Por: Daniel Flores Meza.

 

Cuenta con 653 acuíferos subterráneos, y su sobreexplotación ha crecido brutalmente a lo largo de los últimos años.  En 1975, había 32 acuíferos sobreexplotados; para 2019, la cifra había ascendido a 157.  Además, se ha acelerado, en dos años se sumaron 50 acuíferos más sobreexplotados. 

Expertos definen cinco fenómenos para América Latina a la puerta: aumento de la temperatura, disminución de las precipitaciones de los monzones y de las precipitaciones medias anuales y de verano; aumento de la sequía y aumento de las condiciones proclives a incendios.

Alrededor de 15 millones de habitantes padecen de falta de agua potable; sin embargo, en un país con sed, sobra el agua para la industria del refresco y productos chatarra; Coca-Cola, Pepsi, Danone, Nestlé, Bimbo, Aga y otras empresas de productos chatarra, extraen anualmente 133 mil millones de litros de agua para producir comida y bebida que no sólo afectan la salud de los consumidores, sino que además provocan serios daños ambientales.

La ineficiencia de la CONAGUA incluye desconocer la disponibilidad real del líquido que hay en los acuíferos del país; no conoce ni el volumen de agua en existencia, ni la cantidad de los recursos hídricos que se explotan, ni tiene la capacidad de supervisión del uso del agua.  Vicente Fox, siendo presidente, entregó irracionalmente múltiples concesiones de agua a la empresa Coca-Cola de la que fue su presidente, como pago de factura al apoyo que recibió de esta en su campaña presidencial. 

La producción de refrescos tiene un impacto ambiental muy alto. Coca-Cola Holanda reveló en un informe que se necesitan 35.4 litros de agua para producir medio litro de refresco; 28 litros se utilizan para cultivar betabel para endulzar, siete litros para fabricar la botella de plástico y 0.4 litros de “agua operativa”, que es la que se utiliza en las plantas de embotellado. La refresquera más grande del mundo, Coca Cola, consume el agua de los 32 estados del país de dónde extrae más de 55 mil millones de litros de agua al año.

El Estado Mexicano contribuye a permitir que empresas tengan un acceso indiscriminado a los recursos hídricos del país, mientras que existen poblaciones sin agua. En cientos de poblados se consumen refrescos porque no tienen agua potable confiable para beber.

Si bien las autoridades federales han implementado medidas para desincentivar el consumo de comida y bebida chatarra; ahora toca que tomen medidas para poner freno al uso industrial del agua y se privilegie el consumo humano. La fiscalización y la transparencia en el consumo de agua a las grandes empresas, es un tema urgente y de interés nacional, las repercusiones socio ambientales y de salud pública se siguen destruyendo.