La izquierda, de cara a las legislativas

La izquierda, de cara a las legislativas

El socialismo moderado y el trotskismo confían en un voto más fragmentado que el de 2019. Los trabajadores empobrecidos, los jóvenes y las mujeres, el caladero en el que intentarán pescar.

“Juntás tres dirigentes de izquierda y hacés cuatro líneas internas”, solía decir, con ironía, un antiguo diputado nacional, que caminó kilómetros de calles en el Conurbano, refiriéndose a la tendencia de los partidos de izquierda a dividirse, con un internismo tan grande que ha minado, en muchas ocasiones, sus posibilidades de conseguir mayores resultados electorales. 

Con los años, la izquierda trotskista logró transitar un período de unificación que, si bien no ha sido total, convocó -y sigue convocando- a la mayor parte de los partidos y organizaciones de ese sector de la vida política argentina. El viejo Partido Socialista se debate entre mantener un perfil propio o adherir a los conglomerados mayoritarios. En las últimas horas renace la multiplicidad de opciones: la oficialista Mónica Fein se impuso en la interna nacional, mientras que en la Provincia mandará un hombre de Roy Cortina, que ya selló su alianza con Juntos por el Cambio en CABA. 

En 2011 quedó conforma del Frente de Izquierda y de los Trabajadores-Unidad, que le permitió obtener mejores resultados que los conseguidos hasta entonces, a pesar de que en elecciones anteriores pudo realizar papeles decorosos. El caso de Luis Zamora en la Ciudad de Buenos Aires marcó un hito en la historia de los “troskos”, ocupando una banca en el Congreso de la Nación. 

El año del debut, con la fórmula Jorge Altamira - Christian Castillo, lograron el 2,48% de los votos en las PASO y el 2,31% en las generales, ocupando el sexto lugar. De allí en adelante consiguieron resultados fluctuantes, aunque crecieron en la representación parlamentaria. 

Néstor Pitrola

En la actualidad cuenta con dos diputados nacionales (Nicolás del Caño y Romina del Plá) y un representante en la Legislatura bonaerense (Claudio Dellecarbonara), quien reemplazó en la rotación de bancas a Guillermo Kayne. El desafío de crecer electoralmente entusiasma a los dirigentes de la izquierda “extrema”, alentados por lo que consideran una sensación de frustración de peronistas e independientes progresistas que votaron al Frente de Todos para desterrar al macrismo del Gobierno. 

Con el Nuevo MAS de Manuela Castiñeira como único grupo no integrado hasta hoy al frente aseguran que irán por el voto peronista desilusionado, además de intentar conquistar a trabajadores y trabajadoras castigados/as por la crisis económica y sanitaria, que “sufren las políticas de ajuste de este Gobierno, como pasó con el anterior”, señalan. 

La esperanza la mantienen inalterable, aunque las encuestas marquen un crecimiento de opciones a la derecha del oficialismo, como la unidad de liberales y libertarios, además de sectores duros, como los que encabeza el exmilitar Juan José José Gómez Centurión y su conglomerado de sellos que levantan la bandera de los pañuelos celestes. 

Por su parte, el socialismo argentino no trotskista, al que algunos llaman “izquierda democrática”, vive hoy una escalada de dispersión, sumiendo al partido de Alfredo Palacios, Alicia Moreau de Justo y Alfredo Bravo -por nombrar a algunas de sus más destacadas figuras- en la más absoluta indefinición. 

Manuela Castañeira

Después del “fenómeno Santa Fe”, que le permitió gobernar esa provincia y aspirar a una representación nacional a través de sucesivos acuerdos con sectores del radicalismo, el GEN de Margarita Stolbizer y hasta con gajos del peronismo, el socialismo argentino sufre las consecuencias de la división. 

“Por un lado está el sector de Roy Cortina, que es socio de Cambiemos en la Ciudad de Buenos Aires y formó parte de la boleta de Macri y Pichetto. Quiere volcar el partido hacia Juntos por el Cambio y bancar a Larreta Presidente”, afirmó un dirigente bonaerense, reconociendo que el “oficialismo” partidario evitó su expulsión, como habían solicitado desde algunos sectores. 

