Las decisiones de Milei tras la derrota generaron desilusión en la tropa propia, los aliados y las provincias

Las decisiones de Milei tras la derrota generaron desilusión en la tropa propia, los aliados y las provincias

Las 48 horas posteriores a la elección bonaerense dejaron sabor a poco y enojo en sectores diversos que el Gobierno necesita para afrontar el escabroso tramo hacia octubre. Por ahora solo habrá una tercera reunión de Gabinete y no se prevén anuncios ni cambios

Por Brenda Struminger

Los aires de cambio que se impusieron en el oficialismo y sus aliados durante las primeras horas después de la catastrófica elección en la provincia de Buenos Aires desembocaron en la creación, en la Casa Rosada, de varias mesas políticas, y en la multiplicación de las reuniones de gabinete. Pero no derivaron en las profundas y diversas modificaciones que se esperaban en la oposición dialoguista, entre los gobernadores e, incluso, en el núcleo duro originario del mileismo.

Con el transcurso de los días, en esos sectores se impusieron la desilusión y el malestar que los protagonistas actores dejaron entrever entre sugestivos silencios, críticas a viva voz, o mascullaciones fuera de micrófono

Los referentes de PRO que se aliaron con La Libertad Avanza se prestaron a asistir ayer a la reunión de la “nueva” mesa electoral bonaerense. Pero en las filas amarillas apenas emitieron opiniones en público y, por lo bajo, incluso los más férreos militantes de la sociedad masticaban bronca contra la conducción del partido local.

No extrañó a nadie que no hubiera foto del encuentro de la tarde, y el comunicado final estuvo a cargo del equipo de la hermana del Presidente y su armador local, Sebastián Pareja. Mientras que en todas las redes sociales oficiales del partido socio brillaban por su ausencia las opiniones, los balances o, mucho menos, los reconocimientos del revés conjunto (que fuera de micrófono adjudicaron a los libertarios).

Así como generó ruido en el PRO que Karina Milei recién decidiera ampliar oficialmente la instancia de toma de decisiones en el peor momento, el anuncio de un reiterado llamado al diálogo a los gobernadores fue recibido con sabor a poco y, en algunos casos, con enojo en las provincias. Los locuaces caciques de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, y de Salta, Gustavo Sáenz, se despacharon contra el Gobierno en sus redes y en entrevistas con las radios y canales con mayor rating.

“Roma no paga traidores, y me parece bien, pero la lealtad es una avenida de ida y vuelta. Es muy difícil que los gobernadores acompañen cuando no hay reciprocidad”, dijo el salteño en radio Mitre. “Cuando se pierde y encima se es agresivo en la comunicación, la gente nos da la espalda”, agregó el santafecino en una especie de rueda de prensa durante la inauguración de una obra local. El día anterior se había mostrado igual de duro en su cuenta de X.

En paralelo, en el batallón de tuiteros que responden a Milei y a su asesor, Santiago Caputo, se despacharon sin pruritos contra la continuidad, decidida por Karina Milei, de los Menem. Y la interna se mostró más que nunca a cielo abierto, incluso en comparación con el cisma que se generó durante el armado de las listas bonaerenses. Hubo un magma de críticas, pero quizá la más representativa, y relevante por su proximidad con la Casa Rosada, haya sido la que emitió Daniel Parisini.

El “Gordo Dan” dijo, directamente, que los principales colaboradores de la Secretaria General la usan como “escudo humano”, y exigió las renuncias de Pareja y de Lule Menem (quizá por respeto a su investidura, se cuidó de no mencionar a Martín Menem, presidente de la Cámara de Diputados a quien la mayoría de sus pares, en realidad, también culpan por los fracasos libertarios).

Del lado de los riojanos estaban tranquilos y confiados en el respaldo de Karina Milei, que no sólo los mantuvo en sus posiciones, sino que reivindicó al más joven, Martín, al sumarlo oficialmente a la “nueva” mesa política nacional (que, en rigor, ya integraba). En ese ala del Gobierno, fieles a las órdenes de la reservada Karina Milei, sólo respondían off the record: “El resultado (en PBA) fue por un conjunto de cosas, no podés culpar sólo a la selección de candidatos”.

Anoche, el PRO se desencantaba cada vez más y empezaba a pensar en la posibilidad de ir alejado de LLA en las elecciones ejecutivas de 2027. Mientras los gobernadores sopesaban no acudir al -aún no concretado- llamado de Francos y continuar con el operativo desgaste en el Congreso y escalaban los insultos de la militancia digital violeta contra los hombres más cercanos a Karina Milei, el Presidente convocaba a una tercera reunión de Gabinete en la misma semana. Una seguidilla de encuentros políticos, inédita para este gobierno -y muy poco habitual para cualquiera.

¿Habrá, en los próximos días, más anuncios, aparte de los realizados para avisar sobre la creación de estas instancias de diálogo? Hasta anoche, en la cúpula nacional aseguraban que no está en los planes realizar ninguna modificación de fondo, ni en el ámbito económico, ni en el político. En esa línea, también deslizaban que lo más probable es que el jueves, cuando vence el plazo, Milei mantenga la decisión, tomada antes del golpe en las urnas de vetar las leyes aprobadas por el Congreso que aumentan los fondos para universidades y la emergencia pediátrica, así como las modificaciones de los Aportes del Tesoro Nacional y el Impuesto a los Combustibles que impulsaron los gobernadores. Mala señal para el reinicio de la relación con el interior del país.

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