Los enigmas que debe resolver Rodríguez Larreta en una etapa clave de su carrera presidencial

Los enigmas que debe resolver Rodríguez Larreta en una etapa clave de su carrera presidencial

El jefe de gobierno evalúa opciones para sortear el conflicto con Macri y Lousteau en la Ciudad; sigue la tensión con la UCR en Mendoza y el eventual regreso de D’Alessandro tras la licencia forzada

Por Matías Moreno

Horacio Rodríguez Larreta no pierde el optimismo. Pese a que se aceleran los tiempos de las definiciones electorales y las encuestas que manejan sus aliados en Pro y en la UCR presagian un cambio de tendencia en su pulseada interna con Patricia Bullrich, el jefe de gobierno porteño confía en los números que le acerca su principal estratega de campaña, Federico Di Benedetto, que lo ubican en la cima de la tabla de preferencias.

Durante los últimos días el larretismo activó un operativo para exhibir esas cifras -con datos recolectados bajo el método presencial, el más confiable y costoso- ante el “círculo rojo”. Buscan despejar las dudas que sobrevuelan en Juntos por el Cambio, sobre todo, después de que Larreta ratificara su apuesta por un discurso antigrieta en su lanzamiento presidencial y un sector importante de la UCR enviara una señal de alineamiento con el proyecto de Bullrich.

Larreta está convencido de que su fórmula lo llevará a la Casa Rosada, pese a que sus socios más cercanos lo alientan a tomar medidas -como bajar la alta presión impositiva en la Ciudad- para dar un golpe de efecto. Con Bullrich en ascenso en los sondeos que manejan en el macrismo y en la UCR, Larreta deberá tomar decisiones claves durante las próximas semanas. En esa hoja de ruta, la ecuación porteña tiene máxima prioridad.

La Ciudad es el tema que más tensiona el vínculo entre Larreta y Mauricio Macri. El expresidente, que tiene previsto regresar al país a medidos de marzo, redobla la presión para que el jefe porteño exhiba sus cartas y defina la oferta en el distrito. Desconfía de la relación que forjó Larreta con Martín Lousteau, el aspirante del radicalismo en la Ciudad, y reclama que Larreta deje de lado las vacilaciones y apoye sin titubeos la postulación de Jorge Macri, a quien también le levantó la mano Bullrich, adversaria del alcalde en Pro. Hasta ahora Larreta soportó la presión y, frente al desafío de los Macri, minó el escenario porteño de candidatos con sello propio: Fernán Quirós, Soledad Acuña y Emmanuel Ferrario.

Esa jugada irritó al expresidente y sus leales. Larreta repite ante propios y extraños que le dará preferencia a un candidato de Pro. Si bien sus estrategas aseguran Quirós logró posicionarse en los sondeos, hay integrantes del círculo de confianza del jefe porteño que aventuran que Jorge Macri se encamina a ser ungido como el postulante único de Pro. “Esa era la idea hasta que se sacó la foto con Patricia”, desliza un confidente de Larreta.

En Uspallata, sin embargo, insisten en que Larreta deja correr a todos los dirigentes con aspiraciones. Es más, Juan Pablo Graña, mano derecha del jefe de gabinete Felipe Miguel, se sumó al equipo de Quirós, quien volvió a recibir la bendición de Elisa Carrió (“ponga las manos en el fuego por él”). Lanzado, el médico ya utiliza las oficinas de la sede de Pro porteño en Tacuarí para reuniones de campaña, lo que generó malestar en el macrismo. Acuña, en tanto, busca instalarse como la candidata de consenso. En todos los sectores coinciden en que Pro debe unificar la candidatura. El tema es cómo.

Está claro que el jefe porteño necesita preservar sus lazos con Lousteau, uno de sus sostenes en la UCR junto a Gerardo Morales, y evitar que el senador pegue un portazo. Para los laderos a Larreta, sería un riesgo que el líder de Evolución Radical compita por afuera de JxC -recuerdan el antecedente de 2015 cuando peleó mano a mano el ballottage- o que, fastidiado por la falta de respaldo explícito del jefe porteño, active una candidatura presidencial. Ese escenario complicaría los planes de Larreta, quien aspira a garantizarse al menos una porción del radicalismo para la interna con Bullrich. El senador niega esa posibilidad y repite que está abocado a la Ciudad.

El temor de Macri es que Larreta apoye a Lousteau en la fortaleza electoral de Pro a cambio de un respaldo a su candidatura presidencial. Pero ese escenario es improbable, aseguran en el larretismo. “Si Horacio lo apoya en la Ciudad, ¿Martín trae a todo el radicalismo o solo una parte?”, desliza uno de los colaboradores más cercanos de Larreta.

¿Desdoblamiento?

