La crisis policial complicó el pacto social de Cristina

Dentro del Gobierno crece una preocupación: el estallido de la crisis salarial de las policías provinciales, que podría contagiarse a otras paritarias, complicó el plan del jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, de organizar un gran pacto económico social entre empresarios y sindicatos, que de todos modos fueron convocados para reunirse mañana, a las 11, en la Casa Rosada.
La estrategia de Capitanich era acordar un ambicioso tope de aumentos de precios , salarios, tarifas y emisión monetaria de 18% en 2014. Y fijar metas de empleo, formalidad laboral y competitividad.

"La crisis policial inesperada derribó ese plan. Si se descontrolan las paritarias se complican los acuerdos de precios", explicó a LA NACION un allegado a la presidenta Cristina Kirchner, quien su ubicó ahora en un estratégico segundo plano.

Del encuentro participarán el jefe de Gabinete, desgastado por la crisis, el ministro de Economía, Axel Kicillof, y el secretario de Comercio, Augusto Costa.

"Nos convocaron y vamos a ir a escuchar, no sabemos nada", dijo ayer a NACION un directivo empresarial. La reunión será la continuidad de los encuentros de Río Gallegos con la Presidenta tras la derrota electoral de agosto último, y de las rondas con Capitanich el 22 de noviembre último.

Invitaron a la Unión Industrial Argentina y a las cámaras de la mediana empresa (CAME), de alimentos (Copal), comercio (CAC), construcción (CAC), bancos (Adeba), metalúrgicas (Adimra) y de empresarios nacionales (CGE), entre otras.

Por el lado sindical, se convocaría a las ramas oficialistas de la CGT y CTA, de Antonio Caló y Hugo Yasky, respectivamente.

En Balcarce 50 ven diversos obstáculos. Muchos estarán de viaje por las fiestas de fin de año.

Además, los aumentos a las policías locales de hasta el 60% desataron reclamos de gremios de empleados públicos, docentes, médicos y judiciales. Además, Caló reclamó paritarias "libres" y sin límites. En Balcarce 50 se sintió el impacto y consideran que el tope del 18% es inalcanzable.

"Y si los sueldos se desbordan, los empresarios cargaran esas subas a sus precios, que se descontrolarán", razonan en el Gobierno.

Ese temor demoró el anuncio de un aumento de sueldos a las fuerzas de seguridad que había anunciado Capitanich, tal como informó ayer LA NACION. Se anunciaría mañana o pasado mañana.

También atrasó la convocatoria a empresarios y sindicatos, que Capitanich había anunciado para el miércoles o jueves últimos.

Los pronósticos no son los mejores. En la Casa Rosada admiten que los empresarios y los sindicatos están en posiciones duras para acordar precios y salarios. Los empresarios rechazan los acuerdos de competitividad que exigen Kicillof y Costa: aquellos con mayor rentabilidad deberían aumentar salarios o bajar sus precios.

¿Cómo se determinaría? Las empresas deberán declarar su facturación, ventas, inversiones, compra de maquinaria, construcciones edilicias, compras de inmuebles, nombres de productos y mecanismos de comercialización.

"Es una locura. Tal vez algunos lo acepten, pero si me preguntan a mí algo voy a decir? Dejemos a ver qué pasa", confió un dirigente que pidió reserva de su nombre.

Muchos empresarios también se alarmaron con el "acuerdo voluntario" de precios de Kicillof y la amenazante presencia de jóvenes con pecheras de La Cámpora. Nadie confía en que se pueda monitorear toda la cadena de valor para fijar el precio de góndola.

"¿Acuerdo voluntario, pero con control popular y jóvenes con pecheras?", ironizó otro ejecutivo.

Capitanich aseguró ayer que "es un mecanismo transparente para fijar precios de mercado", porque "si no lo que tenemos es que las grandes cadenas se apropian del esfuerzo y del excedente de todos".

Más problemas para las empresas. El Gobierno había insinuado flexibilizar el cepo cambiario y las importaciones de insumos. Pero nada de eso ocurrió.

"No hay nada que ofrecerles a los empresarios", dijo un funcionario preocupado. Lo única atracción posible es la aceleración de la devaluación del tipo de cambio. La Casa Rosada asegura: a fines de marzo de 2014 el dólar oficial estará a $ 7,50 y el paralelo a $ 8,50.

"Es urgente achicar la brecha, que los exportadores ingresen dólares, unificar el tipo de cambio e ir abriendo el cepo cambiario", aseguró una fuente oficial.

El financiamiento externo que anunció el Gobierno se demorará. La única posibilidad de ingreso de dólares son los de las cerealeras, YPF y Chevrón. Kicillof y su par de Planificación, Julio De Vido, anunciaron créditos por 19.000 millones de dólares de China y de Rusia, pero regresaron con las manos vacías. Y Máximo Kirchner, Carlos Zannini, y La Cámpora condicionaron a Capitanich en la gestión diaria..

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