Importante cacerolazo contra el gobierno, pero menor a los anteriores

Miles de manifestantes se volvieron a convocar en las principales ciudades del país y varios puntos de la Capital para protestar contra el gobierno de Cristina Kirchner en el cacerolazo que denominaron "8A".
El Gobierno nacional sufrió otro cacerolazo más a sólo tres días de las primarias del domingo, que se sintió en las principales ciudades del país, aunque en una medida mucho menor a las manifestaciones pasadas de noviembre y abril.

En Capital Federal, los dos puntos principales de concentración fueron el Obelisco y Plaza de Mayo. A diferencia de las manifestaciones anteriores, la Policía no cortó las calles laterales de la avenida 9 de Julio y el Metrobús no dejó de funcionar en ningún momento.

En tanto, diagonal Norte estuvo cortada durante un par de horas por la gente que circulaba entre el Obelisco y Plaza de Mayo, que estuvo cubierta apenas en un cuarto de su superficie. La mayoría de la gente se concentró entre la Catedral y el Cabildo.

Los principales reclamos de los manifestantes, que portaron menos cacerolas que en las veces anteriores, volvieron a ser la inseguridad, la corrupción y el rechazo a la reforma de la constitución.

Aunque el mayor reclamo se basó contra la inflación. La gente buscó el ingenio para protestar especialmente contra Guillermo Moreno. Un hombre vendía el “pan de Moreno” a 10 pesos y otro un manifestante vestido de chef con el escudo de La Cámpora anunciaba “Chori por 6 pesos”.

Algunos manifestantes vincularon la menor convocatoria directamente con la cercanía de las primarias del domingo. El tema de las elecciones estuvo presente en el cacerolazo. L

“Cristina, el domingo te vas a tener que esconder abajo de la mesa porque vas a perder”, gritó una mujer con un megáfono frente a Casa Rosada.

“El domingo cueste lo que cueste, el domingo tenemos que votar”, cantó un grupo como si estuviera en una cancha de fútbol.

LPO dialogó con algunos manifestantes que en su mayoría dijeron que votarán a Elisa Carrió o al PRO en Capital y a Margarita Stolbizer o Sergio Massa en la provincia. Aunque otros también reservaron críticas para la oposición, como un hombre que repatría volantes promocionando una página web para formar nuevos políticos.

La tragedia de Rosario mermó la presencia de dirigentes políticos, que en el cacerolazo del 18 de abril se habían volcado a las calles para capitalizar la manifestación. El titular de la Uatre, Gerónimo “Momo” Venegas, o el ex titular de la CRA, Mario Llambías, fueron de los pocos que se quedaron a conversar con los manifestantes.

Otros puntos de concentración

La Residencia de Olivos fue uno de los primeros lugares en recibir gente, que se acercó por la entrada de la avenida Maipú con banderas argentinas y pancartas, y que entonó el himno nacional, como sucedió en otros puntos de la protesta.

Como medida de prevención, la Policía Federal dispuso un fuerte operativo alrededor del Congreso y ubicó un vallado perimetral pero casi no se reunieron ciudadanos en la zona.

Caballito volvió a ser otro punto de gran concentración, en la intersección de las avenidas Acoyte y Rivadavia.

Misma tónica en el interior

El cacerolazo también se hizo sentir menos que los anteriores en el interior, donde la curiosidad fue que la gente aprovechó para revalidar causas locales.

"Los muertos de la inundación siguen escondidos" e "Inundados, indignados por la falta de justicia", decían algunas de las pancartas de los ciudadanos que se concentraron en la calle 12, entre 51 y 53, con banderas celestes y blancas, igual que en otros puntos del país. Los participantes coincidían en la protesta contra el gobierno, pero no se registraban banderas de ningún partido político.

"En Rosario, hubo un grupo que se congregó en el Monumento a la Bandera, con carteles, cacerolas y velas, que se solidarizaron con los damnificados por la explosión del edificio y portaron una bandera que señalaba "Basta de muertes evitables", en alusión al incendio que provocó ayer un escape de gas.

En Córdoba un grupo de personas se concentró con banderas de Argentina y carteles en repudio de la administración de Cristina, frente al tradicional Patio Olmos de esa ciudad capital.

En La Plata, el cacerolazo del 8A se congregó frente al municipio, en Plaza Moreno, con consignas en protesta por la inundación del 2 de abril que dejó un saldo de unas 67 víctimas fatales.

Cientos de personas se concentraron frente al Palacio Municipal y caminaron alrededor de la plaza. “Se va a acabar, la dictadura de los K”, era uno de los cánticos que más se escucharon. Además se leyeron los nombres de las víctimas de la inundación.

Entre la protesta se vieron carteles con frases como “Basta de Korrupción” y “Basta de dictadura K”.

Si bien no hubo incidentes, un grupo de adolescentes intentó romper un cartel de campaña del Gabriel Bruera, hermano del intendente y candidato a primer concejal por el Frente para la Victoria, pero un grupo de vecinos impidió que se lo destroce argumentando que no era el espíritu de la protesta.

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