Crece la embestida para correr a Sergio Berni de su cargo, pero aún lo sostiene Axel Kicillof

Crece la embestida para correr a Sergio Berni de su cargo, pero aún lo sostiene Axel Kicillof

Los intendentes quieren al ministro de Seguridad fuera del gabinete bonaerense. Quién suena de reemplazo.

 

Federico Mayol

El jueves, Sergio Berni estuvo a unos metros de Cristina Kirchner. Después de visitar el interior, el ministro de Seguridad bonaerense voló hasta el estadio Único Diego Armando Maradona de La Plata y se instaló en una carpa armada para monitorear en persona el enorme operativo de seguridad en torno al acto del Día de la Militancia que tuvo a la ex Presidenta como protagonista exclusiva, y que la Policía provincial compartió con La Cámpora. 

 

Esa tarde noche, en su primera reaparición multitudinaria tras el intento de asesinato, Cristina Kirchner incluyó después de muchísimo tiempo a la inseguridad como eje de campaña: le dedicó buena parte del inicio de su discurso, planteó la necesidad de dejar en manos de civiles la conducción de las fuerzas de seguridad y pidió dejar de lado el "cinismo" para abordar la problemática.

Toda una novedad. En La Plata tomaron nota. 

Berni está cansado y desgastado. Pero todavía resiste. Al menos por ahora. Los incidentes del partido entre Gimnasia y Boca, que costaron una vida, dieron vía libre a los pases de factura. Desde ese episodio, los intendentes del Gran Buenos Aires redoblaron los esfuerzos para correrlo del cargo. En estos últimos días, se intensificaron. 

En La Plata dicen, de todos modos, que además del gobernador Axel Kicillof, el funcionario aún tiene la banca de la ex Presidenta.

"Si Cristina no apoyara, 'El Loco' ya estaría afuera", aseguran en la gobernación. Lo comparan, por caso, con el desembarco post electoral de Martín Insaurralde del año pasado: a pesar de Kicillof, que en su momento bancaba tanto a Carlos Bianco como ahora a Berni -el ministro de Seguridad es de los que entra al despacho del gobernador casi sin tocar la puerta-, fue Cristina la que avaló la llegada del intendente de Lomas de Zamora a la Jefatura de Gabinete provincial. La última palabra la tiene siempre ella.

La ex jefa de Estado y el ministro ya no tienen, sin embargo, la misma relación que antes. Pasaron demasiadas cosas en los últimos tiempos: las reiteradas críticas del funcionario al sistema de toma de decisiones del kirchnerismo, su pelea pública y privada con Máximo Kirchner -también con la agrupación que lidera el diputado- y las quejas de los intendentes del Gran Buenos Aires que le llegan con cada vez más insistencia a la Vicepresidenta.

"Si hay uno mejor, tráiganmelo", trascendió que respondió en los últimos tiempos cada vez que le fueron con reproches relacionados con el funcionario.

Este fin de semana, el ministro sumó un nuevo escándalo: el periodista Jorge Lanata denunció en su programa que Berni tiene una mansión valuada en un millón de dólares y tres departamentos sin declarar en Bariloche.

Quién suena como reemplazo

 

En las últimas semanas empezó a trascender en ese sentido la posibilidad de que otro integrante del gabinete bonaerense reemplazara a Berni en caso de que el ministro ya no resista la embestida y de que Cristina Kirchner convalide que tenga que dejar el cargo.

Se trata de Julio Alak, el ministro de Justicia de la provincia de Buenos Aires que tiene buen vínculo con el kirchnerismo y fluidas relaciones en el sistema judicial bonaerense.

En paralelo a Alak, que integró el Gabinete nacional de la ex Presidenta, sonó también en el último tiempo Matías Molle, diputado bonaerense, para trabajar junto al ex ministro de Justicia de CFK en una eventual fusión de áreas. Molle es director del Instituto de Políticas Públicas de Seguridad y Justicia, e integra La Cámpora.

Los más insistentes con el cambio son los intendentes del Gran Buenos Aires, que el pasado jueves, después del acto en La Plata, cenaron con ella en la residencia platense de Kicillof.

Como a la ex Presidenta, a los jefes comunales les preocupa la influencia de la inseguridad en sus distritos de cara a un año electoral. Según la última encuesta de Isonomía, con modalidad presencial, el principal problema en los barrios del Conurbano es, en efecto, la falta de seguridad: fue lo contestó un 49% de los consultados. Recién le siguen, según ese sondeo, el asfalto en las calles, con un 7%; la falta de trabajo, con un 5%, y la falta de iluminación y obras, con otro 4%.

Los intendentes también están inquietos por el fondo de seguridad que hoy maneja el ministro y que quieren controlar el año próximo de manera directa: plantean la necesidad de poder manejar esos fondos con mayor discreción. Es parte de la áspera discusión que mantienen desde hace más de un mes con Kicillof.

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