El presidente, entre las causas judiciales y conservar Cambiemos

El presidente, entre las causas judiciales y conservar Cambiemos

Macri intentará posicionarse como jefe indiscutido de la oposición y mantener unida su coalición. El temor a Comodoro Py. Peña, por su parte, asumirá un bajo perfil hasta el fin del mandato.

 

El 40,3% de los votos que obtuvo Juntos por el Cambio en las generales del domingo pasado redefinió el futuro político de Mauricio Macri cuando deje la presidencia el 10 de diciembre. Esta semana la jefa de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, le comunicó su retiro de la política y renunció a su banca a partir del 1 de marzo de 2020. La salida de la chaqueña, muy preocupada por su futuro judicial, le liberó el camino a Macri para el derrotero de la transición con el nuevo gobierno y para reconducir la convivencia de la alianza oficialista cuando comience a asumir su rol opositor al peronismo.

En el PRO aseguran que los 10.470.607 votos obtenidos, con un incremento de 2 millones respecto de las PASO, son el boleto de Macri para ocupar la presidencia del partido a partir del año próximo. Otros apuestan a un liderazgo indiscutido para la derecha local, en condiciones de transformarse en gran elector de ese arco, pero sin ocupar el cargo partidario. 

Hasta que eso se defina, la maquinaria electoral que funciona en la sede que tiene el partido sobre la calle Balcarce, a cuatro cuadras de la Rosada, está en proceso de revisión. El incremento de sufragios entre las primarias y el domingo pasado fue impulsado por una gira proselitista por 30 ciudades que encabezó Macri para movilizar a su núcleo duro. La caravana del "Sí Se puede" es parte de la crisis interna que provocó en el PRO la derrota de agosto y que obligó a la jefatura de campaña, en manos de Marcos Peña, a barajar y dar de nuevo con todo el libreto electoral. El regreso a los métodos tradicionales de la política, con menos mediaciones virtuales en las redes sociales, es un dato nuevo para el batallón de funcionarios que sostuvo un manual de comunicación totalmente diferente hasta el 11 de agosto.

Como jefe directo o como conductor en las sombras, Macri apuntará a ordenar las internas abiertas luego de la derrota, especialmente con María Eugenia Vidal. La interpretación del entorno presidencial sobre los resultados del domingo también estuvo dirigida a la mandataria saliente. Perdió frente a Axel Kicillof por una diferencia mucho mayor que Macri frente a Fernández y el 38,39% que obtuvo en la Provincia sólo fue superior en 2,5 puntos a la cosecha del Presidente. Desde el lunes, los principales funcionarios de la jefatura de Gabinete niegan que existan diferencias con Vidal por la responsabilidad de la derrota, pero existe una guerra silenciosa entre los inquilinos del primer piso de la Casa Rosada y la gobernadora saliente. Algunos conocedores de los novelones del PRO aseguran que las diferencias se disiparán con el correr de los meses, pero todavía resta un tiempo valioso para los desquites en el ejercicio del poder.

Con conflicto o acuerdo con Macri, cerca de Vidal aseguran su continuidad en la política provincial, como posible jefa opositora. El objetivo tuvo sus primeros nubarrones esta semana: el presidente recibió este martes a su primo Jorge, intendente reelecto de Vicente López. Para algunos funcionarios la movida está concentrada en condicionar a Vidal y obligarla a negociar. Otros la anuncian como el cierre final de una relación que está virtualmente rota. En la Casa Rosada sostienen que fue a pedido del jefe comunal reelecto, pero tuvo a Vidal como destinataria. Macri prefiere a su primo como jefe opositor a Kicillof. Para que se definan esos roles todavía resta una transición de 40 días, donde la buena estrella provisoria del 40,3% podría dañarse por la inestabilidad económica.

Por lo pronto, Vidal ya sabe que no deberá cruzarse con el jefe de Gabinete, Marcos Peña, a quien le pronostican una discreta ausencia temporaria. "Va a estar corrido por uno meses", confió a Tiempo uno de los dirigentes más cercanos al ministro coordinador. En sus oficinas aseguraron que "todavía no lo tiene definido", pero es posible que adopte un discreto segundo plano hasta que Macri defina el momento para terciar dentro del partido o para diseñar la campaña para el 2021.

La apuesta para mantener unido a Juntos por el Cambio en el Congreso pasará por el sostenimiento de su interbloque. Vidal le pidió este jueves a Macri que mantenga al ministro de Seguridad y diputado electo, Cristian Ritondo,  como jefe de la bancada del PRO, pero el sillón tiene otro precio al calor de la interna y la salida de Lilita. El próximo presidente del bloque deberá convivir con el cordobés Mario Negri, que apuesta a seguir como jefe del bloque y del interbloque, a pesar de las ambiciones del mendocino Alfredo Cornejo, que el 10 de diciembre dejará el cargo de gobernador para asumir como diputado.

Después será el tiempo de los riesgos judiciales. Del centenar de causas en su contra, Macri tiene algunas que podrían ser críticas, como la investigación por la fallida privatización del Correo Argentino o la concesión que hizo Vialidad Nacional de los corredores viales para beneficiar a una de las empresas del clan familiar. La que investiga la deuda del Grupo Macri con el estado por la privatización del correo podría salpicar con dureza a Oscar Aguad, ex ministro de Comunicaciones y actual titular de Defensa, que tuvo un rol central en la quita considerada fraudulenta por la Justicia. Una suerte similar podría correr el ministro de Tranporte, Guillermo Dietrich, por el rol de Vialidad y de su hombre de confianza, el ex secretario de Energía, Javier Iguacel. Fuera del gabinete, la mayor incógnita gira en torno a Carrió, por la causa que instruye el juez Rodolfo Canicoba Corral donde investigan a dos funcionarios de la AFIP, directamente vinculados con ella, como presuntos partícipes de una red que espió a gobernadores y funcionarios.

Comentá la nota