Efectos en el Reino Unido y en Francia del “Brexit” de Trump

Efectos en el Reino Unido y en Francia del “Brexit” de Trump

Europa y EE.UU. El triunfo del republicano da aire a la extrema derecha francesa. Esa victoria también ayuda a la premier británica.

El Brexit XL del presidente electo Donald Trump ha producido un pesimista terremoto en Francia ante la posibilidad de que su energía no solo legitime sino que posibilite, un triunfo de la xenófoba Marine Le Pen y el Frente Nacional en las próximas elecciones generales de mayo. Un “efecto consagración”, que también le sirve a la primera ministra británica Theresa May, que enfrenta una apelación judicial y una rebelión parlamentaria por el divorcio europeo y su aplicación del artículo 50. La victoria de Donald la alivia de las presiones europeas y de la amenaza de ser “la última de la cola” para un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos.

Hasta ahora, resignadamente, todos aceptaban que la rubia Marine Le Pen llegaría al ballotage en abril y mayo próximo y se pondría en acción el Voto Republicano del 2002. El que entronó como presidente a Jacques Chirac, masivamente elegido para hacer freno a Jean Marie, padre de Marine, que había conseguido ganar la segunda vuelta frente al socialista Lionel Jospin. Ahora el escenario es otro. Le Pen está desdiabolizada y con una clase trabajadora y media, agobiada por el desempleo, el miedo al futuro precario, a la globalización y una fobia a Europa, dispuesta a elegirla. A ellos se suman algunos ricos, en “voto vergonzante”. Desde el martes, Marine Le Pen, ya en femenino tailleur, sin sus colores sombríos, cree que la ola populista norteamericana le ha dado una nueva respetabilidad, con la que conseguiría aterrizar directamente en el Palacio del Eliseo. Ella y sus aliados se sienten “Marine Presidente” en la radio y la televisión francesa.

La “Trump-manía” ha vuelto impredecibles las elecciones primarias de Los Republicanos, los conservadores de la oposición francesa, que se celebran el próximo 20 y 27 de noviembre. Con la impopularidad socialista del presidente Francois Hollande, tenían hasta ahora el valor de un potencial comicio presidencial. Los hoy globalmente cuestionados sondeos daban una fácil victoria al ex primer ministro, Alain Juppé, que promueve una “integración feliz” en una Francia dividida, con xenofobia y el miedo a los atentados. El terremoto provocado por Trump da esperanzas al ex presidente Nicolás Sarkozy, que durante su campaña se convirtió en un Marine Le Pen masculino para robarle el voto al Frente Nacional en la interna abierta. Había conseguido irritar a los republicanos con su crispación, su populismo, su discurso xenofobico, su islamofobia.

Hoy Sarkozy considera que Alain Juppé, el calmo alcalde de Bordeaux y favorito para la presidencia de Francia, representa a todo lo que los electores de clase media y perdedores de la globalización rechazan. Un moderado, amplio, representante de la “élite” de la política. Con ese criterio, el triunfo de Trump ha resucitado la candidatura de Sarkozy.

Hollande llamó a la canciller alemana Ángela Merkel antes de emitir su declaración ,tras la victoria del magnate inmobiliario. Con Trump en la Casa Blanca, Merkel no es solo la jefa de Europa sino “la más poderosa mujer en la tierra que no es ni autoritaria ni un tornillo suelto”, como la describió el diario Die Zeit. Frente a este tsunami es la voz de la razón. En coincidencia con ella, Hollande fue el primero en mostrar la prevención europea: como “ciertas posiciones adoptadas por Donald Trump durante su campaña estadounidenses confrontan con los valores que nosotros compartimos con Estados Unidos”.

Esta ola populista amenaza las elecciones de Francia, las de Holanda en marzo, el referendum de Italia y eventualmente, las elecciones anticipadas en Gran Bretaña. Serán los valores compartidos de democracia, libertad, respeto por la ley y la dignidad humana las que pondrán a prueba el vínculo entre Francia y Europa con Estados Unidos.Y la canciller Ángela Merkel se volverá a presentar como candidata en las elecciones alemanas para defenderlos porque es altamente probable que Francois Hollande no pueda ser candidato francés en esta elección. Si Francia no lo hace, será Alemania la que va a defender la multilateralidad europea frente un probable tsunami electoral populista en la UE y USA .

Para Gran Bretaña, el Brexit XL de Trump resucita el espíritu de su Brexit, que ya tiene problemas de popularidad en su electorado por las consecuencias económicas.Las felicitaciones de la primera ministra Theresa May a Trump fueron las más cálidas en una Europa atónita. May había decidido permanecer ajena a ambos candidatos norteamericanos para preservarse.

El Brexit británico ha dejado de ser un temor para Europa frente a un Brexit aún mayor, que va a poner en riesgo el acuerdo con Irán que Gran Bretaña deberá defender o el acuerdo Trans Pacífico o la OTAN. El triunfo de Trump permitirá a Theresa May negociar con más facilidad lo que hasta ahora era la última pesadilla europea. Gran Bretaña y Francia son los dos grandes poderes militares europeos y, si Trump debilita la OTAN, la posibilidad de un acuerdo menos severo con el reino por el Brexit se incrementa.

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