Por otro lado, la exintendenta de Rosario Mónica Fein lidera una franja, a la que ahora se sumó el exgobernador Antonio Bonfatti, señalado como responsable de la derrota del exmandatario Miguel Lifschitz. Se autotitula socialista independiente, aunque son frecuentes sus contactos con dirigentes del radicalismo y de otros sectores de Juntos por el Cambio. Incluso Lischfitz fue acusado de haber mantenido contactos con el Midachi Miguel del Sel, dirigente del PRO más radicalizado y embajador en Panamá durante la gestión de Mauricio Macri. 

El panorama se complica aún más con una tercera ala, encabezada por Eduardo di Pollina, uno de los opositores más férreos a cualquier tipo de acercamiento a Juntos por el Cambio. Es considerado un dirigente que apunta a recuperar los valores históricos del partido (“podríamos decir que recoge el pensamiento de dirigentes como Guillermo Estévez Boero”, indicó un conocedor de las entrañas socialistas), y se opuso a apoyar en los comicios de 2019 la candidatura a Presidente de Roberto Lavagna (Consenso Federal). En cambio hizo un llamamiento público a respaldar al Frente de Todos a nivel nacional. 

Myriam Bregman y Nicolás Del Caño

Eric Simonetti (Nuevo Más)

Apuntan a jóvenes, mujeres y al voto desilusionado con Alberto

El excandidato a intendente de La Plata y referente de Nuevo MAS en la Provincia, Eric Simonetti, aseguró que “el escenario electoral de este año va a ser muy propicio, porque se necesita tomar decisiones de fondo, cambios estructurales, y eso, la gente lo va a buscar”. En referencia a qué sectores podrían atraer con su propuesta, el dirigente trotskista indicó: “Fundamentalmente, trabajadores, porque representamos esos intereses, y también a la juventud, los estudiantes. Además, en el movimiento de mujeres, donde nosotros tenemos mucha participación junto con nuestras compañeras de la agrupación Las Rojas, dando todas las peleas por los derechos de las mujeres, como hicimos durante el debate por el aborto legal”. “Creemos que podemos llegar con nuestro mensaje a la juventud universitaria, pero también a la juventud precarizada”, señaló, y añadió que “hay un voto peronista desilusionado; lo vemos cuando hacemos movilizaciones, que muchos peronistas que votaron a Alberto, jóvenes, progresistas, socialistas, se acercan porque ven que el Gobierno no está solucionando sus problemas. Ese sector, posiblemente gire hacia la izquierda en estas elecciones, tenemos confianza en eso”. Por último, Simonetti evaluó que “en las generales de 2019 se definía el Gobierno del país, ahora tiende a fragmentarse, como toda legislativa; por eso creemos que podemos avanzar en una mayor representación”.

Néstor Pitrola (PO)

“Crecemos en la base del peronismo, porque la defraudación es grande”

El exdiputado y referente del Partido Obrero, Néstor Pitrola, aseguró que el FIT “crece en la base del peronismo, ahí tenemos muchísimo para crecer, porque la defraudación del gobierno peronista a sus propias bases electorales ha sido muy grande. Y ahí está nuestro trabajo”. Además sostuvo: “Tenemos clara la necesidad de que el FIT enfrente a dos bloques políticos responsables de haber hundido al país en las últimas décadas, como Juntos por el Cambio y el Frente de Todos, con sus fracasos y sus contradicciones económicas y sociales, que se han alternado en los gobiernos. Uno y otro han descargado la crisis sobre las espaldas de los trabajadores”. Pitrola hizo hincapié en que insistirán con la “denuncia del pacto social, en el que están Daher, Moyano, Yasky; pero también están los Pérsico, los Menéndez, de Barrios de Pie, que están integrados al Gobierno”. En cuanto a la línea discursiva resaltó que “estamos ante una catástrofe sanitaria y económica, se interrumpió todo subsidio, cuando quedaron dos millones de personas desocupadas en 2020”. Acerca de la posibilidad de incorporar a más sectores, como el que comanda Manuela Castiñeira (Nuevo MAS), el dirigente trotskista sostuvo que “no suma gran cosa ese sector, y además han sido atacantes de los partidos de la oposición y del Gobierno, pero también han atacado al FIT”. Por último, Pitrola expresó su confianza en sumar más representantes parlamentarios. “Tenemos dos legisladores en Neuquén y Salta, también en Chaco, Mendoza, Córdoba. Estoy seguro de que vamos a seguir sumando”, manifestó.

