Elegir el adversario, la próxima tarea de la boleta libertaria

Elegir el adversario, la próxima tarea de la boleta libertaria

Bornoroni se impuso con absoluta claridad ante sus competidores internos. Ahora, la boleta libertaria, sin grandes figuras, deberá ir a remolque de la campaña nacional, y definir a qué peronismo quiere enfrentar en la arena provincial.

Por Felipe Osman

El diputado, presidente de la bancada y titular del partido, volvió a demostrar que en Córdoba hay un solo gerente de la franquicia libertaria. En el hotel Quinto Centenario, ofició de presentador de una boleta que diseñó con absoluta primacía, donde sólo Laura Rodríguez Machado, del PRO, resulta ajena a su armado.

En el frente interno la victoria fue aplastante. No sólo Rodrigo de Loredo quedó en el camino; tampoco llegaron a la lista Franco Mogetta, que hasta último momento presumió su relación con Luis Caputo, ni la propia Verónica Sikora, que se reportaba directamente con el presidente. Ni hablar del Partido Demócrata y sus despojos.

Despejada la incógnita de ¿quién? (o, mejor aún, ¿quiénes?), se abre paso a una nueva interrogante: ¿Cómo?

Sin grandes figuras, la lista libertaria no parece tener más que aferrarse a la locomotora del Gobierno Nacional. Y tiene lógica: si la disciplina debe ser absoluta, la individualidad de cada integrante de la lista no tiene ninguna relevancia. Y para que así sea, los votos tienen que ser pura y exclusivamente de Javier Milei. Ningún otro capital político debe estar comprometido.

La campaña, por lo tanto, deberá ser privativamente nacional. Y ese no parece ser un terreno incómodo para Juan Schiaretti.

En el video con el cual oficializó su candidatura, el exgobernador empezó diciendo: “Soy candidato a diputado nacional para aportar mi experiencia, desde el Congreso, a esta Argentina que está viviendo un verdadero cambio de era. Yo quiero que este cambio de era de Argentina llegue a buen puerto. Que la esperanza que tiene nuestro pueblo, que está soportando sacrificios para que la cosa mejore, no se transforme en una frustración”. Para quien bien lo interprete, Schiaretti no se ofrece como una alternativa antagónica del Gobierno, sino más bien como una suerte de “garante del cambio”. En menos palabras, se propone pescar en la pecera del oficialismo nacional.

El problema que se presentará para La Libertad Avanza será, entonces, alambrar su electorado. En una campaña regular, es cuestión de polarizar. Pero en Córdoba, sería muy difícil atacar a Schiaretti intentando identificarlo con el kirchnerismo. Y no solo por la posición que el entonces gobernador asumió durante el conflicto de la resolución 125 y sostuvo a lo largo de los años, sino también porque el kirchnerismo tendrá su propia lista, y promete una performance insignificante.

Además, ¿quién sería, entre los candidatos libertarios, el que intentara subirse al ring con el exgobernador?

En cualquier caso, el desplazamiento del discurso de Schiaretti sí puede ofrecer un flanco para la lista de Defendamos Córdoba, que lidera Natalia de la Sota. La diputada se propone retener su banca ofreciéndose como una alternativa abiertamente opositora al Gobierno Nacional, y a partir de ahí recoger votos del kirchnerismo, por un lado, y del peronismo ortodoxo, por el otro.

Llegado el caso, la lista de Defendamos Córdoba puede ser un objetivo más asequible para los representantes de la boleta libertaria, si es que está en sus planes entrar a la arena del debate público durante la campaña. Natalia no es Schiaretti, y sus posicionamientos en la Cámara de Diputados sí han sido sistemáticamente opuestos a los del oficialismo nacional. Su lista tiene un vaso comunicante con el oficialismo provincial que podría lastrar la competitividad de éste último, y la lista libertaria podría beneficiarse de ello.

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