Una trama policial imposible de separar de la política

Una trama policial imposible de separar de la política
Massa y su esposa se presentarán hoy en la causa como “particulares damnificados”.
Sergio Massa y Malena Galmarini se presentarán hoy ante la justicia como “particulares damnificados” por el robo que sufrieron en su casa el 20 de julio. Su idea es circunscribir el episodio a la investigación judicial y sacar el caso de la campaña política, al menos hasta el próximo domingo. “No es el plan de Massa terminar su campaña peleándose con (el secretario de Seguridad) Sergio Berni todo el día, que no paró de decir mentiras ni un minuto”, explicó ayer un hombre de confianza del intendente de Tigre. Con esa medida, además, podrán controlar la influencia sobre el expediente del Gobierno nacional.

La causa que impulsa el fiscal Mariano Magaz, hasta ahora, se limita a la pesquisa sobre el incidente policial, sin ingresar en cuestiones que podrían relacionarse más directamente con la política.

En el expediente figura que el Ayudante Principal de Prefectura Alcides Díaz Gorgonio (alias “Goli”), de 52 años, casado, esperó en la garita de seguridad que ocurriera el cambio de guardia de las 7 de la tarde del 20 de julio en el barrio cerrado Isla del Sol. Allí dice también que a esa hora dejaron su puesto los suboficiales de la Prefectura Fernando Civeta y Horacio Escobar y llegó el Ayudante de Primera de la Prefectura Martín Torres. Díaz Gorgonio había estado charlando desde las 5 con sus colegas de los sueldos en la fuerza -según relató un testigo de esa conversación- y tomando mate. Pocos minutos después del cambio de guardia, Díaz Gorgonio dejó la garita, se subió a su Fiat Marea patente DPP507, y enfiló para la casa de Massa. Llegó allí a las 19.08 y cometió el robo que se vio en las imágenes difundidas el lunes.

En las declaraciones de los testigos figura que Díaz Gorgonio había vuelto a visitar el barrio cerrado -en donde trabajó hasta hace unos tres años- en los últimos dos meses. Iba allí con frecuencia y se quedaba a charlar con los prefectos, que lo conocían por su trabajo anterior en el lugar. Díaz Gorgonio tiene su lugar de trabajo formal en el sexto piso del Ministerio de Seguridad, según él mismo aseguró ante la Justicia el 22 de julio, cuando se negó a declarar. En él entorno del prefecto admiten además que cumple “tareas de inteligencia”.

José Luis Galliani, abogado de Díaz Gorgonio, dijo ayer a Clarín que se ocupará de “ tratar los aspectos jurídicos y dejar de lado los aspectos políticos ” del episodio que recalentó el último tramo de la campaña electoral.

Sin embargo, en los próximos días en la investigación podrían surgir indicios que sí tendrán una connotación inevitablemente política. Desde el entorno de Massa aseguraron a este diario que los llamados recibidos y emitidos en los quince días previos al robo por el celular de Díaz Gorgonio -un Samsung que le secuestraron cuando la Policía Bonaerense lo detuvo por orden del fiscal- complicarían la situación de la secretaría de Seguridad de la Nación y de otros miembros del Prefectura. “Berni está nervioso por eso”, afirmó ayer un funcionario de Massa.

El intendente de Tigre desmintió ayer todas las afirmaciones que hicieron Berni y el senador Aníbal Fernández, sobre el robo. Massa aseguró que la empleada doméstica que trabajaba en su casa no es novia ni esposa de Díaz Gorgonio -dijo que lo conoce porque el hombre era custodio del barrio cerrado y ella misma se encargaba de limpiar las garitas de los guardias–, que el prefecto nunca trabajó con él -Berni había dicho que fue remisero y puntero político del intendente de Tigre– y que no es militante de su espacio político. Anoche, visiblemente molesto por las preguntas de los periodistas, dijo que consideraba “cerrado” el tema. Habrá que ver si lo logra.

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