Blindaje del GBA, seguridad y PASO en veremos, ejes de la cumbre Kicillof-Kirchner

Blindaje del GBA, seguridad y PASO en veremos, ejes de la cumbre Kicillof-Kirchner

Rosca y pases de factura en el encuentro del que también participaron intendentes del conurbano y ministros. Cómo salvar Buenos Aires de una ola amarilla.

 

Por Macarena Ramírez

Por José Maldonado

Cómo retener los votos propios en el conurbano ante el crecimiento de la oposición, qué hacer para que la gestión bonaerense tenga más impacto en esos municipios, cómo enderezar el problema de la inseguridad y qué camino tomar respecto a las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO). Esos fueron los temas salientes en la cumbre que se desarrolló este miércoles en la Gobernación de Buenos Aires, un encuentro con pocos antecedentes por la cantidad y el peso de las presencias que juntó. El anfitrión, Axel Kicillof, recibió al presidente del PJ bonaerense, Máximo Kirchner, a intendentes de la Primera y Tercera sección, a ministros nacionales y al gabinete bonaerenses casi en pleno. Fue una cumbre que tuvo pases de factura, algunos reproches internos y la idea compartida de que sin un “blindaje” electoral en el Gran Buenos Aires de los millones de votos, al oficialismo le será muy difícil retener el distrito del 37% del padrón electoral nacional. Mientras se desarrollaba el cónclave, afuera pasaban cosas: un baúl sospechoso abandonado en uno de los ingresos al edificio gubernamental alertó a la seguridad, que activó el protocolo ante la sospecha de que se trataba de un explosivo.

 

 

El encuentro en La Plata fue convocado para comenzar a debatir la estrategia electoral y el rol del Gobierno bonaerense y de los intendentes en el escenario que se avecina. En los hechos, sirvió como una especie de mesa de discusión abierta sobre las diferentes miradas sobre qué hacer con las Primarias, cuya suspensión promueven gobernadores y resisten otros actores del Frente de Todos, como el albertismo y el Movimiento Evita.

 

No hubo definiciones tajantes, pero sí la decisión de seguir el debate en el congreso partidario del PJ bonaerense, para el que se puso fecha: el 5 de noviembre en Mar del Plata, donde se avanzará con el tema PASO.

 

 

La jornada empezó temprano con un encuentro entre Kicillof e intendentes. Estuvieron Fernando Espinoza (La Matanza), Alberto Descalzo (Ituzaingó) y Federico Achával (Pilar) y los que tomaron licencia para ocupar bancas o cargos, como Mariano Cascallares (Almirante Brown) y Ariel Sujarchuk (Escobar). Además, llegaron hasta esta ciudad los ministros del gabinete nacional que volverán a sus distritos: Gustavo Katopodis (San Martín) y Jorge Ferraresi. Junto a Kicillof, se sentó el jefe de Gabinete, Martín Insaurralde, intendente en uso de licencia de Lomas de Zamora, y el ministro de Infraestructura Leonardo Nardini (jefe comunal en uso de licencia de Malvinas Argentinas). Se sumó también Gustavo Menéndez, de Merlo. Es decir, casi todo el territorio del conurbano gobernador por el peronismo. Kirchner fue el último en llegar.

 

Según pudo reconstruir Letra P, en el cara a cara con los intendentes hubo algunos momentos tensos. Fue cuando se habló del impacto de la gestión en los distritos. Algunos de los alcaldes reclamaron un vínculo más aceitado con la Provincia para poder capitalizar mejor las obras y las acciones de gobierno. Acusaron una ralentización de la gestión.

 

 

También hubo menciones al tema seguridad, siempre caliente. El reclamo sobre la gestión de Sergio Berni trasciende a la tropa oficialista, también en la oposición apuntan al sheriff por sus “escasos o nulos” resultados.

 

Con los intendentes y los ministros, se repasó la agenda de obras y programas para el Gran Buenos Aires y los detalles de fondos que se destinarán en el proyecto de Presupuesto 2023 que Kicillof enviará a la Legislatura en las próximas semanas.

 

Pero más allá de la gestión, fue una cumbre cien por ciento política. Más de cuatro horas de charla, con contrapuntos, discusiones y algo de “catarsis”. Hubo una coincidencia total sobre la necesidad de ajustar la gestión y hacer un despliegue mucho más intenso en esos distritos para “blindar” el territorio que define la elección, el bastión electoral del Frente de Todos que hoy está amenazado por el crecimiento del voto opositor.

 

Entre los intendentes preocupa mucho el impacto de la inflación, el mismo tema que obsesiona a Kicillof y a Kirchner. Y pidieron a la Provincia asistencia para poder hacer frente a los aumentos paritarios que debieron otorgar a sus empleados municipales para empatar una inflación que va a llegar a los tres dígitos.

 

Sujarchuk fue uno de los alcaldes más duros con los cuestionamientos. Expresó, en cierto sentido, un reclamo de todos sobre la necesidad de tener más diálogo e institucionalizar la mesa de discusión del FdT. Según pudo saber este medio, la no convocatoria a dirigentes del Frente Renovador generó malestar en la tropa massista.

 

Con respecto al tema PASO, cada uno expuso su postura. El tema quedó instalado abiertamente en la agenda de debate después de que la semana pasada, por primera vez, el PJ bonaerense que conduce Kirchner blanqueara que promueve la suspensión de esa instancia electoral creada por Néstor Kirchner.

 

“No hay unanimidad. El congreso de Mar del Plata que se convocó para el mes que viene va a ser muy importante para tomar esa definición”, indicaron fuentes que asistieron a la cumbre.

 

Kicillof no tiene una postura tomada al respecto. Hará lo que defina su jefa política, Cristina Fernández. Por ahora, viene jugando en línea con sus colegas gobernadores que promueven la suspensión, pero con mucha cautela.

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