Mónica Fein

Interna Socialista

El sector pro-Cambiemos se quedó con el control del PS bonaerense

Por primera vez en su historia, el Partido Socialista de nuestro país estará presidido por una mujer. Se trata de Mónica Fein, exintendenta de Rosario, candidata oficialista de Socialismo en Movimiento, quien ganó la interna del domingo último con un discurso que promueve un accionar independiente de los dos grandes frentes del país: Juntos por el Cambio y el Frente de Todos. A falta de escrutinio definitivo, aunque los sectores opositores reconocieron su victoria, el resultado significa un respaldo para el exgobernador santafesino Miguel Lichsfitz, actual titular de la Cámara de Diputados provincial. En una elección que tuvo un bajísimo nivel de participación, por detrás quedaron Pluralismo Federal, que postuló al pro-Cambiemos capitalino, Roy Cortina, y Convergencia Socialista, de Eduardo di Pollina, proclive a un acercamiento con el peronismo. A nivel provincial, el cortinismo dio el gran golpe y destronó al oficialismo del control del partido, hoy, en manos de Fernando Nouet. El sector que pactó con Cambiemos en la Ciudad de Buenos Aires sumó ahora también a la provincia de Buenos Aires, tras la victoria de su postulante, Emiliano Fernández (es secretario adjunto del partido a nivel bonaerense), sobre el marplatense Jorge Illia, candidato de Mónica Fein y hasta ahora secretario de Organización del PS de la Provincia. La tercera lista, que postuló a Alexis Dritsos como candidato a secretario general, decidió no presentarse, por la situación sanitaria producto de la pandemia de coronavirus.

Christian Castillo (PTS)

La polarización, el voto “político” y las chances de agrandar el frente

El dirigente del PTS y excandidato a Gobernador bonaerense en 2019, Christian Castillo, se refirió a las posibilidades electorales del FIT en un contexto de polarización. “En 2015, y especialmente en 2019, las presidenciales fueron muy polarizadas; no así las de medio término, que son en las que hemos obtenido los mejores resultados. Ahí, la trampa del voto ‘al mal menor’ funciona menos y hay posibilidad de un voto más ideológico o político, más claro”. En tal sentido analizó: “Apostamos a que eso vuelva a ocurrir, porque no solo este Gobierno ha fallado, sino que la oposición viene de un fracaso rotundo de cuatro años. Hay muchos votantes de sectores populares, incluso del progresismo, que apostaron a que este Gobierno iba a revertir lo de Macri, y a la izquierda del Gobierno, no hay otra cosa que el FIT”. En cuanto al voto al que apuntan en las legislativas de 2021 evaluó que “Alberto Fernández cosechó un voto de repudio hacia Macri, y ahí había una parte de voto peronista y otra parte que no lo era, pero que lo votaban para sacarse de encima a Macri. Y desde ya que también hubo algo de voto de izquierda que ahora está desilusionado”. Con respecto a la chance de agrandar la estructura del frente, Castillo manifestó que “el FIT es la coalición más duradera de la política argentina desde el ‘83 hasta hoy, y hoy agrupa a más del 80% de todas las fuerzas de izquierda de nuestro país. Lo hemos agrandado en 2019 con la incorporación de los compañeros del MST, y las puertas están siempre abiertas para aquellos que compartan nuestro programa”.

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