Un conflicto sin razón y a pura pérdida

Por: Gerardo Gómez Muñoz.

Es difícil titular este tema porque ayer cuando esto se escribía había nuevas instancias en Buenos Aires que podrían clausurar por ahora el drama del puerto de Mar Del Plata que por mucho tiempo seguirá sufriendo las consecuencias y las pérdidas y que, ojalá, nunca olvide a sus responsables.

Y de éstos hay muchos y de casi todos los estamentos: sindicales, empresariales, políticos y gubernamentales. Primero, que su inicio no corresponde a una razón estrictamente salarial sino de puja por el encuadramiento y el poder sindical; el empresariado o sus lobistas que con inveteradas argucias juegan a que choquen y se debiliten los dos sindicatos en pugna; los violentos -ejemplos recientes- de hecho o intelectuales, unos que agitan y crean enfrentamientos para sacar, en un caso, ventajas materiales y otros para ganar posiciones con vistas a futuras pujas electorales; los estrados judiciales que no resuelven con agilidad las impugnaciones que dejarían fuera del escenario de competencia a alguna de las partes sindicales enfrentadas, el Ministerio de Trabajo que no juega su rol; el ministro de la Pesca Norberto Yauhar -funcional a la dureza empresaria- que ignora al Simape, a Mar del Plata y a las familias angustiadas, cerrándose a todo diálogo, volteando un arreglo de emergencia aceptado por los trabajadores. Pero muy listo y avisado para salir de Buenos Aires cuando los trabajadores marplatenses viajan para verlo, como si el problema no estuviese instalado en su jurisdicción. Los dirigentes del sindicato marplatense, en todo momento, destacaron la preocupación, el acompañamiento y las gestiones del intendente municipal Gustavo Pulti, pero significativamente los violentos que intentaron con Roberto Villaola y Raúl Calamante destrozar la municipalidad, con el pretexto de defender a los desocupados de la pesca, y los empresarios representados por Oscar Fortunato y Darío Socrate coincidieron en hacerlo responsable al jefe comunal por la falta de soluciones. A estos últimos, cuando se negaron a asistir a una reunión que pudo haber sido la final, Pulti les respondió inicialmente con modosidad "el que se va sin que lo echen vuelve cuando nadie los llama". Pero cerró con una rotunda aclaración sobre la situación absolutamente diversa de los trabajadores que hace meses no trabajan respecto a los patrones insensibles "ustedes se van esta noche porque los espera la cena".

Un "papelón" radical

Se había advertido que no había mucho movimiento ni militancia agotadora por las elecciones internas de la UCR, pero sí que la lista del alfonsinismo que candidateaba a Mario Rodríguez para el comité y a Alejandro Armendáriz para el provincial "movía" más, sobre todo en la última semana. La noticia sobre las impugnaciones al padrón ni siquiera cuando se supo que también se había producido una presentación judicial le movió la boina a ningún radical. La confirmación de que las impugnaciones fueron aceptadas por el juez federal Manuel Blanco en la noche del viernes produjo dos reacciones distintas y evidentes: los impugnadores -la lista de Daniel Núñez y de Juan Gobbi- apenas se molestaban en disimular su sonrisa y hasta se vio a Maxi Abad con algunos dirigentes juveniles celebrar a la medianoche en el restaurante de Alvarito (el nuevo referente del kirchnerista Bruera). En cambio Rodríguez y Tato Serebrinsky no se cansaban de despotricar contra la jugada "de estos perdedores que sólo demoran el resultados por algunas semanas". Pero muy penosamente significativo fue que no surgiese la voz oficial del comité o de las autoridades electorales del partido a brindar la información oficial, ni siquiera hubo esmero, al otro día, para informar a los afiliados por medios periodísticos sobre la novedad. Así fue que en la destemplada mañana del domingo algunos sacrificados dirigentes se instalaron en las escuelas donde se debía votar para advertir a los desinformados que concurrían al frustrado comicio que nada de eso habría de concretarse. El alfonsinismo no para ahora de denunciar la presunta concomitancia de Leopoldo Moreau con el juez electoral Manuel Blanco porque la resolución a última hora del viernes habría impedido la presentación de otro recurso para habilitar las elecciones. También se quejan porque han recusado el padrón que se usó la última vez y que fue el autorizado por Moreau. Los adversarios, en cambio, afirman que se habían incorporado entre 90 y 100 mil ciudadanos pertenecientes a partidos vecinales.

