Caputo quiere poner a Orly Terranova en YPF y Galuccio propone a Nicolás Gadano

Caputo quiere poner a Orly Terranova en YPF y Galuccio propone a Nicolás Gadano

Nicky quiere que el piloto maneje el área de publicidades y eventos. Disputas por el manejo de la comunicación.

Nicolás “Nicky” Caputo, el mejor amigo y principal consejero político de Mauricio Macri, quiere que el piloto mendocino Orlando “Orly” Terranova se quede con el manejo del área de promociones y eventos de la petrolera estatal YPF, mientras que Miguel Galuccio empuja al economista Nicolás Gadano para el manejo del área de comunicación y relaciones institucionales.

En el Gobierno tienen la idea de dividir el área de comunicación y publicidad de YPF, que en la etapa anterior se unificó bajo el mando de Doris Capurro, consultora y amiga de Cristina Kirchner. Doris manejó tanto la parte de comunicación y relaciones institucionales (la parte más política del área), como la del manejo de la marca YPF, que incluye el armado de la publicidad, promociones, sponsoreo de eventos, relación con agencias de publicidad, entre otras funciones.

 

 

 

Con todo eso bajo su ala, Capurro llego a contar con un presupuesto de alrededor de 700 millones de pesos anuales para comunicación y publicidad. No hay otra empresa de Argentina que tenga semejante presupuesto para la publicidad, lo que convierte al cargo en el más importante de las relaciones corporativas en el país, y por tanto muy codiciado.

Orly es hijo y sobrino de los hermanos Terranova, dueños de Publicidad Sarmiento, una de las beneficiadas con la concesión de la cartelería de vía pública durante la gestión porteña de Macri, a instancias de Nicky Caputo.

Ahora, el macrismo quiere dividir el área y el nombre que se propuso como vicepresidente de Asuntos Públicos es el de Orly Terranova y ya habría sido presentado ante el directorio, según adelantó el diario Perfil. En paralelo, se inició una búsqueda mediante la consultora Conferry para ocuparse con la otra parte del área, la del manejo de la comunicación y las relaciones institucionales.

 

 

 

Terranova es un piloto de Rally Dakar de larga relación con el macrismo. De hecho, intentó ser el referente del espacio en Mendoza, pero un fracaso electoral cuando fue candidato a concejal en el 2010, obligó a Macri a buscar nuevas opciones.

 

 

 

Además, “Orly” es hijo y sobrino de los dueños de la empresa Publicidad Sarmiento, beneficiadas con la concesión de la publicidad en el mobiliario urbano de la Ciudad de Buenos Aires, lo que terminó en una denuncia judicial por supuesto favoritismo del competidor Spinazzola, luego desestimada por la justicia. En esa pelea los empresarios mendocinos contaron con el apoyo de Nicolás Caputo, que incluso compartió con ellos el negocio de la cartelería de Puerto Madero, la más cara del país. Los Terranova son además dueños del portal de noticias mendocinas MDZ online.

 

 

 

Aunque tiene experiencia en el tema de la publicidad callejera, Terranova no tiene trayectoria en la industria petrolera. Su principal impulso para desembarcar en YPF es Nicky Caputo, muy influyente en las decisiones de Macri.

Por otro lado, el todavía CEO de YPF, Miguel Galuccio, puja por quedarse con el área de comunicación (donde quedaría el manejo de la pauta publicitaria) para un hombre de su confianza como el economista Nicolás Gadano, experto en temas petroleros, aunque no se le conoce experiencia en el ámbito comunicacional.

 

 

 

Sin embargo, Gadano no es el único nombre y en paralelo a la búsqueda que está haciendo YPF ya se menciona a un hombre de las relaciones públicas del Banco Hipotecario. La pelea está abierta y acaso la mayor duda es si se definirá ahora o después de la asamblea de abril, donde se podría definir la salida de Galuccio, como anticipó LPO.

 

 

 

El modelo del área de comunicación y publicidad dividida ya se aplicó cuando los Ezkenazi ingresaron a YPF por una gestión de Néstor Kirchner. Cuando Repsol tenía el manejo total de la empresa, el área estaba unificada y la manejaba Fabián Falco. Pero los Ezkenazi le dieron el manejo comunicacional a Sergio Resumil (aunque ellos mantenían como asesor externo a Adrián Kochen) y los vínculos políticos a Javier Ordoñez, un ex Roggio. Luego, con la estatización, Cristina le dio todo el manejo a Doris Capurro e incluso se quedó con otras áreas hasta llegar a ser vicepresidente del directorio, convirtiéndose en la que más poder acumuló de todos los directores de comunicación.

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