Alberto Fernandez en Olivos: un invitado de China y las dudas sobre una cuarentena total

Alberto Fernandez en Olivos: un invitado de China y las dudas sobre una cuarentena total

El presidente se quedó en la quinta presidencial y monitoreó los anuncios para combatir los efectos del coronavirus. Donaciones de equipamientos para combatir la pandemia y el factor "Italia.

 

¿Más medidas? ¿Qué queda antes de cerrar todo?

Llovizna en Olivos. Alberto Fernández ocupa la oficina principal del área llamada "Jefatura de Gabinete". Fue el búnker que Néstor Kirchner utilizó cuando le pasó el bastón, y el mando -parcialmente- a Cristina Kirchner. Entran y salen funcionarios y dirigentes.

 

Pasa Vilma Ibarra, llega Gustavo Béliz, rondan Julio Vitobello y Eduardo Valdés. Más temprano estuvo Martín Guzmán, antes Gabriel Katopodis y aparecen, con carpetas bajo el brazo, Juan Manuel Olmos y Julian Leunda. Circula, aquí y allá, el vocero multi target Juan Pablo Biondi.

Deben, como ocurre en las oficinas del Estado, sortear un control estricto: la pistola que mide temperatura en la frente, alcohol en gel y distancia. 

Alberto F. está online permanente con Santiago Cafiero. Su jefe de Gabinete le pasa partes desde la Rosada: se vio con las telefónicas para pedirle que suspendan aumentos y cortes de servicios por falta de pago.

Todo opera en clave crisis, con C de coronavirus.

Alberto Fenrández con la delegación china este martes en Olivos.

En un momento, Fernández deja la oficina y encara hacia el helipuerto: hará un vuelo en el helicóptero presidencial sobre el conurbano sur para disponer un avance de obras de infraestructura sanitaria: la terminación y apertura de dos hospitales que fueron inaugurados dos veces por Cristina Kirchner cuando era presidenta -aunque no estaban terminados- y que luego tampoco se finalizaron durante la gestión de Mauricio Macri.

El mandato que baja a su regreso es específico:

- Que se pongan a laburar 24 horas para abrirlo cuanto antes, dice.

Se trata trata de los hospitales René Favaloro y Néstor Kirchner, que están en Laferrere y en Rafael Castillo, dos localidad de la hiperpoblada La Matanza. 

El Presidente quiere que en dos semanas estén abiertos y puedan, quizá, destinarse a la atención de casos confirmados o sospechosos.

Fernández opera, todo el tiempo, en la versión más dramática de lo que puede pasar: espera que el virus "decline" -el término es casi un sinónimo de optimismo- pero se prepara para una escalada crítica.

Cosas del azar. Al regreso, en Olivos lo espera el embajador chino en Buenos Aires Zou Xiaoli: Fernández lo recibe junto a Beliz, Olmos y Sabino Vaca Narvaja, el número dos de la diplomacia argentina en el gigante asiático. La delegación china ofrece colaboración y anuncia una donación importante.

Reactivos, barbijos, y trajes de protección, entre otros productos. 

Fernández está obsesionado con un renglón en particular: quiere descomprimir al Instituto Malbrán, el único lugar donde se hacen estudios sobre el coronavirus y confía que en 10 días, los hisopados y reactivos se podrán hacer en todas las provincias. O, al menos, en las más importantes.El Presidente sigue los datos de cerca.

Al menú de clases suspendidas, fronteras cerradas, licencias y home office para empleados, el Gobierno agregó limitaciones al transporte de pasajeros, y un pack de medidas económicas: bono a jubilados y a AUH, y auxilios para los comercios y la industria que fueron anunciadas este martes.

Fernández peinó cada renglón de los anuncios: el marco global lo repasó el lunes en una reunión casi multitudinaria, más de 10 personas en la oficina de Cafiero, casi una transgresión del distanciamiento social.

Las medidas de los últimos cinco días, entre el DNU del jueves y este martes, abarcan casi todas las áreas críticas. Seguirán otros anuncios, pero el grueso ya está en marcha.

Por eso, la pregunta que cruza los despachos de Olivos y Casa Rosada es una. ¿A cuánto está el Gobierno de tener que disponer una cuarentena total, una paralización a la italiana?

"Alberto está, desde que estalló la crisis en Italia, con esa idea en la cabeza, que quizá sea necesario parar todo", apunta un albertista, pero pone sobre la mesa otro interrogante. ¿Qué impacto, en particular sobre la economía, puede tener una cuarentena absoluta?

Un hombre del Presidente considera que su jefe tuvo "timing" para la suspensión de clases y el cierre de fronteras. Pero se permite la intriga sobre si serán o no eficaces. Puede, quizá, aparecer una medida más extrema en el corto plazo.

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