La primera rueda del diálogo de cara a un acuerdo de precios y salarios en la Casa Rosada concluyó con un puñado de buenas intenciones y la promesa de futuros encuentros. Todas las partes involucradas coincidieron en la necesidad de controlar la inflación, pero no tuvieron que pasar por el difícil trance de ponerse de acuerdo en cómo hacerlo porque en ninguna de las dos jornadas la charla derivó hacia cuestiones concretas. Resta ver el compromiso de las partes para llevar a la realidad efectiva la consigna.

Un primer dato puede servir como indicador de esa variable: mientras que a la primera reunión asistieron los dirigentes más importantes de las principales ramas del sindicalismo, con asistencia perfecta, la patronal hoy optó por enviar un combinado de primeras y segundas líneas sin sus principales figuras. A pesar de todo, el gobierno apuesta a encausar la economía sobre una mesa de diálogo pero los aumentos de productos de primera necesidad le marcan el tiempo, que no sobra.

Como un día antes con los trabajadores, el encuentro de ayer estuvo encabezado por el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y el ministro de Economía, Martín Guzmán, con la participación de todo el equipo económico. El mensaje fue el mismo, aunque con matices: a los sindicatos les prometieron que no habrá techo en las paritarias, a las grandes empresas les hablaron de vigorizar el frente exportador. Las dos veces se pidió racionalidad en pos de garantizar que el crecimiento no termine fagocitado por la espiral inflacionaria.

La representación empresaria resignó a sus caras más taquilleras. Excusado por compromisos en el exterior, se ausentó Luis Pagani (Arcor), que envió en su lugar a Adrián Kaufmann. Luis Pérez Companc (Molinos) fue reemplazado por Amancio Oneto. Por su parte, Paolo Rocca (Techint) fue representado por Martín Berardi, el Presidente Ejecutivo de Ternium. Berardi cree que los salarios no pueden ganarle a la inflación este año, según reveló esta mañana Julia Strada en El Destape Radio. Se cuidó de no decirlo en Casa Rosada.

La apuesta del gobierno es clara: evitar el conflicto a como dé lugar. No es tan claro que pueda cumplirse en simultáneo con otra consigna que ratificaron esta semana el Presidente y sus principales funcionarios, que es el crecimiento real de los salarios. Para evitar esa colisión será necesario encontrar herramientas que traduzcan las buenas intenciones en políticas públicas que el Estado pueda implementar y hacer cumplir. Si no, se corre el riesgo de que estas dilaciones se vuelvan contraproducentes.

Todavía sin fecha, ya se habla de una próxima reunión en la que las partes puedan dialogar cara a cara. Durante el primer encuentro los sindicalistas coincidieron en que la principal causa de la inflación son los formadores de precios que especulan en la cadena de valor. Piedra libre: muchos de ellos son los que asistieron a la Casa Rosada al día siguiente. Eventualmente el Gobierno deberá abandonar el lugar de celestino y ponerse en árbitro. Pueden demorar ese momento, pero no van a poder evitarlo.