El lunes, pocas horas después de las elecciones legislativas, se reunieron en la sede nacional de Matheu 130 cinco integrantes de la junta electoral partidaria y aprobaron el reglamento para avanzar hacia las elecciones internas programadas para el 15 de diciembre.

Estuvieron el intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, el de Tres de Febrero, Hugo Curto, el de Guaminí, Néstor Alvarez, y los dirigentes Edda Acuña y Miguel Santellán, junto al apoderado partidario, Jorge Landau. No fueron avisados los tres massistas de la junta: Juan Amondarain, Baldomero “Cacho” Alvarez y Juan Garivoto.

Espinoza, que ganó con lo justo en su distrito, y Curto, que perdió por paliza, se lamieron las heridas por el resultado del domingo. Descargaron culpas en el camporismo, Unidos y Organizados y otros artilugios K, aunque reconocieron que la ola massista era imposible de detener. Eso sí, coincidieron en que era “hora de volver al peronismo” y revitalizar el partido.

Como contó Clarín, Scioli pretende revalidar su conducción al frente del PJ nacional y aupar a Espinoza al frente del PJ provincial, construyendo una doble red de gobernadores y caciques bonaerenses como sustento de su candidatura presidencial para 2015.

Massa, en principio, busca avanzar por fuera del partido y desentenderse de la pelea interna por el PJ. Pero uno de sus intendentes aliados, Jesús Cariglino de Malvinas Argentinas, confirmó que va a presentar su candidatura: “Yo creo que es importante dar la pelea por el partido como parte de nuestra construcción”, le dijo ayer a Clarín. Por lo menos otros dos jefes comunales del Frente Renovador, Luis Acuña (Hurlingham) y Sandro Guzmán (Escobar), estarían dispuestos a acompañar a Cariglino en su aventura.

Cariglino conversará el tema con Massa este fin de semana. El intendente de Tigre tiene dudas sobre la cristalinidad del proceso electoral y la legitimidad de los padrones vigentes. Sospecha que finalmente el comicio volverá a posponerse y que la Justicia electoral terminará quitándole la personería jurídica al partido. Pero si se llevan a cabo, es difícil que Massa pueda hacerse el distraído: preside el PJ de Tigre, uno de los 135 distritos donde también se elegirán autoridades locales.

El PJ provincial se encuentra en letargo desde el accidente cerebrovascular de Alberto Balestrini en abril de 2010. La presidencia provisoria pasó a Hugo Moyano y, tras su renuncia, quedó en manos de Cristina Alvarez Rodríguez. Los mandatos caducaron hace un año y medio, pero las elecciones se postergaron ya dos veces desde entonces.

En mayo de este año, el juez electoral bonaerense, Manuel Blanco, dictaminó la caducidad de la personería jurídica, que fue frenada por una apelación y la promesa de que las elecciones se harían este 15 de diciembre, junto a las del Justicialismo nacional.

El kirchnerismo pretende demorar lo máximo posible esta elección, que podría otorgarle a Scioli el control efectivo sobre la estructura peronista de todo el país. Según pudo saber Clarín, enviados del gobierno ya entablaron conversaciones con la jueza electoral nacional, María Servini de Cubría, para posponer la elección del PJ nacional al menos hasta abril del año próximo.

Pero en el PJ bonaerense el escenario aparece más complejo. Hace algunas semanas, algunos intendentes llevaron al despacho de Blanco más de cien mil nuevas fichas de afiliación. Pensaban que esas novedades serían una buena excusa para aplazar nuevamente los comicios. Pero el juzgado platense procesó todas las fichas en tiempo récord.

Si bien Juan Manuel Abal Medina habría pedido esperar a que Cristina Kirchner se recupere plenamente para consultarla sobre la realización de la elección provincial, otras fuentes aseguraron que Carlos Zannini dio su visto bueno para avanzar. “Si no lo hacemos, Blanco nos quita la personería y nos quedamos sin millones de pesos que nos corresponderían para la próxima campaña. No es ningún chiste”, aseguró una fuente partidaria. El 12 de noviembre vence el plazo para presentar candidaturas.