Frente al desafío de resolver el enigma porteño sin dañar la relación con Lousteau ni romper con Macri, el jefe porteño evalúa “opciones” de ingeniería electoral. Aún no está descartada la chance de desdoblar los comicios, como le piden los radicales. En ese caso, se implementaría la boleta única electrónica, como en 2015. No solo evalúan costos, sino el contexto de desinterés social con la política. “Hay muy pocas chances”, aclaran. Sin embargo, esa jugada sigue bajo estudio.

En paralelo, exploran alternativas que le permitirían a Lousteau, cuentan larretistas, tener igualdad de condiciones para competir. Una posibilidad que evalúan en Uspallata es que la elección en la Ciudad sea concurrente con las nacionales. De esa forma, argumentan cerca del alcalde, evitarían que Javier Milei (La Libertad Avanza) se beneficie con un eventual efecto arrastre y obtenga unos cinco o seis legisladores. Lo harían con la justificación de que siendo concurrentes las elecciones en la Ciudad tienen más autonomía y no quedan atadas al escenario nacional. Pero, en rigor, le solucionarían un problema a Lousteau, quien pide ir colgado de la boleta de todos los candidatos a presidente de JxC. Hoy, Bullrich y Larreta son más competitivos que Facundo Manes o Morales, por lo que correría de atrás. ¿Qué ocurriría si el radicalismo no tiene postulante a presidente y hay fórmulas cruzadas? “Estamos evaluando opciones y hay que conversar mucho. Va haber un solo candidato de Pro”, aventura uno de los confidentes de Larreta.

En las filas de Larreta también hacen cálculos con la oferta libertaria en la interna de JxC. ¿Qué perfil de Pro captaría más votos de Ricardo López Murphy o Roberto García Moritán? “Yo a María Eugenia [Vidal] no la descartaría”, sugiere una de las espadas políticas del jefe porteño. El amague de postulación nacional de la exgobernadora, que ayer volvió a desembarcar en Córdoba, aún desconcierta al larretismo. Ella insiste en que el sillón principal de la Ciudad no la moviliza.

Conflicto en Mendoza

Mientras intenta descifrar el acertijo electoral de Vidal y Manes, dos eventuales complicaciones en su tablero, Larreta debe evitar pagar mayores costos por la cruzada de Omar de Marchi en Mendoza. Si bien en el larretismo admiten en la intimidad que la apuesta por De Marchi empujó a Alfredo Cornejo a volver a la provincia para garantizar un triunfo radical y dejó a Bullrich sin compañero de fórmula, la escalada de ese conflicto desgastó al jefe porteño y puso en riesgo su vínculo con una rama interna del radicalismo.

Larreta había prometido a Cornejo y Rodolfo Suárez que no apoyará a De Marchi si compite por afuera de JxC en los comicios. “Omar se entusiasmó demasiado. Tal vez siga presionando, pero no vamos respaldar ninguna situación de ruptura”, afirman uno de los consejeros del alcalde. Alrededor de De Marchi insisten en que el tema se resolverá en abril, cerca del cierre de listas, pese al ultimátum radical. Larreta y su aliado sigue en contacto, mas allá del desmarque en público.

Con la mira en la interna con Bullrich, Larreta observa con atención el movimiento de fichas en la UCR. Necesita, reconocen en Uspallata, mejorar su performance en la región centro (Córdoba, Mendoza, Santa Fe) donde Bullrich le saca ventaja. Su fuerte, aseguran, es el conurbano.

El caso de D’Alessandro

Larreta también deberá resolver en las próximas semanas otro tema delicado: la situación de su ministro de Seguridad, Marcelo D’Alessandro, quien debió tomarse una licencia forzada por el escándalo que generó la revelación de supuestos chats con jueces y empresarios tras un viaje a Lago Escondido. “Nos tendremos que sentar con Marcelo para ver qué quiere hacer”, dicen en la cúpula de la Ciudad. Colaboradores del alcalde admiten que las fuerzas necesitan una conducción. Niegan que haya un rebrote de inseguridad, pese a los últimos episodios violentos en Retiro y Palermo. El plazo para deliberar el futuro de D’Alessandro, quien siguió activo desde las sombras, vence el 6 de abril.

Allegados a Larreta afirman que “trabajan en la vuelta de D’Alessandro”, quien espera señales de Uspallata. El ministro -con alto perfil en las redes- presume de haber acumulado evidencias en la Justicia que certifican el espionaje ilegal. “Tenemos cuatro causas cerradas y una pericia técnica que confirmó que los chats pudieron haber sido adulterados, modificados o eliminados”, señalan en su entorno. En el larretismo evalúan el impacto político de su eventual regreso. El jefe porteño le prometió a Carrió que volvería para la campaña.

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