El espionaje a dirigentes de la oposición es un tema de vieja data en Catamarca

El espionaje a dirigentes de la oposición es un tema de vieja data en Catamarca

Brizuela del Moral fue el principal dirigente de la oposición que fue víctima de los operativos espionaje

Días pasados, las diputadas del PRO, Laura Alonso y Patricia Bullrich, denunciaron un sistema de espionaje ilegal para espiar a políticos opositores, jueces, fiscales, periodistas, entre las personalidades del orden nacional. Esta noticia no fue de asombro para los dirigentes de la oposición local, ya que años atrás fue el mismo ex gobernador Eduardo  Brizuela del Moral quien denunció públicamente que era perseguido por servicio de inteligencia nacional.

 

A raíz de estas denuncias, LA UNION realizó en varias oportunidades trabajos de investigación, que pudieron corroborar que sí existieron “operativos de espionaje” al ahora diputado nacional Brizuela del Moral.

 

El 28 de abril de año 2010, LA UNION informó que se realizaban tareas de “espionaje” por parte de la Gendarmería Nacional, a metros de la casa del entonces gobernador de la provincia, Eduardo Brizuela del Moral, bajo el título “Organismo nacional instala base de inteligencia a metros de la casa del Gobernador”. Y luego el 3 de junio del  mismo año, este medio informaba que se habían ido los sospechosos de hacerle espionajes al Gobernador. 

 

En el 2011, LA UNION vuelve a denunciar que “como en el 2010, agentes del servicio de inteligencia de Gendarmería Nacional volvieron con el operativo espionaje, dando pie a la sospecha de un observatorio, donde el ex gobernador, Eduardo Brizuela del Moral, parece ser permanentemente “monitoreado”.

 

Y por último, LA UNION, lunes 27 mayo de 2013, con el título “Gendarmería volvió con el “operativo espionaje”, Eduardo Brizuela del Moral, político “observado”, informa a los catamarqueños de los constantes seguimientos por parte de organismos nacionales a dirigentes opositores de la provincia.

 

Hoy, los espionajes se dieron en el orden nacional, y la lista recorre un exuberante universo de personas públicas. Están todos los miembros de la Corte Suprema y sus conjueces. Hay jueces y fiscales federales, referentes políticos de casi todas las fuerzas opositoras (desde Mauricio Macri y muchos legisladores del PRO, hasta varios dirigentes del Partido Obrero, Lilita Carrió, Sergio Massa y Felipe Solá), empresarios (José De Mendiguren o Sebastián Sánchez Sarmiento, de Ausol, además de muchos directivos del Grupo Clarín y sus empresas) y decenas de periodistas de todos los medios independientes, incluidos cinco de Clarín (Eduardo Van der Kooy, Daniel Santoro, Ismael Bermúdez, Miguel y Nicolás  Wiñazki). También figuran varios ex funcionarios de Inteligencia, como Darío Richarte, Miguel Angel Toma, Héctor Icazuriaga, Francisco Larcher, el general retirado César Milani y hasta el ex CIA Frank Holder.

 

Y un capítulo central del puntilloso arqueo se lo lleva el ex espía Antonio “Jaime” Stiuso, y muchas personas de su familia y su círculo de allegados en los negocios y en la ex SIDE: su ex pareja, sus hijas, yernos, su nieto, su actual esposa y la hija de ella, su primo; su “socio” (dixit) Andrés Vázquez y su familia, y en la secretaría de Inteligencia Alejandro Patrizio y su familia, Roberto Saller y su familia, Horacio Germán García, Leornardo Bergroth y el auditor General Javier Fernández. Esto permite sospechar que detrás de al menos una parte de la maniobra habría cuentas pendientes e internas de los espías.

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