El ocultamiento de pruebas en una denuncia que no termina de cerrar

El ocultamiento de pruebas en una denuncia que no termina de cerrar
El supuesto robo a la casa del intendente de Tigre cuenta con una serie de elementos y acciones que contradicen las explicaciones brindadas por Sergio Massa, empezando por el ocultamiento del hecho y la omisión de la relación previa que existía entre el presunto ladrón y la familia del candidato, entre otros aspectos que se deberán esclarecer.
La noticia de un robo a la casa del intendente de Tigre ubicada en el barrio cerrado `Isla del Sol` se conoció veinte días después de ocurrido el hecho, a partir de una publicación del diario Página 12, puesto que el episodio fue deliberadamente silenciado a pedido de los supuestos damnificados.

Una vez conocido el hecho pasaron 24 horas hasta que Sergio Massa decidió hablar del tema durante una conferencia de prensa en la que no abundaron las explicaciones y, por el contario, se defendió una y otra vez la utilización de las cámaras de seguridad, aunque no se tratara de un robo ocurrido en la vía pública.

Horas después de que Massa y su esposa, Malena Galmarini, insinuaran que el hecho podía llegar a tener motivaciones políticas, se conocieron una serie de situaciones que incomodaron al jefe comunal de Tigre y sembraron un manto de dudas repecto de la versión que se había difundido ese lunes por la mañana.

En primer lugar fue el secretario de Seguridad, Sergio Berni, quien reveló que el prefecto Alcides Gorgonio Díaz, identificado por las cámaras de seguridad como el hombre que ingresó a la vivienda desocupada con fines de robo, conocía al matrimonio Massa desde hace por lo menos siete años, dado que trabajó en la seguridad del barrio Isla del Sol y en reiteradas ocasiones ingresó al lugar autorizado por el intendente de Tigre.

Este dato fue omitido por Massa en cada una de las declaraciones periodísticas que realizó, antes de la revelación que hizo Berni.

Por otra parte, la relación entre Massa y el prefecto detenido se extiende además a sus respectivas mujeres: según consta en los registros de AFIP, María Esther Martínez, pareja de Gorgonio Díaz, inscripta en la Agencia 66 del registro norte, con sede en Tigre, como empleada doméstica de Malena Galmarini.

Otro dato aportado por Berni que llamó la atención fue la circunstancia en la que el prefecto acusado cometió el supuesto robo, yendo al lugar con su propio auto y dejándose filmar por las cámaras de seguridad, dado que sabía dónde estaban colocadas.

Por último, aún se espera que el fiscal interviniente en el caso, Mariano Magaz, ofrezca algunas explicaciones respecto de su accionar, dado que con la cantidad de irregularidades cometidas es probable que en breve algún juez anule todo lo actuado y este hecho quede impune.

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