Obama presionará por más estímulos ante el G-8

Los presidentes de países más ricos se reunirán hoy y mañana
WASHINGTON.- Con la mira en el incierto panorama de la eurozona, el presidente Barack Obama será anfitrión entre hoy y mañana de la cumbre del G-8, en la que intentará, una vez más, impulsar la necesidad de que la Unión Europea aplique a las políticas de crecimiento económico el mismo entusiasmo que otorga a las de rigor fiscal.

"Europa es todavía débil y eso está creando incertidumbre en nuestra industria", dijo Obama, hace unos días, en una entrevista por televisión. Los Estados Unidos tienen su primer destino exportador en Europa, y Washington mira con inquietud la actualidad económica y monetaria del bloque. "Debe haber un espacio para la austeridad pero, también, para un esfuerzo bien orientado de estímulo al crecimiento y a la creación de puestos de trabajo, especialmente para los más jóvenes", dijo a su vez la secretaria de Estado, Hillary Clinton.

La cumbre será también ocasión para tomar el pulso a la relación que Obama pueda establecer con el presidente francés, François Hollande, a quien recibirá previamente a solas en la Casa Blanca. La expectativa es que ambos puedan sintonizar, especialmente, en el campo económico, donde se les conocen coincidencias en cuanto al enfoque a favor de políticas de estímulo a la economía y a mantener cierta distancia respecto de la mirada fiscal de la canciller alemana, Angela Merkel.

Con el bucólico escenario de la residencia de Camp David, a 100 kilómetros de Washington, la cumbre del G-8 reunirá a los jefes de gobierno de las naciones más industrializadas: Estados Unidos, Francia, Italia, Alemania, Reino Unido, Japón, Canadá y Rusia.

La relación de Washington con Rusia es otro punto que podría tener su termómetro en esta cumbre. El reelecto presidente Vladimir Putin se excusó de asistir por razones domésticas y envió en su representación al primer ministro Dimitri Medvedev. En la Casa Blanca hay quienes vieron el desplante como el prenuncio de un vínculo más difícil entre las dos capitales.

Del otro lado, se vio como alentador el consenso al que parecieron llegar los cuatro miembros europeos del G-8 en una videoconferencia que mantuvieron ayer, antes del encuentro, y en la que mostraron "coincidencia en que la consolidación fiscal y el crecimiento no son opuestos, sino que ambos son necesarios", según dijo Merkel.

La videoconferencia reunió también a Hollande, así como al primer ministro británico, David Cameron, y a su par italiano, Mario Monti.

Diagnóstico inquietante

Cameron dio el diagnóstico más inquietante al afirmar que la eurozona, de la que Gran Bretaña no forma parte, se encuentra "en una encrucijada tan aguda que, o bien recobra fuerzas, o entra en potencial colapso".

"Me doy cuenta de que a los países de la eurozona no les gustarán los consejos de los países que están fuera del bloque, especialmente de aquellos como el Reino Unido, con sus propias deudas y dificultades", dijo el premier británico. "Pero es que, dado que su crisis también nos afecta, está bien que expongamos nuestro punto de vista", añadió.

En los últimos días, Washington se hizo eco de los pronósticos sombríos sobre la eventual salida de Grecia de la zona euro y de las agudas restricciones bancarias en España. El vocero de la Casa Blanca, Jay Carney, sostuvo ayer que se necesitan "nuevas medidas" para estimular el crecimiento y combatir la especulación en los mercados financieros, y habló de la necesidad de reformas en los países de la UE en crisis.

"Deben abordar la necesidad del crecimiento en Europa y de dar trabajo a la gente, especialmente a los jóvenes", dijo Carney, al apuntar a las expectativas de la cumbre. Clinton, en tanto, anticipó que el gobierno demócrata "apoyará lo que Europa decida hacer", pero recordó la necesidad de "hacer algunos ajustes a la austeridad como único instrumento" para dar espacio al estímulo al crecimiento.

"Tenemos que estar preparados para cualquier escenario", dijo por su parte la titular del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, sin suscribir necesariamente ninguna teoría.

Con ese panorama, ayer se decía con ironía que posiblemente el escenario de la cumbre no sea el más propicio para la prédica de Merkel. Como contracara, ayer la que se llevaba las noticias era otra mujer. Se trata de Valérie Trierweiler, la compañera de Hollande, quien, según confirmó la Casa Blanca, está invitada a todos los eventos de la cumbre sin que el hecho de no estar casados altere el protocolo.

Para buena parte de los asistentes, la cumbre se prolongará luego en una reunión de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), en Chicago, entre pasado mañana y el lunes..

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