El salvataje de doble filo que busca Luis Caputo en EE.UU. y genera nerviosismo en el mercado

El salvataje de doble filo que busca Luis Caputo en EE.UU. y genera nerviosismo en el mercado

Un eventual acuerdo con el país norteamericano exige compromisos y cancelación rápida. La prioridad de pago altera a los bonistas. Qué otras alternativas de último recurso existen.

Eugenia Muzio

 

El ministro de Economía, Luis Caputo, busca un salvataje de alrededor de USD 10.000 millones para calmar a los mercados antes de las elecciones. El objetivo es asegurar que va a poder usar “hasta el último dólar” que le dio el Fondo Monetario Internacional (FMI) para contener el tipo de cambio, mientras soluciona los vencimientos de deuda con más plata prestada. La salida que más resuena es una asistencia bilateral de los Estados Unidos, una herramienta que usó en contadas ocasiones y que reforzaría el alineamiento geopolítico total con la potencia.

De concretarse, se trataría de un arma de doble filo. Por un lado, en el mercado mirarán con atención al monto que, según coincidieron fuentes consultadas por PERFIL, puede ir de los USD 5.000 millones a los USD 10.000 millones. En caso de superar esas sumas, entonces la lectura es que la crisis es más grande que la admitida y que no hay número para contener la presión sobre el dólar. Por otro, la “prioridad” que tendría EE.UU. haría dudar a los bonistas de que futuros pagos (más allá del inmediato en diciembre) estén asegurados.

 

 

¿Qué es el Fondo de Estabilización del Tesoro?

El crédito al que puede acceder la Argentina es un Fondo de Estabilización del Tesoro (Exchange Stabilization Fund, ESF), una especie de “swap” y una herramienta financiera de uso excepcional en la política económica estadounidense que se utilizó pocas y específicas veces en la historia, para el que la primera condición es que haya una crisis doméstica a la cual socorrer. El caso de Uruguay es el más reciente y, el de México, uno de los más emblemáticos. Ambos tienen algo en común: el “seniority” implícito que tiene este tipo de préstamo, es decir, la prioridad de cobro. Una característica que también tienen las líneas del Fondo y puede generar un conflicto de intereses no sólo entre el organismo y EE.UU. sino también con los tenedores de bonos.

Los inversores siguen inquietos, se dolarizan y crece la demanda de cable para "fugar" capitales

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En 2002, el país vecino recibió USD 1.466 millones para sortear una eventual fuga de capitales mientras negociaba un préstamo con el FMI. No fue necesario utilizarlo y el deudor repagó rápido de vuelta a EE.UU. En 1994 durante la crisis del tequila México recibió USD 20.000 millones, de los cuales sólo se utilizaron USD 13.400 millones. Como garantía, acordó que los ingresos por exportaciones de petróleo de PEMEX (la petrolera estatal) se depositaran en una cuenta en el Banco de la Reserva Federal de Nueva York. A medida que la economía mexicana se estabilizó y la confianza de los inversores regresó, el gobierno latinoamericano pudo volver a emitir deuda en los mercados internacionales. Con los fondos que obtuvo de estas nuevas emisiones, fue pagando anticipadamente el préstamo del ESF.

El “seniority” del ESF, un problema para la credibilidad

En Wall Street y en el microcentro porteño cuestionaron este aspecto prioritario. “Si lo usan, los bonistas pueden sentir que los han subordinado al Fondo y al Tesoro. No queda claro que, más allá del alivio inicial, esto ayude a abrir mercados”, advirtió a PERFIL un operador de mercados con oficina en ambas ciudades. Y es que Caputo deberá asegurar en los próximos días si tiene, de alguna forma, los USD 2.216 millones para pagar Bopreales, un vencimiento del FMI y un resto de Bonares y Globales (que se asume que el 15% está en manos públicas), además de los USD 4.200 millones en manos de bonistas privados que vencen en enero del 2026.

 

Para contener el dólar, el Banco Central remató US$ 1.110 millones en la semana

“No tengan ninguna duda de que en las próximas semanas vamos a poder decir que vamos a garantizar los pagos de enero y, si nos va bien, los de julio del año que viene también”, definió el titular de la cartera económica el jueves pasado en el streaming Carajo. La intención es anunciarlo antes de las elecciones, pero en la City especulan que, por el nerviosismo que quedó expuesto con los USD 1.100 millones que vendió el Banco Central en tan solo tres ruedas para contener el tipo de cambio en el techo de la banda, el Gobierno debería apurar el anuncio a esta semana.

Toda la expectativa está puesta en la reunión bilateral que tendrá el presidente Javier Milei con su par estadounidense Donald Trump en Nueva York el próximo martes.

Salidas de último recurso

Entre analistas financieros estiman que el Gobierno tiene algunas otras salidas, arriesgadas y casi de último recurso. Uno es utilizar el oro como garantía de un nuevo repo, que a diferencia de los últimos USD 2.000 millones que consiguió el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, con una tasa en torno al 8%, esta vez el riesgo país creció tanto que la base del préstamo está en alrededor del 15%, por los más de 1.500 puntos básicos a los que llegó el viernes pasado. La otra opción es la venta de los treasuries, es decir, los Bonos del Tesoro estadounidense que tiene el Central en sus arcas.

 

Por lo pronto, quedan 25 ruedas en las que la tensión irá en aumento hasta el próximo 26 de octubre. Según cálculos de la consultora Eco Go, las reservas líquidas del BCRA están en USD 17.461 millones. Aunque a esa cifra habría que descontarle encajes y el swap con China. De esta forma, en neto, quedan unos USD 1.847 millones.

Para cualquier salida, la exigencia tanto del país que gobierna Trump y los mercados es la misma: el cambio de esquema a un programa que pueda acumular reservas.

 

 

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