En el plano local

El particular estado de la UCR local permitió que el episodio, en otros tiempos antesala de virulencias y divisiones, esta vez fuera tomado con absoluta calma. Excepto un fuerte cruce entre Vilma Baragiola y Mario Rodríguez que algunos estiman podría tener derivaciones hacia la interna del bloque de concejales, por los demás no ha agitado el ambiente y avezados como Suso, "El Cabezón", Maxi, Tato, etc., no se muestran muy alterados. Algunos de ellos se permiten dudas sobre la posibilidad de otra convocatoria. El que no tenía consuelo el domingo era el presidente del comité local Luis Rech. Luego se supo que la desazón no era por la UCR sino, simplemente, por la copa -la primera- destrozada en Floresta. Los más optimistas piensan que la contienda para la elección de las autoridades partidarias se podría llevar a cabo dentro de los próximos 60 días. Pero nadie se anima a vaticinar si las listas podrán sostener hasta entonces los acuerdos que permitieron su conformación, porque aparentemente el clima en las esferas donde se cocinan los entendimientos no sería el mejor. Pero en Mar del Plata hay otra idea que habría comenzado a maquinarse en algunas cabezas, a la vista del no muy abundante entusiasmo apreciado en estas semanas de campaña y los escasos fondos disponibles por los correligionarios más generosos. Podría ser el nuevo intento de llegar a concertaciones que concluyan en una lista de acuerdos mínimos, pero esenciales que permitan una sola boleta.

Volvió Daniel Rodríguez

Las últimas presencias de Daniel Rodríguez en diversos actos más la salida a la palestra de "La Néstor Kirchner", una nutrida formación juvenil, parecen indicar que quiere protagonismo en una mesa de conducción del FpV con excesiva presencia y ansias de "figurettis" "parvenús", de reaparecidos, de piojos resucitados, de novatos nerviosos y de aspirantes de toda laya. También ha tenido importante figuración en recientes actos Adela Segarra. Es que no ha habido delegación de mandos ni creación de nuevas formaciones y el asunto estaba tomando casi forma de invasión mostrenca. Tampoco el "skype" alcanza y aún los mensajes de "Puerta de Hierro" son irrepetibles. Otra cuestión a tener en cuenta es que ya se ha anunciado el llamado a internas para fines de marzo. Al respecto se debe señalar que hay quienes tienen en vista que en la 5a. Sección se elegirán senadores y por supuesto si la cuestión es manotear poder sin disimulo ni elegancia ni modestia, Diego Garciarena sigue manifestando sus pretensiones por más que esté un Daniel Rodríguez que de la diputación pasó al llano o una Cristina Di Rado, también cada día más fervorosa de Gabriel Mariotto o un Pablo Vacante que no se convence que estos tiempos tiempos no son contemplativos con la guardia vieja. Pero Carlos Cheppi cumple con su promesa de ir por la primera concejalía que le anularía una coartada al cerebro gris que mueve los hilos del vicegobernador, porque otro de sus sueños ante la pasividad de tanto meritorio peronista-kirchnerista con trayectoria es que de primer concejal puede saltar a otras alturas. Total "La Cámpora" parece estar prefiriendo la gestión, para los próximos días se aguarda el aterrizaje de Marina Santoro en la Anses.

Y dale con el cachafaz...

Es que el brioso y ascendedor dirigente no se da abasto entre acomodar gente, fracasar en lobis y mandadas de parte y es, por tanto, bocado permanente para la voracidad informativa. Tuvo que dejar su hermoso local de la "Scalabrini" en la calle Dorrego. Los muchachos del Smata, tan generosos, se cansaron y no quisieron correr más riesgos con los incidentes que comenzaban a menudear. Sobre todo cuando algunos pesados de tribunas no se bancaban las críticas al saltimbanqui balcarceño y trataban a falta de ideas y verdades de dirimir a trompadas las cuestiones. Precisamente la más seria fue cuando alguien propuso crear una especie de sub-agrupación con el lema "Garciarena senador". Algunos se plantaron porque no correspondía, otros porque había prometido 25 puestos -a cobrar el 29 en su mayoría- y no consiguió nada más que algunos para sus amigos. El caso es que la "Scalabrini" se mudó lejos...

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