Cristina pidió no responder “provocaciones” y su tropa se rearma después del cacerolazo

Cristina pidió no responder “provocaciones” y su tropa se rearma después del cacerolazo
Tenemos que ser muy inteligentes, sensatos y tranquilos”, pidió la Presidenta desde Santa Fe. Habrá un gran acto en el Luna Park para el estreno de la película sobre Kirchner
SEBASTIÁN IÑURRIETA Buenos Aires

Este sábado es el preestreno del documental “Néstor Kirchner, la película” en el Luna Park

Apenas cuatro horas después de que Cristina Fernández de Kirchner deslizara en Santa Fe su análisis del 8N, otra vez sin hacer explícita su referencia al cacerolazo, el cristinismo enrolado en Unidos y Organizados (UyO) se reunió a pleno en el primer piso de su flamante sede porteña, en el barrio de Once, para preparar la contraofensiva. Al menos en el plano discursivo.

Con la ausencia del vicepresidente Amado Boudou, que viajó a Amsterdam; se reunieron durante más de tres horas los diputados Edgardo Depetri el camporista Andrés “Cuervo” Larroque, y el jefe de la bancada, Agustín Rossi; y el ex piquetero Luis D’Elía, entre otros, según confiaron diversas fuentes del “reservado” encuentro.

Marcado en el calendario K, la primer concentración oficialista para lamerse las heridas será este sábado, en el Luna Park, en el preestreno de “Néstor Kirchner, la película”, el documental dirigido por Paula de Luque e impulsado por el diputado bonaerense del Movimiento Evita, Fernando “Chino” Navarro.

Por ahora el cristinismo evalúa que “no es momento de salir a reconquistar la calle”, según confió uno de sus integrantes. Distinto será el escenario en un mes. Tres días después del 7 de diciembre, cuando vence la cautelar del Grupo Clarín para ajustarse a la Ley de Medios, la Casa Rosada aprovechará el Día Internacional de los Derechos Humanos como telón de fondo para movilizarse contra su enemigo Número Uno.

“No decidimos todavía dónde será”, aseguran en UyO, aunque pronostican que no será “un espacio cerrado” como la concentración que vio nacer al colectivo cristinista en abril en el estadio de Vélez Sarsfield. La Plaza de Mayo y el obelisco, epicentros de los últimos dos cacerolazos figuran como alternativas.

En el plano discursivo, el kirchnerismo no logra encauzar un mismo análisis. Desde su interior surgen dudas de qué dejó el 8N y hasta llegan a comprender algunos reclamos.

Pero para el cristinismo no hay dudas. Si bien su primera aparición post-cacerolazo, el pasado viernes, debió ser leído entrelíneas incluso en sus propias filas; esta vez, en Santa Fe, el discurso presidencial responsabilizó a la derecha del cacerolazo: “Tenemos que ser muy inteligentes, sensatos y tranquilos frente a las provocaciones que algunos quieren hacer para volver a retornar al régimen ultraconservador que arruinó a la Argentina”, aseveró la mandataria desde el atril.

“A la antipolítica que supuestamente planteó la marcha, ella les responde debatiendo con política”, planteó un cristinista.

En el acto, a pocos metros la oían el gobernador santafecino, Antonio Bonfatti, y su coterráneo Rossi, que libraron el pase de facturas que Larroque coronó con su “narcosocialismo”.

En una encendida defensa al modelo K, admitiendo los “reclamos” pero con “sensatez que vivimos en un momento cada vez más complicado”, afirmó que “no es un proyecto de un partido político, es el proyecto de un país policlasista”. Al relatar que la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, le confió que había apoyado la caída de Juan Domingo Perón en 1955, Cristina Kirchner volvió a apuntar contra los medios: “Estas cosas confunden a la gente, los que no se confun den son los que manipulan y mienten”, afirmó.

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