Para la industria, el proyecto de La Libertad Avanza es "un salto al vacío"

Para la industria, el proyecto de La Libertad Avanza es

El gran empresariado nacional, en pánico ante el boom libertario. AEA y UIA reclaman institucionalidad y un Banco Central independiente. Opinan Idígoras, Campos y Funes de Rioja.

“Los actores de la industria no alcanzan a dimensionar, no les entra en la cabeza, lo que significaría un gobierno de Javier Milei ”, le dijo a Letra P un economista que asesora a grandes empresas y trabaja para gremiales empresarias de las más importantes del país. La cautela histórica que aplican para hacer declaraciones políticas las grandes figuras del empresariado nacional -confían más en su poder de lobby- confluye con la incredulidad acerca de que La Libertad Avanza llegue a la Casa Rosada. Incluso descansan en la ilusión de que no se produzca lo que llaman “un salto al vacío”.

El presidente de la Cámara Argentina de la Industria Aceitera y del Centro de Exportadores de Cereales, Gustavo Idígoras, afirmó a Letra P que esas organizaciones quieren "entender bien las propuestas de Milei" y advirtió que "la dolarización puede generar amenazas e inconvenientes en su implementación, porque quedan todos los costos dolarizados mientras países competidores, como Brasil, tienen flexibilidad en su moneda". Agregó: "Perdemos competitividad. Es importante el desarrollo productivo y, sobre todo, la productividad”.

“No nos corresponde decir cuáles son las especificaciones técnicas, pero sabemos que los demás países no tienen inflación, tienen orden fiscal, gasto público a la baja y una política económica lógica”, dijo Jaime Campos, titular de la Asociación de Empresarios Argentinos (AEA), que reúne a 44 firmas y 240 mil trabajadores, entre otros a pesos pesados como Arcor, Roggio, Aceitera Deheza, Grupo Clarín, Roemmers, Techint, Pérez Compac, Bulgheroni, Blaquier y Marcos Galperín.

 

 

AEA coincide en un punto con Milei: ambos ponen al modelo chileno como un espejo donde mirarse

Campos aseguró que la visión de AEA está expresada en un documento de 14 páginas titulado “El sector privado es clave para el desarrollo” que tiene dos ejes, "institucionalidad y desarrollo”. El escrito no hace ninguna mención a la dolarización que propone Milei, el corazón de la incógnita indescifrable, pero reclama “una política monetaria responsable a cargo de un Banco Central independiente”.

El sector no habla de eliminar el Banco Central, aunque el documento coincide en un punto con Milei: ambos ponen al modelo chileno como un espejo donde mirarse. AEA muestra un gráfico donde se ve la evolución del PBI per cápita del país trasandino como el más alto de la región en las últimas cuatro décadas.

En diálogo con Letra P, el presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), el abogado Daniel Funes de Rioja, afirmó que “el espacio que quiera gobernar el país debe entender el rol de la industria y la UIA ya se pronunció con el Libro Blanco”. Esa publicación, que se presentó en 2022, es un programa que propone una “política industrial integral coordinada entre todos los niveles del Estado y los privados”. Con Milei, el Estado no va a estar. Más libertad, menos regulación. Off the record, en la UIA tampoco transgreden mucho. “Milei no presentó plan industrial; cuando lo muestre vamos a opinar”, se excusan.

Milei plantea un proceso de apertura económica frenético como el que instaló el dictador Augusto Pinochet en Chile durante 17 años

Más liberal que la Escuela de Chicago

Milei plantea un proceso de apertura económica frenético como el que desarrolló el dictador Augusto Pinochet en Chile durante 17 años y fue sostenido por los gobiernos democráticos posteriores. El resultado fue crecimiento económico concentrado y desigual, una economía primarizada y derechos laborales tendientes a cero.

El libertario tiene como asesores a Roque Fernández y a Carlos Rodriguez, piezas clave del equipo de Domingo Cavallo durante la convertibilidad menemista de los '90, padres del Centro de Estudios Macroeconómicos de Argentina (CEMA), luego la Universidad del CEMA (UCEMA). Milei es más liberal que ese think tank.

Un economista que trabaja en la UCEMA precisó que Fernández y Rodríguez tienen una visión de “Escuela de Chicago”, a diferencia de Milei, que se autocalifica “anarcoliberal” o “minarquista”. “Por eso, el mentor local es Alberto Benegas Lynch, que desde hace años mantiene la postura anarcoliberal, mucho más extrema que la de la Escuela de Chicago”, explicó el docente.

El León libertario defiende la conformación de monopolios, la mano invisible del mercado y asegura que todos los fallos se explican por alguna intromisión del Estado, que se tiene que correr de ahí

La distinción conceptual es que "los Chicago boys" creen en los “fallos de mercado” y sostienen que el Estado debe intervenir “para compensar esos fallos”. Por ejemplo, si se crea un monopolio, el Estado puede intervenir. También puede cargar de impuestos a una actividad que es nociva para la sociedad, por caso, la producción de cigarrillos.

Los Chicago boys no van a intervenir con subsidios o restricción de importaciones si un sector industrial no es competitivo, aunque genere empleo. Hay un dilema de hierro: la Escuela de Chicago no va a subsidiar un crédito a una pyme metalúrgica para que produzca más, pero podría permitir la libre importación de acero al país. Ahí el que interviene es el lobby de Techint. Real Politik.

El León libertario defiende la conformación de monopolios y la mano invisible del mercado y asegura que todos “los fallos se explican por alguna intromisión del Estado, que se tiene que correr de ahí”. Es la teoría del derrame, que terminó en el estallido de 2001. Un país en vías de desarrollo, sin apalancamiento estratégico para sectores clave; competencia pura sin tener en cuenta asimetrías evidentes con el desarrollo industrial de potencias como China, Estados Unidos y el propio Brasil.

A Irlanda le llevó 10 años estabilizarse, a Israel 20 años, y hoy son modelo de competitividad y productividad. Creer que lo haremos en dos años es cuanto menos una utopía

José Urtubey, director de Celulosa Argentina, aseguró a Ámbito Financiero que “dicen livianamente que en dos años hay que ponerse al día porque abren la importación" y que "no se entiende la dimensión del problema (macroeconómico) en el que está Argentina". "A Irlanda le llevó diez años estabilizarse y a Israel 20 años y hoy son modelo de competitividad y productividad. Creer que lo haremos en dos años es cuanto menos una utopía”, aseguró.

"En Argentina hace diez años que no se invierte fuerte; la productividad está cayendo, venimos de años de catástrofe, con problemas estructurales serios. Afrontar una apertura indiscriminada nos puede hacer volar por los aires. Duramos cinco minutos”, coincidió el asesor de industriales y economista de la UIA que dialogó con Letra P y señaló que el sector aún no dimensiona lo que significaaría la ejecución de las propuestas libertarias.

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