a 2011, cuando el propio Macri presidía el partido.

Cabe aclarar que, después de dos mandatos consecutivos, Schiavoni -actual senador nacional por Misiones- debe dejar por estatuto la presidencia. Por su parte, Quintana, actual secretario general, manifestó sus deseos de continuar en algún lugar de la jefatura partidaria.

 

Escasez provincial

 

La escasa cantidad de candidatos propios a gobernador que el macrismo aportó en las recientes elecciones fue evidente y no pasa desapercibido en Pro.

Solo Schiavoni en Misiones (perdió por amplio margen) y Carlos Mac Allister en La Pampa (derrotado en las internas previas a manos del postulante radical) pueden contabilizarse como candidatos de Pro "puros", además de Rodríguez Larreta y Vidal, que ya gobernaban y fueron -con suerte disímil- por sus respectivas reelecciones.

La idea compartida es, más allá de los nombres, comenzar desde ahora un trabajo de hormiga para llegar en condiciones de igualdad con la UCR en distintos rincones del país.

En esa idea se inscribe el ofrecimiento de varios dirigentes -también intendentes radicales- del macrismo a Frigerio para que comience ya su carrera a la gobernación de Entre Ríos. "Lo está pensando, porque él va a seguir haciendo política en Entre Ríos", cuentan cerca del todavía ministro del Interior.

"Hay mucho para hacer y hay que empezar ahora", resumen dos dirigentes con fidelidades diferentes dentro del macrismo.

La sorpresiva "resurrección electoral" de Macri cambió el escenario en Pro y todos buscarán que el partido refleje ese nuevo equilibrio de poder, una discusión que recién empieza.

Claves de una transición incierta

 

El 40% que obtuvo en las elecciones presidenciales reverdeció las pretensiones de Macri de retener el liderazgo en Pro, fuerza en la que varios dirigentes ya se estaban probando el traje de la conducción partidaria.Producto de ese resultado, Horacio Rodríguez Larreta decidió levantar el pie del acelerador y esperar antes de hacer su próxima jugada, a pesar de su aplastante victoria en la Capital. La semana pasada tuvo un almuerzo con Macri para hablar de la organización el partido.El mandato de las actuales autoridades de Pro vence a fin de año. Pero el presidente del partido, el senador nacional Humberto Schiavoni (Misiones), está impedido por estatuto para acceder a un nuevo período.Diego Santilli, María Eugenia Vidal y Rogelio Frigerio son algunos de los nombres que se habían mencionado para la nueva etapa que abriría la derrota de octubre. Pero la buena performance de Macri alteró el panorama.

 

 

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