Alberto, Kicillof y Larreta buscan formato "salomónico" para endurecer cuarentena

Alberto, Kicillof y Larreta buscan formato

Analizaron un plan de transporte para Ciudad y conurbano para disminuir el ingreso de personas desde la provincia a la Capital. Podrían dar marcha atrás con apertura de comercios porteños pero mantendrían los paseos familiares.

En Olivos hubo acuerdo entre Alberto Fernández, Axel Kicillof y Horacio Rodríguez Larreta sobre un plan de logística de transporte coordinado para disminuir el flujo de pasajeros de la provincia de Buenos Aires a la Capital Federal. Además, tanto el gobernador como el jefe de Gobierno porteño recibirán asistencia de la Nación para reforzar el plan de testeos y las medidas sanitarias en los barrios de emergencia del área metropolitana. Pero anoche se comenzó a explorar un formato salomónico para dejar parcialmente sin efecto la apertura comercial en la Ciudad de Buenos Aires. Una de las posibilidades analizadas para contener el pico de contagios en el área metropolitana consiste en volver a decretar el cierre de comercios en la Capital Federal a partir del próximo lunes pero con la continuidad de los paseos familiares de una hora los fines de semana según la terminación del DNI.

No hubo definiciones en el cónclave tripartido de la residencia presidencial. Sin embargo, el Presidente logró sentar la piedra basal del próximo anuncio de extensión de la cuarentena, en principio hasta el 8 de junio. Tanto la extensión como el rigor de las medidas para el área metropolitana, donde habitan casi 14 millones de personas, será por consenso. Las tres jurisdicciones coinciden en la gravedad de la crisis social y sanitaria en el inicio del pico de contagios.

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Más allá de las quejas del Gobierno bonaerense por la flexibilización de la cuarentena en la Capital Federal, en el Poder Ejecutivo Nacional consideran que la apertura comercial habilitada en la Ciudad invita a la población a salir a la calle, en contraposición con el espíritu de la cuarentena. Por eso estiman que con el cierre comercial de la Ciudad se desalentaría el ingreso de personas desde el conurbano liberando así el uso del transporte público en trenes y colectivos. Mientras que los paseos familiares de familias porteñas a 500 metros de sus domicilios no tendrían repercusión sanitaria alguna para la provincia de Buenos Aires.

La reunión se abrió con el análisis del nuevo récord diario de 474 contagios en todo el país de los cuales 257 corresponden a la Ciudad y 178 a la Provincia. Participaron además del Presidente el gobernador, el jefe de Gobierno porteño y su vice, Diego Santilli, el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, los ministros de Salud Fernán Quirós (CABA), Daniel Gollán (PBA), la secretaria de Acceso a la Salud, Carla Vizzotti y el ministro de Transporte de la Nación, Mario Meoni, entre otros. La Ciudad llevó un diagnóstico “optimista no aperturista” sobre el distrito a la reunión con el Presidente y el gobernador. Sin embargo, el jefe de Gobierno porteño se mostró a dispuesto a dar marcha atrás con la atención al público en los comercios de la Capital Federal si la curva sigue en alza.

Alberto, Larreta y Kicillof también se pusieron de acuerdo sobre un plan de logística para trenes y colectivos con controles en especial en las estaciones de Roca y el Sarmiento para hacer que viaje menos gente desde la provincia a la Ciudad. Ese esquema sería coordinado por Meoni. El funcionario, como reveló Ámbito este lunes, ya había iniciado una mediación entre Larreta y Kicillof para contener el flujo de pasajeros desde el conurbano a la Capital a través de mayores controles en los accesos a las estaciones interjurisdiccionales. El Presidente ofreció además ayuda del Gobierno nacional para que sea más rápido y eficiente el testeo y diagnóstico de coronavirus en los barrios populares del área metropolitana.

Larreta evitó arriesgar definiciones con el espíritu de consensuar el formato del nuevo tramo del aislamiento social obligatorio. El parámetro que aplica el ministro de salud de la Ciudad, Fernán Quirós, para dejar correr la apertura es el índice de duplicación de casos, actualmente cercano a los 20 días, no llegue a un piso inferior de 15 días. Si la cantidad de contagios supera la base de 300 infecciones diarias antes del viernes o el sábado, el cierre comercial en la Ciudad sería ya un hecho confirmado.

Kicillof había canalizado el reclamo de los intendentes del PJ en el conurbano contra la apertura porteña. El riesgo de que pobladores del conurbano bonaerense se contagiaran al trasladarse para trabajar en comercios o actividades habilitadas en la Capital Federal alteró la tregua política. La Casa Rosada ensayó este lunes una discreta mediación entre ambas jurisdicciones para desactivar el fuego que ya había escalado hasta Daniel Gollán, ministro de Salud bonaerense con terminal en Cristina, quien expuso a la Capital como foco crítico de los contagios.

La queja en la Provincia radica en que más de un millón de trabajadores cruzan la General Paz cada hacia Capital para trabajar. Según las cifras que manejan los intendentes, de los más de 2,7 millones de puestos de trabajo que hay en la Capital Federal, 1,3 millones (el 48,5%) son ocupados por personas que viven en el Gran Buenos Aires.

El pico de casos en CABA se registró anoche con 257 contagios nuevos, superando el récord del martes que había sido 224. Más allá de la experiencia empírica, de fondo late el escenario político poscuarentena, con Alberto y Kicillof polarizando en la campaña con Larreta. La pandemia le sirvió a al jefe de Gobierno porteño para nacionalizar su marca y ganar visibilidad en un semestre que había planeado con neto alcance municipal.

En la previa a la reunión tripartita de Olivos, Alberto ya había dado indicios de hacia donde podría inclinar la balanza en la tensión Ciudad-Provincia por la apertura comercial. Ayer se mostró con Kicillof en Tigre en la reapertura de una planta automotriz donde anunció que la cuarentena seguirá más allá del próximo domingo. Por la tarde, mandó a Santiago Cafiero y a medio gabinete nacional a reunirse con el Gobernador y su comité de emergencia para desplegar acciones sociales y sanitarias en barrios vulnerables. Y por la noche recibió en Olivos a Santiago Levy, periodista de la Garganta Poderosa y referente social de la villa 31 de Retiro. Esta tarde, antes de recibir a Larreta y a Kicillof, Alberto volvió a abrir las puertas de Olivos para referentes sociales de los barrios populares de la ciudad de Buenos Aires donde se registra el pico de contagios porteños. “Sé que tienen problemas y vamos a ayudar a resolverlos, quiero que los que están sufriendo, no sufran más”, se comprometió Fernández. Y agregó: “Argentina fue un país distinto cuando le dimos derechos a la gente. Y fue muy distinto cuando se los sacaron”.

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