Tensión de la Rosada con los gobernadores porque no aplican restricciones

Tensión de la Rosada con los gobernadores porque no aplican restricciones

Alberto esperaba que las provincias tomen medidas. Kicillof y Suárez le pidieron una decisión "nacional".

La Casa Rosada sigue analizando la impresionante escalada de contagios de coronavirus y espera que los gobernadores adopten mayores restricciones, algo que está generando malestar porque ni unos ni otros quieren pagar el costo político.

Tras las medidas anunciadas la semana pasada por Alberto Fernández, en el gobierno nacional se quedaron esperando que las provincias impongan restricciones más duras o al menos refuercen los controles para disminuir la circulación de personas.

Después de la recomendación de los epidemiólogos en la reunión del lunes pasado y de la cumbre urgente de este martes entre Alberto y parte del gabinete, volvieron los rumores sobre un cierre más fuerte. Pero por ahora no hay nuevos anuncios, repiten en la Rosada.

En el gobierno sí se encargaron de dejar trascender que esperan que sean los gobernadores los que impongan las nuevas restricciones y refuercen los controles para que se cumplan las medidas. Incluso se habló de "un plazo" de 48 horas que Alberto le dio a las provincias.

Pero en las provincias no parecen dispuestos a asumir esa decisión y prefieren que el costo político lo pague Alberto como durante toda la primera ola. 

"Creo que tiene que haber una conducción nacional y que no puede cada jurisdicción hacer lo que le parezca cuando la situación es de esta gravedad", aseguró este miércoles el gobernador de Mendoza, Rodolfo Suárez.

"El gobierno nacional debería convocar a todos los gobernadores y no dejar librado a cada jurisdicción las decisiones. Creo que tiene que existir una política nacional", remarcó el dirigente radical.

Casi en la misma línea, en el gobierno de Axel Kicillof esperan la decisión de Alberto. "De nada serviría que la provincia tomara medidas por su cuenta", dijo la ministra de Gobierno bonaerense, Teresa García, en referencia a la necesidad de políticas coordinadas con la Ciudad.

En el gobierno bonaerense no ocultan cierto malestar por el carácter de las medidas anunciadas la semana pasada por Alberto. Kicillof admitió que pretendía un cierre más duro por dos o tres semanas para achatar la curva y tratar de aliviar el sistema sanitaria.

En la línea de esperar a Nación también se encuentra la Ciudad de Buenos Aires, donde como reveló LPO presienten que la semana que viene se anunciaría la cuarentena dura y acatarán esa decisión.

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