La negociación con acreedores no incluiría a los fondos buitre

A pesar de sus esfuerzos por acordar en las causas que están en el Ciadi, el Gobierno no quiere ceder ante los holdouts
La línea negociadora que mostró el gobierno de Cristina Kirchner para, finalmente, pagar lo que se debe a empresas extranjeras que ganaron juicios en el tribunal arbitral del Banco Mundial (Ciadi) tiene un límite.

Los llamados fondos buitre que vienen ganando juicios en los tribunales norteamericanos no entran en el radar del diálogo. Por el contrario, en el Gobierno se mantiene la idea de confrontar en los tribunales, aun cuando hay poca esperanza de que el futuro inmediato regale allí buenas noticias.

"Actores que, con un claro objetivo especulativo, ponen en riesgo a un país, a una sociedad, a una economía entera y esto, como nación soberana, resulta inaceptable", definió el ministro de Economía, Hernán Lorenzino.

Reflotó así la "línea dura" frente a los demandantes, al exponer ante la asamblea del Fondo Monetario Internacional (FMI) que terminó ayer en esta ciudad. Más allá de discursos, la impresión recogida por LA NACION es que ésa es la posición real.

El reciente acuerdo del Gobierno para pagar demandas por más de 600 millones de dólares a cinco empresas norteamericanas y europeas que le ganaron juicios al país en el Ciadi alentó conjeturas sobre un eventual giro en sentido similar hacia los fondos que obtienen fallos contra el país en los tribunales norteamericanos.

"Es hora de sentarse a negociar", dijo, hace una semana, uno de los directivos de Elliot Management, uno de los demandantes más activos contra el país, con dos fallos favorables en primera y segunda instancia por los que se impone el pago de 1300 millones de dólares.

La sentencia está suspendida por una medida cautelar, a la espera de una opinión de la Corte Suprema de Justicia norteamericana. Se estima que todo el proceso demandará casi un año.

En ese lapso, el Gobierno sigue apostando a que habrá una intervención decisiva del gobierno de los Estados Unidos ante el tribunal. No creen que el anunciado acuerdo con el Ciadi haya destrabado nada en ese sentido. Sólo que, posiblemente, la haga más sencilla.

El FMI regaló un poco de oxígeno en ese sentido. Imposibilitada en su momento de cargar contra los buitres en el tribunal ante la negativa de Washington, la entidad que conduce Christine Lagarde volvió sobre el asunto al montar en plena asamblea un seminario dedicado a analizar las "lecciones de las recientes reestructuraciones de deuda".

Allí, y a partir, en buena medida, del caso argentino, el número dos del organismo, David Lipton, expuso la "conveniencia" de que el FMI se "involucre más" en el fenómeno.

No sólo eso. El ex académico de Harvard llegó a sugerir una reflexión sobre posibles "modificaciones" en la llamada "cláusula del pari passu ". Referida al tratamiento igualitario de acreedores, se trata de la pieza jurídica sobre la que se construyen los recientes fallos del juez Thomas Griesa que tienen en jaque a la política de deuda de la Argentina.

Muchos de los que escucharon coincidieron con el punto de vista. Son menos, sin embargo, los que creen que, finalmente, la Argentina terminará negociando con sus demandantes.

"Todo parece indicar que tarde o temprano ese momento llegará" sostuvo ante LA NACION el abogado Richard Samp, de la Washington Legal Foundation, con sede en esta ciudad.

Por lo pronto, el Gobierno no dio muestras en tal sentido. Los propios demandantes aceptan que, por más ofertas que hicieron, hasta ahora nunca avanzaron en tal sentido con las autoridades del país.

El giro por el que, finalmente, decidieron pagar a quienes ganaron en el Ciadi no parece mellar ese criterio. La cuestión refiere a la demanda entablada por los fondos MNL Capital y Aurelius Management, junto con una decena de inversores privados, entre ellos, varios argentinos. El Gobierno los califica a todos como buitres..

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