La nueva misión de Myrian Prunotto: recomponer con el Foro de Intendentes de la UCR

La nueva misión de Myrian Prunotto: recomponer con el Foro de Intendentes de la UCR

La vicegobernadora electa levanta el perfil rumbo a diciembre. Acto transversal para apoyar a Schiaretti con la meta de mejorar el diálogo con las espadas boina blanca que ingresarán a la Legislatura.

Por César Pucheta.

A tres meses de asumir como vicegobernadora de la provincia de Córdoba, Myrian Prunotto levanta cada vez más el perfil y empieza a ocupar un lugar preponderante en la estrategia general de la nueva versión del cordobesismo que actualmente contempla dos frentes: la campaña nacional de Juan Schiaretti y el armado de cara a la futura gestión que encabezará Martín Llaryora.

La exintendenta de Estación Juárez Celman fue la principal armadora del encuentro con intendentes radicales y vecinalistas que apoyaron el viernes al candidato de Hacemos por Nuestro País. Asistieron intendentes e intendentas en actividad y autoridades electas de 34 localidades. La mayoría responden a armados vecinalistas que incluyen a radicales díscolos y a dirigentes que hasta no hace mucho tiempo se encontraban enrolados en las filas del PRO.

Sin giras previstas por fuera de la provincia por el momento, Prunotto reafirma de esta manera su compromiso con el espacio que comanda Schiaretti y que esta semana sumó a Llaryora a la campaña nacional con el acto que tuvo lugar en La Rural de Palermo. Mientras eso sucede, la vicegobernadora electa tendrá un desafío que se presenta un poco más complejo, ser el nexo con el Foro de Intendentes Radicales, cuya relación con el cordobesismo quedó resentido luego de la reunión que algunos jefes boinablanca electos mantuvieron el jueves por la noche con el mismísimo Llaryora.

 

 

Según pudo saber Letra P, los encargados de esa convocatoria fueron el exjefe del bloque legislativo de Juntos por el Cambio, Orlando Arduh, y el vicegobernador Manuel Calvo. El diálogo directo con los intendentes electos y la falta de comunicación “institucional” con las autoridades del Foro de Intendentes Radicales hizo estallar a la conducción del partido centenario que, horas antes de la reunión, lanzó un comunicado cuestionando las acciones del cordobesismo y hasta elevó un “pedido de prudencia” que buscará ser tratado en la Legislatura el próximo miércoles.

Daniela Gudiño y Dante Rossi son los autores del proyecto de declaración que acusa al llaryorismo de “intentar cooptar a sus dirigentes a través del reparto de fondos públicos y de la captación de dirigentes a través del ofrecimiento de cargos en el gobierno”. “Esta metodología es digna del populismo y del kirchnerismo”, agregan echando mano a la tradicional acusación que sólo se logra explicar en el micromundo de la política mediterránea, y afirman que “el gobernador electo intenta vaciar a la Unión Cívica Radical”.

En ese contexto tendrá que pilotear Prunotto, que para colmo de males viene resistiendo un planteo interno de su partido, que quiere sancionarla por haber aceptado la candidatura que la terminó proclamando vicegobernadora por fuera de la estrategia definida por la conducción radical, a la que cuestionó públicamente durante todo el proceso. Nada que no se haya hecho en elecciones anteriores, se quejan en el radicalismo auténtico, que resiste los embates reivindicando su identidad política.

La recomposición del lazo con las diferentes partes del Foro de Intendentes Radicales tiene para Prunotto dos misiones que se cruzan y que aportan a la construcción de la gobernabilidad de lo que Llaryora llama Nuevo Partido Cordobés. Una primera parte se relaciona con su propio rol dentro de la próxima gestión. Deberá hacerse cargo de comandar el recinto legislativo con una paridad inédita en la historia de la Unicameral.

Para lograrlo, como bien señala el radicalismo en sus quejas, será necesario avanzar en la construcción de consensos que contengan a las dos grandes coaliciones que hegemonizarán la disputa: hay 33 bancas para Hacemos Unidos por Córdoba y 33 para Juntos por el Cambio, con la particularidad que en el bloque opositor hay 12 intendentes radicales que terminarán su mandato el 10 de diciembre. Entre ellos, la conducción plena del Foro: el presidente, Oscar Saliba; el vicepresidente, Ariel Grich; el secretario general, Gustavo Bottaso; y el prosecretario general, Matías Gvozdenovich.

La necesidad de “calmar las aguas”, entonces, aparece como una necesidad que interesa particularmente a Prunotto, quien también tiene el visto bueno para avanzar con un diálogo que tendrá efecto en los órganos ejecutivos que comanda en nuevo cordobesismo: la Mesa Provincia – Municipios, por un lado; y un eventual gabinete transversal, por otro.

Los funcionarios centrales de todas esas estructuras estuvieron sentados en la mesa en la que Schiaretti recibió el apoyo de radicales y vecinalistas el mediodía del viernes. Llaryora, Prunotto y el ministro de Gobierno, a cargo de presidir la Mesa Provincia-Municipios, Julián López.

A diferencia de lo ocurrido el jueves, el resultado fue una foto que incluyó el apoyo abierto de los jefes territoriales a la candidatura del gobernador. Hubo videos en redes, abrazos, aplausos, selfies, caras sonrientes y casi ningún reclamo. La vicegobernadora electa, así, sumó proteína a la musculación que viene trabajando desde el momento mismo en el que supo que Llaryora y Schiaretti la habían elegido para ocupar la vicegobernación.

Quiero agradecer profundamente el apoyo brindado hoy por intendentes del Radicalismo y Vecinalismo. Estoy convencido que el respeto por sus ideologías y pertenencias políticas es lo que necesita el país. Unirnos los que tenemos experiencia de gestión para ordenar Argentina.

Como ya contó Letra P, ya en la previa a las primarias, el radicalismo auténtico había decidido acompañar a los candidatos nacionales de Hacemos por Nuestro País, hasta tanto el cordobés siguiera en la carrera presidencial. Con la estrategia apuntando a redoblar la apuesta y buscar polarizar con la candidatura de Javier Milei, todo hace presumir que Prunotto y compañía no intentarán diferenciarse, incluso después de la elección general, para cuando el propio Schiaretti ya avisó que no es “el dueño de los votos de los cordobeses”.

En la patria cordobesista todos y todas saben que, por lo menos hasta el 10 de diciembre, si no es él, no es nadie.

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