Banderazo: Los intendentes intentaron minimizar su efecto tras la sorpresiva adhesión en el conurbano

Banderazo: Los intendentes intentaron minimizar su efecto tras la sorpresiva adhesión en el conurbano

El banderazo de ayer contra el Gobierno tuvo tambiénuno de sus capítulos más sorprendentes en plazas y calles del conurbano, con una serie de réplicas de la protesta cuyo epicentro fue el Obelisco. 

Por: Javier Fuego Simondet.

Aunque las manifestaciones en distintos puntos del Gran Buenos Aires fueron imágenes destacadas de la jornada de reclamos, en las intendencias peronistas, que son amplia mayoría en el conurbano, las consideraron expresiones minoritarias vinculadas a sectores opositores y trataron de minimizar su relevancia, aunque para algunos fue sorpresivo el alcance.

En plazas muchas veces ubicadas frente a las municipalidades, en zonas comerciales, en calles, avenidas, o incluso autopistas, a pie y en autos, las ramificaciones del banderazo porteño en medio de la cuarentena llegaron a zonas de Quilmes, Lomas de Zamora, Tigre, La Matanza, Esteban Echeverría, Avellaneda, Morón, Almirante Brown y Pilar, entre muchos otros distritos que gobierna el peronismo. En sus inusuales réplicas en el Gran Buenos Aires, las consignas tuvieron la misma variedad que las que poblaron el centro porteño.

En Lomas de Zamora, la céntrica Plaza Grigera fue un punto de encuentro para los manifestantes. "La verdad es que se le dio poca importancia. Acá no se movilizó tanta gente", dijo a LA NACION una fuente del municipio que conduce Martín Insaurralde, tratando de restarle relevancia al tema.

"La medida tuvo un alto contenido opositor, con demandas varias como apelaciones a la falta de libertad, que consideramos que no está en riesgo. Fue mayor que marchas anteriores", evaluaron en el gobierno de Tigre, distrito en el que también se hizo sentir la protesta. "Expresó a un sector de la sociedad opositor a las políticas del gobierno nacional", agregaron desde el municipio gobernado por Julio Zamora.

La medida tuvo un alto contenido opositor, con demandas varias como apelaciones a la falta de libertad, que consideramos que no está en riesgo. Fue mayor que marchas anteriores, ""

Las réplicas en el conurbano de la marcha con centro en la Capital alcanzaron localidades como Adrogué, en Almirante Brown, distrito donde manda Mariano Cascallares, o Castelar, en Morón, municipio que también conduce el peronismo, con el intendente Lucas Ghi. Estos municipios muchas veces son foco de otro tipo de reclamos, pero no parte de movilizaciones por demandas institucionales, como las que ayer se nuclearon en contra de la reforma judicial.

La marcha se repitió además en algunas zonas de La Matanza, donde gobierna Fernando Espinoza. "Es una expresión normal de un sector que nunca acompaña al oficialismo. Estuvo circunscripto a Ramos Mejía y a alguna zona de San Justo, lugares donde hubo que hacer los mayores esfuerzos para contener el coronavirus en el distrito", afirmaron fuentes del peronismo consultadas por LA NACION. Los intendentes oficialistas también se plegaron al mensaje del gobierno nacional en el sentido de que la movilización representó un riesgo ante la pandemia.

"Fue muy poquita gente, unas 30 personas y unos diez autos. Fueron pacíficos, fue una manifestación democrática. Más de la mitad eran militantes de Patricia Bullrich", dijo una fuente de Esteban Echeverría sobre la manifestación en la Plaza Bartolomé Mitre, de Monte Grande, en el centro del distrito que conduce Fernando Gray.

En Pilar, según contó a LA NACION una fuente local, el protagonismo de la marcha estuvo entre los habitantes de barrios cerrados. "Hubo ciertos grupos que apoyaban la marcha, asociados a expresiones políticas. De los barrios cerrados se manifestaron en algunos puentes [sobre la autopista Panamericana], pero fue muy leve. Quizás, gente de Pilar puede haber ido directo a la 9 de Julio o a Recoleta. Los porteños 'acuarentenados' en Pilar reaccionaron, pero Pilar no", analizó una fuente cercana al intendente Federico de Achával.

La intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, utilizó sus redes sociales para disparar contra los manifestantes y la oposición local. "Empatía y responsabilidad no existen en el diccionario de estas personas. No les importa su vida, menos la de otros. Los convencieron de que el odio es el camino y ahí están. Es preocupante que gente de la oposición presente en la marcha no use tapabocas, ojalá no se contagie", publicó la intendenta en su cuenta de Twitter mientras la marcha en Quilmes, en la plaza San Martín, frente a la Catedral, estaba en pleno desarrollo. Su postura fue de las más duras.

Entre las reacciones en los distritos peronistas hubo también algún lugar para la autocrítica. "Nuestro error es sobredimensionar esto", reflexionó una fuente de un importante despacho municipal.

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