El desafío del control y un acuerdo que encarrila el aumento de tasas

El desafío del control y un acuerdo que encarrila el aumento de tasas

Montenegro busca que Mar del Plata registre una imagen de orden en el primer fin de semana importante de la temporada. En el Concejo avanzan las ordenanzas recaudatorias, para las que Acción Marplatense aportará votos claves. Contrastes con el Frente de Todos.

En el despertar de la pandemia, cuando parecía que el coronavirus no terminaba de llegar a estas costas, el gobierno local soñaba con un verano ideal, con turistas de Capital Federal y el conurbano escapando del virus rumbo a Mar del Plata. Después, cuando la realidad epidemiológica de la ciudad se oscureció, hubo hasta quienes dudaron de que pudiera haber temporada. De ahí que los anuncios oficiales se encargaran de remarcar el dato de que, pese a todo, se habilitaría el turismo.

La temporada que empezó la semana pasada no es aquella ideal con la que se ilusionaron algunos, pero tampoco sorprendió a Mar del Plata en el peor momento de la pandemia. Los contagios diarios rondan los 100, lejos de los casos aislados que se producían en otoño, pero también de los casi 500 que llegaron a contabilizarse cuando despuntaba la primavera. ¿Habrá segunda ola? La respuesta dependerá, en gran medida, de los esfuerzos que se hagan en el control. El desafío empieza este fin de semana, el primer termómetro de la temporada por su condición de extralargo.

El intendente Guillermo Montenegro anunció que los controles serán estrictos. Puso en marcha un operativo dividido en tres puntos: los accesos, donde tiene una fuerte presencia la policía; la costa, donde buscará evitar aglomeraciones, y las zonas vinculadas con la nocturnidad. El jefe comunal está convencido que este fin de semana puede registrar imágenes capaces de atraer o aventar turistas en el resto de la temporada. No es lo mismo, interpreta, una foto de Mar del Plata ordenada que una donde reine el descontrol.

La oposición mantiene sus dudas respecto a ese afán de control. Por dos motivos: no lo observó en el invierno –el gobernador solicitó en aquel momento otra actitud para tratar de contener al covid– y no halla en el presupuesto 2021 un ítem que identifique los gastos previstos para ese fin durante el próximo año. Los secretarios del intendente que expusieron en la comisión de Hacienda aclararon que es una equivocación buscar una sola partida en el cálculo de gastos y recursos: las tareas de control, insistieron, atraviesan distintas áreas y serán coordinadas con la Provincia.

El intendente se abocó al inicio de la temporada al mismo tiempo que dio un paso clave para la aprobación de las normas medulares de la gestión. Abrochó un acuerdo con Gustavo Pulti que le permite mostrar un consenso más amplio para el presupuesto y le allana el camino a las ordenanzas fiscal e impositiva en la asamblea de mayores contribuyentes. El ex intendente, por su lado, exhibió la foto de sus concejales con el jefe comunal como testimonio de una oposición constructiva.

Es importante apreciar una diferencia. Los votos de AM no dejan de ser importantes para el presupuesto en términos políticos, sobre todo como contrapeso de las críticas del Frente de Todos, pero sin ellos igual el oficialismo podría alcanzar la mayoría para aprobarlo. En cambio, esas voluntades son verdaderamente decisivas en la asamblea que define el aumento de tasas, prevista para el lunes 14. El gobierno también llegó a un acuerdo con Mercedes Morro, por lo que no padeció ningún contratiempo el jueves, en la votación preliminar de las ordenanzas recaudatorias.

Mientras, continúa el desfile de secretarios por la comisión de Hacienda, en la que exponen sobre el presupuesto de cada área. Esas visitas por el ámbito que preside la opositora Virginia Sívori son un ejercicio democrático encomiable. No solo porque permite identificar las claves del plan de gobierno, sino porque además deja escuchar la voz de algunos funcionarios que, si no fuera por la tácita obligatoriedad de asistir, costaría recordar su existencia.

