El oficialismo no pudo dar precisiones ante las dudas sobre el voto electrónico

El oficialismo no pudo dar precisiones ante las dudas sobre el voto electrónico

Los costos y la vulnerabilidad del nuevo sistema fueron cuestionados por la oposición

 

En su primera defensa de la reforma electoral en el Congreso, los funcionarios del Poder Ejecutivo no pudieron dar precisiones en aspectos muy sensibles del salto al modelo de boleta electrónica que plantea el proyecto, en reemplazo de la boleta en papel. Entre ellas, detalles del software y las máquinas que piensan utilizar, la vulnerabilidad del sistema electrónico, revelada en las pasadas elecciones porteñas, o el desembolso que tendrá que hacer el Estado para financiarlo.

También hubo críticas al impedimento de votar a

distintas fuerzas según la categoría en las PASO

 

También hubo fuertes críticas a la modificación del sistema de primarias, que le impedirá al elector votar a distintas fuerzas políticas en distintas categorías en esa instancia electoral. Lo que, según lo expresado por varios diputados durante el plenario de las comisiones de Asuntos Constitucionales, Presupuesto y Justicia de la Cámara baja, perjudica a los partidos más chicos. "Se obliga a participar de una primaria sin permitirles votar abiertamente", protestó Myriam Bregman (PTS), lo que producirá que "los que quieran votar partidos provinciales no podrán votar un candidato a Presidente" en las PASO.

El ministro de Modernización, Andrés Ibarra, dijo que "no está definido" qué software se utilizará, "porque necesitamos una ley que nos de el marco". Sí confirmó que la decisión del Gobierno nacional no es alquilar las máquinas para votar, sino comprarlas. "Resulta indispensable no implementar un sistema llave en mano", afirmó, "queremos comprar el mejor equipamiento, que las pantallas sean amigables y tengan un sistema adecuado, y que ese equipamiento sea reutilizable para educación, para organismos públicos, que tenga un aprovechamiento inmediato". Sí adelantó que la idea del Ejecutivo es "iniciar un proceso de pre-pliego" del que participará un órgano consultivo de expertos.

"La pretención es que en 2017 ya votemos con este sistema", ratificó el ministro del Interior, Rogelio Frigerio. Y sostuvo que el paso al sistema de boleta electrónica apunta a "eliminar un montón de trampas" ilegales y algunos mecanismos habilitados por el régimen vigente pero cuestionados, como el uso de listas colectoras o las candidaturas múltiples.

Las dudas llegaron hasta del mismo bando. "Del proyecto aún no se desprende qué instrumento de votación se usará. Si no está disponible el modelo de máquina que usaremos, ¿cómo podemos controlar su funcionamiento? Una modernización a ciegas no genera seguridad sino incertidumbre electoral", apuntó la radical Carla Carrizo.

Al menos dos diputados hicieron consultas directas sobre cuánto costará la elección nacional bajo el sistema electrónico. Fueron Juan Brugge (UNA) y Juan Cabandié (FpV). El legislador kirchnerista proyectó a nivel nacional lo que le costó a Salta los comicios del año pasado y lo estimó en unos 300 millones de dólares. "Les hago una apuesta", deslizó Cabandié, "la licitación la va a ganar MSA".

Frigerio señaló que la implementación

permitirá “eliminar un montón de trampas”

 

Presente en el debate estuvo Joaquín Sorianello, el programador que desnudó las fallas del software en los comicios porteños, recientemente sobreseído por la Justicia porque no hackeó el sistema para "causar daño" sino "para dar aviso a la firma de que el sistema de seguridad era vago y podía ser vulnerado con facilidad". "Hubo mesas donde había más votos que empadronados. Quedó claro que en la Ciudad hubo fallas", recordó Margarita Stolbizer (GEN), y señaló su preocupación.

"La principal preocupación es la vulnerabilidad", admitió Ibarra. Y siguió: "Nosotros estamos pensando en un esquema en donde el Estado sea propietario, que compre equipamiento,y sea dueño del software. Así que creo que le voy a ganar la apuesta al diputado" Cabandié.

 

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