Los seis frentes de la reconfiguración peronista

Los seis frentes de la reconfiguración peronista

Determinado a reordenar el partido, el Gobernador reparte el juego para abordar seis frentes: reactivación del PJ, convocatoria a internas, revisión de liderazgos regionales y departamentales, renovación dirigencial de la capital, blindaje del sindicalismo y control de los movimientos sociales.

Por Felipe Osman.

Más que preocuparse por los (distintos) resultados de las Legislativas, el gobernador ha resuelto ocuparse. La amenaza de que la grieta que divide kirchnerismo de anti-kirchnerismo pase a separar a peronistas de anti-peronistas -el declamado “fin de ciclo” que cada cuatro años vaticina la oposición-, alarma, pero no paraliza.

En ese tren, el Centro Cívico ha decidido avanzar en una reconfiguración del partido, como primer paso para apuntalar la reelección del gobernador, y contener (cuando no cicatrizar) la fractura que en el reciente test electoral representó la boleta de Defendamos Córdoba, bajo la candidatura de Natalia de la Sota.

Después de la reunión sostenida con Diego Santilli y Manuel Adorni, flamantes encargados de las negociaciones de la Casa Rosada con los gobernadores, el gobernador habría definido la hoja de ruta de la reconfiguración peronista con seis frentes: reactivación del partido, convocatoria a internas, revisión de liderazgos regionales y departamentales, renovación dirigencial de la capital, blindaje del sindicalismo y control de los movimientos sociales; asignado roles entre sus allegados para encarar la tarea.

La reactivación del PJ, al menos desde lo formal, ya avanza bajo la supervisión del presidente provisional de la Legislatura, Facundo Torres Lima, que incluso antes de las elecciones, sobre el inicio de la campaña, reabrió la sede con invitaciones a dirigentes sindicales. En el resto de las líneas se irá avanzando progresivamente.

La fecha de la convocatoria a internas será, desde luego, definida por el propio gobernador, que también encarará personalmente la negociación con las distintas facciones del oficialismo para definir la distribución de los cargos partidarios. En esa tarea, trascendió tras una reunión del mandatario con su mesa chica, sería asistido por Juan Manuel Cid, ex legislador, hoy integrante del directorio del Banco de Córdoba, e histórico ladero de Llaryora.

En cuanto a la revisión de liderazgos regionales y departamentales, aquí habrá criterios ajustados. Asistirían al gobernador en esta tarea Manuel Calvo, Sergio Busso, Gustavo Brandán y David Consalvi. Y pesarán a la hora de decidir los resultados cosechados en las últimas elecciones, un alineamiento férreo al mandatario provincial, y el presente de las gestiones locales. Para ponderar este último factor, se habría encargado a Guillermo Acosta (Economía) un informe sobre la situación fiscal de cada municipio, muchos de los cuales ya habrían pedido auxilio al Centro Cívico para afrontar el pago de los aguinaldos.

El cuarto apartado, a saber, la renovación dirigencial en capital, es quizá el que evalúan como el de mayor sensibilidad. Llaryora se encargaría personalmente del asunto, que deberá nivelar con la senadora nacional Alejandra Vigo y el intendente Daniel Passerini. Este punto es percibido como un aspecto central para la reelección, y no hay aún precisiones de cómo se abordará. Aunque una versión señala que el Centro Cívico buscará llevar dirigentes territoriales de la capital a la Provincia para darles rodaje, gestión y recursos, y ponerlos en condiciones de disputar la renovación.

En el plano sindical, algunos dirigentes se entusiasman con la configuración de una suerte de CGT llaryorista encabezada por Pablo Chacón, Gustavo Pedrocca y Ricardo Moreno, representantes de la CGT Regional, los primeros dos, y de las 62 Organizaciones Peronistas, el tercero. El nexo con el Centro Cívico estaría representado por Julián López (Justicia). La idea sería blindar al sindicalismo antes de que la reforma laboral cope la agenda, y ofrezca al delasotismo una gran oportunidad para percutir sobre el armado gremial en que se apalanca el oficialismo.

El último frente a atender es el rol de los movimientos sociales. En las elecciones provinciales estos actores tuvieron una considerable representación en la lista del peronismo, pero su juego se ha desdibujado desde el arribo de La Libertad Avanza al Ejecutivo nacional. Si quieren sostener su protagonismo deberán justificarlo con territorialidad, bajo la veeduría de Laura Jure (Desarrollo Social).

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