Entre una lluvia de candidatos y un triunfo cantado del socialismo

Todas las encuestas anticipan la victoria de Binner y una pelea por el segundo lugar entre El PRO y el kirchnerismo.
Anita Martínez, Rosúa, Artola y unos cuantos más les pelean palmo a palmo las carteleras rosarinas a Binner, Obeid y Del Sel. Igual que otro pelotón de apellidos en los restantes 361 municipios de Santa Fe. Es que la campaña para las primarias en la provincia moviliza menos a los referentes partidarios que a los candidatos de las múltiples listas de concejales y consejeros municipales que van a internas en simultáneo con las de diputados nacionales: suman 57 sólo en Rosario y la capital, que concentran la mitad del padrón santafesino.

Hay una explicación para que la disputa mayor haya perdido atractivo, aún antes de que ayer todas las fuerzas suspendieran la campaña por el trágico derrumbe en Rosario (Ver página 3). Hay un pronóstico unánime sobre el resultado y es que Hermes Binner, cabeza del Frente Progresista, le sacará varios cuerpos a sus seguidores. En tanto que Jorge Obeid, del kirchnerismo, y Miguel Del Sel, del PRO, que libraron una pulseada por el voto peronista, develarán la única incógnita en pie: quién se quedará con el segundo lugar el domingo para tratar de forzar una polarización con el líder socialista en octubre.

Ninguno de los tres se privó de lanzar duros ataques.

Pero la ausencia de chispazos se debió a que apuntaban a blancos diferentes. El ex Midachi buscó contrastar su imagen con la de Obeid. El candidato del Frente para la Victoria buscó confrontar con Binner. Y el socialista privilegió los ataques a Cristina.

Sin embargo, la consulta a jefes de campaña y gurúes electorales de la provincia no deja dudas: la campaña para octubre subirá de tono y nadie podrá zafar del fuego cruzado. Coinciden en que Binner necesitará defender el “modelo Santa Fe” que viene promoviendo para consolidar su proyecto presidencial para 2015. Y que quien lo escolte en las primarias buscará mostrarse capaz de destronar al socialismo del gobierno provincial.

Los encuestadores le adjudican al Frente Progresista –que además del socialismo incluye a la UCR, la Coalición Cívica y la democracia progresista- entre un 40,5 por ciento (dato de Robustelli, cercano al PJ) y el 43,5% (Management & Fit). Para Nueva Comunicación, que mide para el socialismo, está en el 42%. En todas esas mediciones, Obeid va segundo, entre 12 y 25 puntos debajo de Binner y con ventajas que oscilan entre 2 y 10 por encima del ex Midachi. Sólo el estudio encargado por el PRO a Isonomía ubica a Del Sel detrás del candidato socialista.

“Un país normal”, fue el leit motiv reiterativo del Frente Progresista. Binner hizo un planteo nacional, en una provincia gobernada por su delfín y sucesor, Antonio Bonfatti. Comenzó focalizando en los riesgos de una re reelección presidencial y viró hacia la condena a la corrupción, cuando el tema trepó en el ránking de preocupaciones sociales. La jefa de campaña y candidata a la reelección, Alicia Ciciliani, destaca el peso propio de los otro compañeros de lista, que les permitió rastrillar la provincia en abanico: Mario Barletta y Pablo Javkin, jefes nacionales de la UCR y la Coalición Cívica, y Ana Copes, referente local del PDP. A Binner no le preocupa la interna que le plantea el radical Palo Oliver, intendente de Santo Tomé, pero sí el triunfalismo de sus seguidores. “La militancia no puede bajar los brazos”. De mínima, espera quedarse con 5 de las 9 bancas en disputa, una más de las que se renuevan.

“Unimos al peronismo para poder recuperar la provincia”, fue la muletilla de Obeid para justificar su pase al kirchnerismo, luego de combatirlo hasta semanas antes del cierre de listas. Para poder aspirar a un tercer mandato en 2015 consumió varios sapos: le entregó el manejo de la campaña llave en mano a La Cámpora (que le organizó un colorido cierre el lunes, en Rosario) y se cansó de cantarle loas a Cristina, pese a que la Presidenta evitó pisar la provincia para no cargar con una segura derrota. La pirueta le permitió encolumnar en el Frente para la Victoria a los intendentes del PJ, que en buena medida eran peronistas opositores como él. Sus desafíos consisten en dejar en el olvido el tercer puesto que cosechó el ahora ministro Agustín Rossi en las dos elecciones anteriores y renovar las tres bancas que pone en juego el FPV.

“Indignado”, asegura sentirse Obeid por la creciente inseguridad y el escándalo de narcotráfico que provocó el descabezamiento de la cúpula de la Policía provincial. Sus asesores admiten que el mensaje no le alcanzó para erosionar al Frente Progresista en los grandes centros urbanos. Pero prometen calibrar las municiones para octubre. En el socialismo están preparados.

“Obeid está flojos de papeles”, le dijo Binner a Clarín. Amenaza con sacar a luz negociados del gobierno de Obeid con el empresario K Lázaro Báez, si el kirchnerismo consigue polarizar la elección.

Del Sel se ve en condiciones de terciar en esa compulsa y de reeditar la sorpresa que dio hace dos años, cuando quedó a menos de 4% de ganar la Gobernación. Cree que el arrastre de su carisma se impondrá al del aparato peronista. Para ello, ya recorrió 56.000 kilómetros. Apuesta al voto de las periferias y el campo. Su histrionismo lo llevó a subirse a la moto de una fan en San Pereyra y a posar con el cartel de Miguel Torres, el pueblo de 160 habitantes que lleva su mismo nombre.

Algunos consultores creen que le quedó el voto de la antipolítica. El diputado Jorge Triaca, nombrado por Mauricio Macri como jefe de campaña, advierte que al ex Midachi lo subestiman y que se ubicará cerca del socialismo, como en 2011.

Anita Martínez, Rosúa y Artola brindarán con champán el domingo a la noche si logran seguir en competencia. O romperán las copas. Obeid o Del Sel quedarán perfilados para correr por la Gobernación. Binner medirá cuánto le falta para su ilusión presidencial.

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