Los concejales de Acción Marplatense se reunieron con Montenegro para asegurar el presupuesto y las ordenanzas fiscal e impositiva.

El presupuesto 2021 está surcado por lo que sucedió este año. Se recaudaron 2300 millones menos de los previstos y la cobrabilidad de la tasa de Servicios Urbanos cayó al 52%, trece puntos por debajo de su promedio histórico. Para el próximo ejercicio, el municipio espera recuperar al menos diez.

El aumento del 24% para esa tasa es la bandera de Montenegro para sintonizar con una realidad de bolsillos flacos. Un puñado de argumentos de peso lo ayuda a levantarla. La inflación estimada en el presupuesto nacional para 2021 es del 29%, la que proyectan las consultoras económicas tomadas en cuenta por el Banco Central en su relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) la sitúan en el 50% (el último informe se conoció el viernes) y los incrementos del inmobiliario y las patentes que promueve la Provincia en el proyecto de Ley Impositiva trepan al 32%.

Pero ver solo una imagen y prescindir de la película completa es engañarse. Para este año el Gobierno nacional prevé que la inflación acumulada llegue al 32%, mientras que las consultoras esperan un 36,7%. En el mismo período, la tasa de Servicios Urbanos subió 55%. El mero tratamiento del nuevo incremento entraña además una deuda política: el gobierno municipal propulsó, y no logró a tiempo, un cambio en la fórmula de la tasa.

La cobrabilidad de la tasa de Servicios Urbanos cayó al 52%, trece puntos por debajo de su promedio histórico.

Por fuera de ese tributo, los incrementos programados para el año próximo son mayores. Algunos servicios que presta el municipio se incrementarán por encima del 100% y el gobierno no desmintió la proyección del Frente de Todos sobre una suba de entre el 30 y el 67% para la mayoría de los 8.000 monotributistas que abonarán la monotasa, que anuda las tasas de Seguridad e Higiene, Publicidad y Propaganda, el derecho de ocupación de espacios públicos y el Fondo de Promoción Turística.

El contraste entre los funcionarios de Montenegro y los concejales opositores aclaró otros puntos. El municipio propuso la creación de un derecho de uso de calzada que afectaba a los locales gastronómicos, impulsados esta temporada a montar decks en la vía pública para prevenir los contagios de coronavirus. Ante los oportunos reproches opositores y los condicionamientos para conseguir algunos votos, ya renunció a cobrarlo el año próximo.

No es todo. El acuerdo firmado en octubre para la municipalización de guardavidas quedó afuera del presupuesto 2021 porque el expediente no terminó su circuito administrativo en la Municipalidad. Cuando lo haga, el Ejecutivo enviará un proyecto de ordenanza aparte, según prometió el secretario de Gobierno, Santiago Bonifatti.

Los acuerdos que alcanzó el gobierno por el presupuesto y las ordenanzas fiscal e impositiva son la contracara de lo que sucede con el plan para la reactivación de la industria de la construcción. La iniciativa, presentada a principios de octubre por el secretario de Obras, Jorge González, ni siquiera fue considerada en comisiones. “Hoy, el proyecto está muerto”, admitió un concejal del que nadie dudaría su respaldo al gobierno de Montenegro. El proyecto, que prevé acortar plazos para la aprobación de planos y regularizar construcciones, no entusiasma al oficialismo. “La verdad es que nadie está convencido de votarlo”, reconoció otro edil de Juntos por el Cambio. Por ahora, nadie aclara del todo los motivos.

Con esas disquisiciones de fondo y los primeros turistas pidiendo permiso para ingresar a Mar del Plata, llegó al Concejo un nuevo pedido de aumento de boleto. Justo el día que la UTA nacional amenazó con un paro por la falta de pago de subsidios aplicables a salarios. No hay dudas: es el primer capítulo de una serie que Netflix nunca pondría entre sus recomendadas. Porque puede ser más rápida o más lenta, pero siempre tiene el mismo final.

 

Por Ramiro Melucci

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