Massa presiona al Gobierno para que Vidal no frene la boleta electrónica en la provincia

Massa presiona al Gobierno para que Vidal no frene la boleta electrónica en la provincia

El tigrense rechaza un plan de gradualidad que mantiene las boletas de papel el año que viene.

Sergio Massa trabó el debate de la reforma política en la Cámara de Diputados y exigió que la boleta única electrónica (BUE) se implemente en forma simultánea en todo el país para las elecciones de 2017.

Sin bien así lo establece el proyecto de ley enviado por Mauricio Macri, como explicó LPO, a María Eugenia Vidal no le gusta la idea de cambiar el sistema electoral en las próximas elecciones, porque sería una ayuda a Massa que hoy lidera las encuestas y se vería liberado del siempre difícil y sobre todo costoso esfuerzo de armar una red de fiscalización y reparto de boletas en la inmensa Buenos Aires.

En un movimiento espejo, ahora que están en el Gobierno, en el sector macrista que lidera Vidal, consideran que mantener el viejo sistema de boletas sábanas los puede beneficiar, porque cuentan con el aparato del Estado y su red de intedentes. "Nosotros somos el nuevo PJ en la provincia", se ufanan algunos dirigentes del macrismo bonaerense.

 

 

 

Curiosamente, en este tema Massa tiene un aliado inesperado: A Macri no le convence la idea de bajar las banderas de la transparencia y por ahora no le presta atención a lamentos bonaerenses. Sin embargo, en el debate de la reforma política, Cambiemos parece haber encontrado un atajo para darle el gusto a Vidal.

Los hombres de Vidal: Salvai, Suárez y Perechodnik.

 

 

 

Los especialistas que desfilaron por la Comisión en la cámara baja coincidieron en que es necesario aplicar el sistema en forma gradual y en Cambiemos lo aceptaron.

 

 

 

Mucho más cuando el Frente Renovador envió un nota exigiendo gradualidad en la implementación como condición para acompañar la ley. Pero Massa no tardó en poner el grito en el cielo cuando supo que las provincias elegidas para la prueba piloto 2017 serían las del norte del país, o sea, en su distrito tendrá que invertir en boletas y fiscales como el año pasado.

 

 

 

El lunes, sus emisarios avisaron que preferían la aplicación directa y masiva de la BUE y sus pares de Cambiemos, desorientados, levantaron el plenario de comisiones previsto para este martes y pidieron instrucciones a al Ejecutivo.

Massa primero apoyaba la aplicación gradual de la boleta electrónica, pero cuando se enteró que la prueba piloto iba a excluir la provincia de Buenos Aires, su bloque giró y exigió que se instrumente de una vez.

 

 

 

“Está la tecnología para usar la BUE en todo el país”, responde el ministro de Modernización Andrés Ibarra, ante cada consulta de los diputados de Cambiemos. Pero aún no hay fecha de plenario.

 

 

 

Y por si fuera poco, los radicales intervinieron y pidieron que si en Buenos Aires no hay boleta única electrónica, haya boleta única en papel, porque no quieren competir en la interna de Cambiemos sin plata para imprimir papeletas. “De ninguna manera: es electrónica o es tradicional”, le respondieron sus socios.

 

 

 

El proyecto tiene otros aspectos aún sin consenso, como la imposibilidad de cortar boleta en las primarias, que toda la oposición rechaza, pero Cambiemos sostiene. “Iremos a suerte y verdad en el recinto”, fue su última amenaza.

 

 

 

Nerviosos siguen los miembros de la Cámara Nacional Electoral, quienes exigen un presupuesto fijo para organizar las elecciones, pero ningún bloque está dispuesto a pelear por ellos. Ni siquiera tendrían la organización del escrutinio provisorio. Sólo podrían supervisarlo.

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