Conurbano caliente: los intendentes del PJ se concentran en las "últimas 72 horas" y apuestan a recuperarse para 2023

Conurbano caliente: los intendentes del PJ se concentran en las

Los alcaldes del Gran Buenos Aires buscan retener el voto propio y evitar fugas, mientras se preparan para un reordenamiento tras las elecciones.

Por: Nicolás Poggi.

Los intendentes peronistas del Conurbano enfrentan un escenario adverso para las elecciones legislativas del próximo domingo. No sólo por la derrota o la merma de votos de las PASO -que en algunos casos hasta podría acrecentarse-, sino también porque los hechos de inseguridad de los últimos días caldearon el ambiente y llevaron el humor social a un extremo de indignación y bronca.

Por eso lo que ahora prima en el Gran Buenos Aires es el control de daños: retener los votos propios, evitar fugas y resguardarse en los límites del pago chico. Los datos de recuperación de algunas actividades entusiasman a los alcaldes, aunque a la vez son conscientes de que las mejoras impactarán en los próximos meses.

Resignados, los intendentes del Frente de Todos se atan a la posibilidad de modificar (algo) de la tendencia en las últimas 72 horas, a tono con la política del consultor estrella del oficialismo, el catalán Antoni Gutiérrez-Rubí, el autor de la campaña del “sí” que reemplazó al slogan “La vida que queremos”. Todos se escandalizaban con Jaime Durán Barba pero nadie lo hace con este.

El crimen del kioskero de Ramos Mejía volvió a entregar imágenes de un conurbano caliente, una “tierra de nadie” donde reina la desidia y las instituciones permanecen ausentes. Enfrascada en sus temas, la política suele darse estos baños de realidad una vez cada tanto. Y el ciclo vuelve a empezar.

Pero en el peronismo atribuyen el clima “adverso” más al drama económico que a la inseguridad. Lamentan que los datos alentadores de los índices oficiales no lleguen todavía a la calle, donde admiten que hay “bronca” porque “la plata no alcanza”.

¿Qué esperan para el domingo? “No va a modificarse mucho lo de las PASO”, responde a A24.com el colaborador de un intendente de la zona sur. “Podemos estar 2 puntos arriba ó 2 puntos abajo, pero sin grandes cambios”, calculan.

Lo que puede jugarles a favor es el incremento en la afluencia de votantes, a quienes consideran “propios” y sobre los que no se perdonan no haber militado para que hubiera más participación en las PASO.

A eso apunta ahora la “micromilitancia” del Frente de Todos y las visitas quirúrgicas de Alberto Fernández al Gran Buenos Aires, prácticamente la única región del país donde parece estar haciendo campaña. Como advirtió Francisco “Paco” Durañona, senador provincial y ex intendente de San Antonio de Areco: “Pasamos de ser un movimiento nacional a un partido del conurbano”. Nadie lo está escuchando.

El enemigo

Ante el aumento de la temperatura de los últimos días, los peronistas del conurbano dicen no haber visto un “embate” mediático de estas características desde 2009 ó 2013, que fueron los momentos de mayor confrontación del kirchnerismo con los medios. Y ponen en un mismo nivel a la Justicia y la cobertura mediática de casos como el de Ramos Mejía.

A la hora de hacer proyecciones, los intendentes del PJ dicen estar seguros de que sucesos como el de La Matanza “no cambian el sentido del voto". “Puede afectar a algún indeciso, pero el hecho de inseguridad no es lo que motiva un voto, sin que termina de afianzar una convicción previa”, conceden.

En la cabeza de los operadores de campaña del Frente de Todos existe una certeza: el oficialismo va a crecer en votos, pero también lo harán las otras listas. Si el domingo el “voto útil” tiene peso como en otras elecciones, eso significa que algunas de las terceras fuerzas podrían bajar y muchas de las voluntades opositoras recaerían en el frente Juntos de Diego Santilli y Facundo Manes.

En voz baja los intendentes recuperaron un leit motiv kirchnerista y ahora acusan a los medios de “ir por todo” en los momentos finales de la campaña. En esa supuesta maniobra también incluyen lo que consideran "operaciones" del Poder Judicial para conceder excarcelaciones a figuras polémicas del kirchnerismo y condenadas por corrupción como José López y Juan Pablo Schiavi.

Ese último punto, advierten con pesar, sí puede alterar las inclinaciones de los indecisos. La corrupción no como un fenómeno para atacar sino para moderar.

La economía y las elecciones

El único norte que sigue el Frente de Todos es el de la economía, en momentos en que la inflación arrecia sobre las capas medias y los sectores más vulnerables. El cartel de llegada, entonces, pasa de 2021 a 2023, cuando se decidirá si el peronismo tiene margen para presentarse a la reelección.

Lo resumen ante este portal desde el entorno de un intendente que resultó derrotado en las PASO: “Somos optimistas para el futuro porque hay datos macro que son muy buenos y van a llegar a la gente tarde o temprano”. Las expectativas están depositadas en el 2022 y 2023.

El mensaje oficial

Ya es tarde para producir cambios, pero en el conurbano también se quejan de un supuesto problema de “mensaje”. ¿A qué se refieren? “No logramos que la gente advierta que el endeudamiento de Mauricio Macri es el verdadero responsable de la situación actual”, se lamentan en uno de los municipios del PJ.

Y lo dicen con rudeza: “No sabemos contar las cosas”. Más se convencen de esto mirando la vereda de enfrente: “Ellos son muy prolijos, dicen todos lo mismo y son muy disciplinados. Tienen comunicadores determinados, no habla cualquiera. Nosotros no tenemos vocero determinado y contamos como podemos”, se quejan.

La incorporación de Gabriela Cerruti como portavoz de la Presidencia tal vez responda a esta necesidad. Pero la comunicación del Gobierno sigue estando “loteada”.

Cómo sigue

Más allá del azar de los resultados del domingo, todos los que gobiernan en el peronismo ya están pensando en el día después. No hay nadie que descarte un “barajar y dar de nuevo” tras la elección, aunque lo avizoran con menos pirotecnia que la oleada de renuncias que inició el camporista Eduardo “Wado” De Pedro tras las PASO.

“Va a haber un reordenamiento de la comunicación y de la gestión, sobre todo si queremos ganar en 2023”, admite una fuente. Mientras esos planes se analizan en la mesa chica del Frente de Todos, otros se concentran en las últimas 72 horas de campaña, en las que según Gutierrez-Rubí hay un 10% de gente que define el voto. Parece mucho en el país de la grieta.

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